domingo, 30 de marzo de 2014

EL FORASTERO PELIRROJO (1 de 3)

 

Un nuevo Episodio Guadalcanalense por Jesús Rubio
  
I
Laboratorio del Jardin Du Roy. París, Francia.1806
Monsieur Vauquelin analizó la muestra con la lupa. Buena  plata, sin duda. Pero a través del cristal se adivinaba algo más. Incrustados, se podían apreciar ciertos fragmentos, apenas unos gránulos, de otro material. Vauquelin, en esos momentos el mejor químico de Europa, sospechaba qué podía ser: platino. Pero  había que demostrarlo, así que dispuso todo su material para ello. No tardaría mucho en saberlo.

II
Guadalcanal, Extremadura. 54 años antes.
Juan se quedó mirando al visitante. No podía apartar la vista de su pelo rojizo. Estaba claro que aquel hombre no era español. A Juan aquello le llamó mucha la atención, aunque, en verdad,  no era tan extraño. Las minas habían llevado hasta el pueblo gente de muchas tierras. No es que fuera algo que se viera todo los días en Guadalcanal, pero tampoco una rareza, vamos. Algún ingeniero alemán de vez en cuando aparecía por el pueblo para procurarse víveres, ropa o material. También para enviar cartas. Eran rubios y de piel blanca. También se había visto por allí a algún que otro francés o inglés. Iban y venían con cierta regularidad. Eran ingenieros o mineros que iban a Pozo Rico, atraídos por la plata. Pero Juan era la primera vez, a sus diez años, que veía a alguien con un pelo tan rojo.
El individuo venía acompañado de otro hombre, que sí parecía español, con porte muy elegante. No eran viajeros al uso. Hasta para Juan, con solo once años, eso era evidente.
El visitante sonrió. Estaba claro que estaba acostumbrado a que su cabellera rojiza, llamara la atención. Guiñó un ojo a Juan. El hombre que estaba a su lado, que, efectivamente, era español, preguntó:
-¿Dónde está el posadero, niño? Este hombre es un importante caballero y está muy cansado.
-Ahora… ahora le llamo.
Juan no podía apartar la vista de aquel hombre. Corrió hacia el corral de la fonda. Allí estaba su padre, bregando con uno de los mozos que servían en la casa. Al poco, Juan y su padre, volvieron al zaguán.
-Ustedes me dirán.
-Una habitación para este hombre, que está aquí en nombre del Rey.

III
William Bowles tenía poco más de 30 años cuando llegó a Guadalcanal. Había comenzado su viaje unos meses atrás, tras conocer, en 1752 a Antonio de Ulloa, un marino y científico español que había sido el lugarteniente del legendario Jorge Juan a la expedición geodésica al Perú. Ulloa y Bowles se habían conocido en París, en la Academia de Ciencias, en aquel tiempo la más prestigiosa del mundo. Ulloa había convencido a Bowles para que se trasladara a Madrid, pues el rey Carlos III, obsesionado con incorporar a España a la modernidad, había aceptado la creación de un gabinete de historia natural. “Y es tan rico que ya en su nacimiento puede competir con los más famosos de Europa”, escribió Bowles en su diario al poco de estar instalado ya en España.
Pero pronto la misión de Bowles fue otra. Era irlandés, lo mismo que Ricardo Wall, embajador español en París. Wall y Bowles simpatizaron. De sus conversaciones surgió la nueva tarea del geólogo: visitar las minas de Almadén. Y apenas unos días después, la operación se volvió aún más ambiciosa: recorrer las principales minas españolas y realizar un exhaustivo informe sobre su estado y sus posibilidades de explotación. España ambicionaba volver a ser una gran potencia. Para ello, explotar con mejor aprovechamiento sus recursos naturales era primordial. Bowles aceptó sin pensárselo.
Y por eso allí estaba ahora. En Guadalcanal.
Habían llegado tras medio día de viaje desde Zalamea. Unos días antes, el geólogo nacido en Cork había partido desde Almadén. Llegó a la Puebla de Alcocer. De allí pasó a Orellana, Navalvillar, Logrosán y atravesó la Sierra de Guadalupe. Después volvió a Orellana y desde allí marchó hasta Zalamea de la Serena. Tras inspeccionar la mina de plata que allí había, partió hacia Guadalcanal.

