domingo, 13 de diciembre de 2009

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 118


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

En el pozo de la cumbre, que comunmente se llama el pozo de Adan, han trabajado siempre flamencos, andando en lo bajo cinco personas, y en el torno cuatro de ocho en ocho horas; y visto el poco fruto que en todo este verano han fecho, nos ha puesto en grande admiracion, hasta que podrá haber quince días que á mí me dijeron que los dichos tudescos con el favor y atrevimiento que han cobrado de poco acá, y viendo cuán á salvo lo pueden hacer, porque no los catan al salir de los pozos, hurtaban del metal del dicho pozo; y lo llevaban á vender á Llerena: yo determiné averiguar este negocio, y esperándolos una noche al salir del pozo, se halló uno de ellos que en los pechos y en las mangas traía metal de lo muy rico, que pesaba mas de veinte marcos, y en su casa se le halló otra cierta cantidad: yo, visto aquello, y paresciendo desigualdad que nuestros naturales fuesen catados, y les trajesen los tornos alemanes, y que ellos estuviesen burlando de ello, y llamándolos ladrones, determiné hacerlos á todos iguales, pues ansi en lo dicho como en otros hurtos de ellos que estaban averiguados, parescia ser igual la necesidad: y ansi, haciendo llamar á Claudio su capitan, le notifiqué por auto que dijese á su cuadrilla que supiesen que de allí adelante les habian de traer el torno de aquel pozo de Adan cuatro españoles, para que no pudiese salir nadie hasta la hora señalada, de la mesma manera que trahian cuatro flamencos el torno del pozo rico de Martin Delgado; y que supiesen ansimesmo que al tiempo del salir del pozo habian de ser catados por las guardas, como lo eran los españoles, é ellos lo fueron á comunicar con Juan de Vitembergue, y se resumieron en que antes no entrarían en los pozos, qué dejarse catar, y ansí yo proveí luego de los mas expertos plomeros que se podieron haber de Azuaga, y los hice entrar en igual número que eran los flamencos; y ante todas cosas pasa ansi , que aunque la obra de los unos y de los otras sea igual, se aventaja cada dia dos ducados y media de salario; pero estos de Azuaga se dieron tal maña, que dentro de ocho días comenzaron á sacar de un pozo que estaba formado en una cierta mineta del pozo principal abundancia de metal muy semejante al de Martín Delgado; y hallando la vena muy estendida por lo bajo y la caja muy formada, fueron ensanchando hasta seis palmos, y no pueden hallar cabo de una parte ni de otra; y esto es tan rico, que nuestro ensayador ensayó una piedra de ello, y salió veinte y cinco marcos por quintal de la mesma piedra.
Ansimesmo de la mesma gente entraran en otra segunda mineta que hay en el dicho pozo encima de la ya dicha, y hallando mucha cantidad de lavadura por toda ella de que tenemos que fundir algunos ellas. Donde se acaba la dicha mineta, en el testero de ella, hallaron unas vernías que son como metales quemados, y en ellos hay muchos cóncavos por donde cabe un brazo entero, que son las mesmas señales que dió el pozo rico de Martín Delgado á los principios, segun lo uno y lo otro podrá V. M. mandar ver por la relacion y medidas particulares que con esta envío lo mas claramente que yo lo pude dar. Demas de la riqueza que esperamos de este mesmo pozo, hase tenido por muy buen suceso hallar la caja del metal tan formada, y que corresponde en muestra y sitio á la de abajo, y que ya no pueden errar sin encontrarse y hacerse de ambas mucha riqueza plega á nuestro Señor que esta y otras muchas se descubran y hallenen el bienaventurado tiempo de V. M.

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