IV
Cenó poco. Estaba cansado. Pero, a la luz del candil, y como era su costumbre, no podía conciliar el sueño si antes no apuntaba lo visto para el viaje. Eso le permitía adelantar el trabajo de su proyectada obra, que iba a titular Historia Natural de España, y, además, ordenaba sus pensamientos. Por muy fatigoso que fuera el viaje, no podía dormir si antes no lo hacía.
“Desde aquí en cuatro horas llegamos a Guadalcanal por un llano y unas colinas que hay hasta el pie de Sierra Morena, de la cual se andan dos leguas antes de entrar en dicha villa, que tendrá de setecientos a ochocientos vecinos. Hay en sus cercanías abundancia de zumaque, cuya hierba se corta en el mes de agosto, y su tallo, hojas y flores se muelen, y llevan a vender a Sevilla para curtir cueros”.
El geólogo se llevó la mano a los riñones. Le dolían. Estaba muy cansado. Aún así, siguió escribiendo:
“Las cimas montañas de Sierra Morena alrededor de Guadalcanal son todas redondas como bolas, juntas unas con otras, y casi de la misma altura: en lo cual se diferencian de las restantes de España, que, por lo regular, son puntiagudas, especialmente las de los Pirineos, donde se levantan picos sobre picos, pudiendo estas compararse al mar agitado de una borrasca; y las de Guadalcanal a la uniformidad de las olas en tiempo bonancible y sereno”.
Bowles quería terminar sus impresiones sobre el paisaje que había visto hasta llegar a Guadalcanal antes de acostarse, tarea que no le llevó mucho tiempo. Al poco, se retiró a descansar. Al día siguiente había que salir muy temprano. Había que ir a la mina de Pozo Rico.

V

París. Jardín Du Roy. 1806
Monsieur Vauquelin ya tenía preparada el agua regia y los otros ácidos para la separación del platino. Hacía tiempo que la discusión sobre si este material era un metal nuevo o una aleación de hierro y oro se había zanjado. El conde de Buffon era el máximo enemigo de la teoría de considerar al platino como un metal nuevo. Pero muchos otros habían aportados muestras suficientes, años después, para demostrar que el platino existía por sí mismo, una vez separado de la gran variedad de metales con los que aparecía combinado en la naturaleza.
  
VI
Guadalcanal, Extremadura. 54 años antes.
El aire de la sierra golpeaba al irlandés. Al menos, se consoló, no llovía. Pero el ambiente era húmedo. Convenía no demorarse. Al poco de iniciado el camino, las primeras luces del alba empezaron a teñir de lilas y amarillos los perfiles de los cerros. Las mulas avanzaban con calma por los caminos, todavía blandos por las lluvias de días anteriores.
Tanto daba que se las azotara. No cambiaban el paso. Al fin, a primera hora de la mañana, llegaron a la mina.
El irlandés respiró profundamente. Difícil encontrar aire más puro. Empezó a hablar con su acompañante, quien, acto seguido, empezó a dar órdenes a la cuadrilla de mineros que habían sido puestos a sus disposición. Había que prepararlo todo para bajar cuanto antes. Era mucho el trabajo que había que hacer y muy poco el tiempo.
Eligieron el pozo que se llamaba Campanilla. Primero marchaba uno de los mineros más veteranos, un hombre muy delgado y enjuto, de vivos ojos azules y de movimientos ágiles. Al irlandés se le asemejó a un gato. Durante buena parte de recorrido, Bowles siguió los movimientos de aquel hombre: conocía aquello con la palma de la mano y pisaba como si tuviera miedo de despertar a algún ogro dormido en lo más profundo de aquellas galerías. No pudo sino admirarle. Tras aquel minero iba el capataz, y, en seguida, Bowles y su asistente. Detrás todos los demás, media docena de hombres, con picos, palas y azadas y el resto de material para abrir más pozos y zanjas si el agua, abundante en esas profundidades y más en esa época del año, lo permitía.
De vez en cuando, el geólogo se paraba. Su asistente le sujetaba la lámpara para que pudiera hacer alguna mínima anotación. Casi se podía tocar la humedad de las galerías.
Bowles miraba, escudriñaba y tomaba muestras. Hubo algo que le llamó especialmente la atención:
-Cuarzo. Es extraño. No es fácil verlo en estas betas. En España no lo había visto hasta ahora.
Siguieron andando. Finalmente, se encontraron con agua. Ya no se podía seguir, pero para el irlandés era suficiente: podía hacerse ya una idea de la importancia del pozo.


viernes, 28 de marzo de 2014

EL OCÉANO COMO TUMBA - Un episodio guadalcanalense


El Mar del Sur, el Océano Pacífico…
Una inmensidad de agua de salada…
Esa fue la tumba de Francisco Hernández Carrasco, soldado de la armada que iba en demanda de las Islas de Poniente, también llamadas Filipinas, que así las llamó Magallanes, 44 años antes, en honor del entonces joven príncipe.

Las órdenes que don Miguel López de Legazpi llevaba para esta armada eran la de hallar la ruta más segura hacia aquellas tierras, que fueron la tumba del desdichado Magallanes. Y sobre todo era importante encontrar el tornaviaje, es decir, el camino de regreso, evitando los vientos y tempestades que azotaban aquellas aguas y que tanto hicieron penar al desdichado Villalobos. Había que ganarles la partida a los portugueses, que ya dominaban las Molucas, habían establecido su colonia de Macao y habían llegado hasta Japón. Ganaban la carrera por la tierra de la Especiería. Y poco importaba que las Islas de Poniente, en verdad, entraran en la jurisdicción portuguesa en virtud del Tratado de Tordesillas de 1494. Su Majestad el rey don Felipe no estaba dispuesto a dejarse ganar por los portugueses. 
Pero de eso era mejor que no se enterara el bueno de fray Andrés de Urdaneta, que tenía, o creía tener, planes diferentes. El bueno de Urdaneta, uno de los hombres más audaces e inteligentes que han surcado los mares. Y uno de los más incomprendidos.
Pero el virrey Luis de Velasco tenía muy claro su cometido: poblar las islas de Poniente y fundar una colonia, que sirviera de puerto seguro para los navíos de Su Majestad. Velasco, sabedor del valor de Urdaneta, lo incluyó en la armada de Legazpi, que de mar sabía lo justo, todo lo contrario que el agustino, que era un notable cosmógrafo. Pero había cosas que Urdaneta no tenía por qué saber. 

El agustino Urdaneta ya había participado en la expedición de Loaysa y que había estado diez años en las Molucas. Era un hombre de enorme valía y de experiencia notable. Y era el alma de la expedición. Su prestigio aseguraba alianzas, sin duda. Porque no se trataba de una expedición más. No. Estaba en juego la presencia del Imperio en Asia y el dominio absoluto del Mar del Sur, aquel al que algunos, años después, bautizaron como El lago español. Y así se lo dijo al propio Felipe II el virrey Velasco. Urdaneta era imprescindible, sobre todo para el asunto del tornaviaje, el peligroso viaje de vuelta a Nueva España.
-Es la persona que más noticia y experiencia tiene de todas aquellas islas y es el mejor y más cierto cosmógrafo que hay en esta Nueva España-
Pero había más: había que establecer un puerto seguro para la ruta desde Nueva España, y había que evangelizar a los naturales de las islas que se encontraran y de las que se tomara posesión. Además, Legazpi llevaba la instrucción de buscar a los supervivientes de la expedición de Ruiz de Villalobos, que 22 años antes había intentado llegar a las Islas de Poniente y volver. La expedición fue un desastre, y se tenía por ciento que algunos de los hombres de aquella infortunada aventura todavía seguían allí, pues alguno de ellos había sido rescatado por otros navíos españoles después de haber vivido varios años entre los naturales en islas perdidas en medio de aquel inmenso océano.
La armada tenía una misión importante, pues. Y pronto la noticia corrió por toda Nueva España. Las promesas de aventura, gloria y riqueza, y los elevados propósitos de la misión atrajeron a muchos jóvenes. Uno de ellos fue Francisco Hernández Carrasco, que se enroló portando sus propias armas y toda su hacienda, que por otra parte no era mucha. Se alistó en la compañía del almirante, que iba en la nao capitana, y fue el maestre de campo de la compañía de Mateo del Sauz.
Se zarpó el 21 de noviembre de 1564. Eran 350 hombres embarcados en cinco naves: el galeón San Pedro, que era la nao capitana, el San Pablo, los pataches San Juan de Letrán y San Lucas, y el bergantín Espíritu Santo. Dos días, antes, y como era tradición, se habían bendecido las armas y los estandartes. Era el capitán general el ya citado Legazpi, pese  que no era marino. Estaba viudo y enroló a su nieto, Felipe de Salcedo. Andrés de Urdaneta era uno de los pilotos.
Se inicio la jornada con derrota del sudoeste, en principio sin viento, aunque luego fue apareciendo. Dos días después, estaban a cien leguas de las costas mexicanas, y pronto empezaron los problemas. Fue al cuarto día de navegación, momento en el que se revela  a Urdaneta los propósitos principales de la expedición: llegar a las Islas de Poniente y establecer en ellas una colonia. Había que hacérselo saber porque era el momento de mudar la derrota. Urdaneta se oponía y se opuso: aquellas islas eran portuguesas. Pero no tuvo más remedio que acatar las órdenes. De hecho, se ofreció a dirigir las operaciones para encontrar la mejor ruta hacia las Filipinas. Tal era su carácter.
Hacia el 1 de diciembre desapareció el patache San Lucas. En principio se pensó que se habían perdido en medio de los fuertes vientos y las aguas embravecidas. Luego se supo que, simplemente, el capitán Alonso de Arellano y el piloto Lope Martín, habían decidido desertar. Llegarían a Filipinas y regresarían a la Nueva España, el 9 de agosto de 1565. Pero esa es otra historia.
Los vientos alisios empujaron al resto de la armada a una velocidad de unas treinta leguas diarias. Y así llegaron a lo que hoy son las Islas Marshall, a las que llamaron De los Barbudos por el aspecto de sus naturales, y a las que llegaron el 9 de enero. Pero para entonces, Francisco Hernández Carrasco había muerto, enfermo, agotado por el viaje. Su cuerpo yacía ya en el fondo del mar. No fue el único que murió en aquel viaje sin llegar a ver las Islas de Poniente. También murieron los soldados Juan Ruiz de Aulestia, natural de la localidad del mismo nombre, Aulestia; Francisco Gómez, de Gibraléon, en Huelva; el artillero veneciano Jerónimo Juan, y el grumete de la nao capitana, Ochoa de Arratia.
Tras llegar a Guam, en las Islas Marianas, y donde murió el infortunado Ochoa de Arratia a manos de los naturales, llegaron al archipiélago de los Ladrones, como entonces las llamaban los españoles, el día 23 de enero. Y el 13 de febrero llegaban a la isla de Samar, ya en las Filipinas. Estuvieron en Leyte, en Cebú. Y allí, en uno de los poblados, en una choza, encontraron la imagen del Santo Niño que 44 años antes había dejado allí Magallanes. Y por ello se instituyó allí la Cofradía del Santísimo Nombre de Jesús.
El 1 de julio de 1565 inició el viaje de vuelta parte de la expedición. Lo hizo en una sola nao, la San Pedro, con el joven nieto de Legazpi, Felipe de Salcedo, como capitán. Pero fue Andrés de Urdaneta, sin duda, el que consiguió que, cuatro meses, después, llegaran a Acapulco, en Nueva España. Era el 1 de octubre y la armada había conseguido su cometido principal: encontrar el tornaviaje desde las Filipinas, o Islas del Poniente, hasta la Nueva España, ruta que después llamarían El galeón de Manila. Legazpi se queda en las Islas de Poniente, funda Manila el 24 de junio de 1571. Muere en las Filipinas el 20 de agosto de 1572.
Pero Francisco Hernández Carrasco no pudo ver nada de esto. Aquel 8 de diciembre de 1564, en medio de ninguna parte, en aquella inmensidad de agua, moría. Dejaba, según el auto que duerme en los archivos, 49 pesos de oro, que debían ser heredados por sus padres, Francisco Hernández Carrasco y María Díaz.
Para Francisco Hernández Carrasco no hubo Islas de Poniente. Para este joven soldado no hubo regreso. Y ni mucho menos gloria y fortuna. Para Francisco Hernández Carrasco sólo hubo pesar, enfermedad y muerte.
Y un océano como tumba, lejos, muy lejos, de su Guadalcanal natal.

JESÚS RUBIO
16 de marzo de 2014. Olías del Rey, Toledo.



BIBLIOGRAFÍA

Derroteros y relaciones de los pilotos al viaje de Filipinas. 1568. Archivo General de Indias. Patronato, 23, R.16.

GARCÍA-ABÁSOLO, Antonio. Compañeros y continuadores de Urdaneta. Vascos en la Ruta de la Seda. Capítulo del libro Andrés de Urdaneta, un hombre moderno, que recopila trabajos del Congreso Andrés de Urdaneta, un hombre moderno, celebrado en Ordizia (Guipúzcoa) en 2008. Susana Truchuelo García, editora.

Información sobre bienes de difuntos. Ochoa de Arratia y otros. 1567. Archivo General de Indias. Contratación, 472, N.3, R.3.

SIERRA DE LA CALLE, Blas. La expedición de Legazpi-Urdaneta (1564-65). El tornaviaje y sus frutos. Valladolid, 2006.


Relación del viaje y derrotero de la Armada de Legazpi. 1564. Archivo General de Indias. Patronato, 23, R.19.

miércoles, 26 de marzo de 2014

CATASTRO MARQUES DE LA ENSENADA SOBRE GUADALCANAL (11 de 11)

                                      Recopilación de Juan José Martínez

comerciar en el ejercicio de la arriería por medio de un hijo con seis caballerías menores regulan de utilidad al año mil setecientos reales a Bárbara Chávez viuda por comerciar en la arriería por medio de un hijo con una caballería mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil trescientas cincuenta reales a Ana Robledo viuda por comerciar en el ejercicio de la arriería por medio de un hijo con una caballería mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos cincuenta reales a Domingo (-----) por peón publico incluso el salario de ciento treinta y dos reales que le da el concejo de esta villa regulan de utilidad al año quinientos reales a Pablo de Velarde contador de carne regulan de utilidad al año mil doscientos reales igual cantidad al año a Blas de Velarde por la misma razón.
  
33. Qué ocupaciones de artes mecánicos hay en el pueblo, con distinción, como albañiles, canteros, albéitares, herreros, sogueros, zapateros, sastres, pelaires, tejedores, sombrereros, manguiteros y guanteros, etc.; explicando en cada oficio de los que hubiere, el número que haya de maestros oficiales y aprendices, y qué utilidad le puede resultar, trabajando meramente de su oficio, al día cada uno.

A la trigésimo tercera pregunta dijeron:
Que en esta villa hay dos pintores y doradores que lo son José Rodríguez Mendoza y Francisco Rivera que ganan seis reales en cada un día de los que trabajan al año: Hay en escultor que lo es Francisco Rivera Antúnez que gana en cada un día de los que trabaja al año seis reales: Hay cinco herreros que lo son Francisco Herranz, Francisco Esavido, Pedro Bernabé, Francisco Fajardo y Manuel Velazquez que ganan cuatro reales cada un día de los que trabajan al año: Hay dos cerrajeros que lo son Mateo Caballero y Pedro Cordero que ganan cuatro reales en cada un día de los que trabajan al año: Un oficial de cerrajero y lo es Juan Cordero que gana en cada un día dos reales: Once carpinteros que lo son Juan Caballero Neira, Luis Fernández Abulagar, Diego José Robledo, Sebastian Rodríguez, Andrés Espino de la Peña, Juan de Dios, Santiago Robledo, Agustín Santiago Guerrero, Pedro de Lara, José Núñez y Jerónimo de la Peña que ganan en cada un día de los que trabajan cinco reales: dos caldereros y lo son Manuel Picon y Manuel Bonilla que ganan en cada un día de los que trabajan cinco reales. Seis herradores y lo son José Miguel, Juan de Dios Fonseca, Miguel Ortiz, Andrés Jiménez, Juan Rodríguez Penquilla y Diego Martín Luengo que ganan en cada un día de los que trabajan cinco reales: Once alarifes y lo son Antonio Martín Formalino, Domingo de Aporta, Juan Prión, Julián Domínguez, Manuel Yáñez, Domingo Rodríguez, Juan (-----), Juan Boceta, Juan Yáñez Álvarez, Manuel Cordero y José Serrano que ganan en cada un día de los que trabajan al año cuatro reales veintidós sastres y lo son Antonio Rodríguez, Antonio Márquez, Cristóbal Robledo, José Robledo, Diego Rodríguez, Diego Ruiz, Eugenio Soria, Francisco Narciso Álvarez, Francisco Ponce, Joaquín Robledo, José del Castillo, Juan García Robledo, Nicolás Álvarez, Pedro de los Ríos, Pedro Robledo, Miguel Fernández, Bartolomé Moreno, José Soria, Juan Ponce, Joaquín Ponce y Antonio Vicente, que ganan en cada un día de los que trabajan cuatro reales: treinta y un tejedores de lienzos y lo son Antonio Rodríguez, Alonso Márquez, Pedro Márquez, Álvaro Márquez, Fernando Burgos, Juan de Chávez, Francisco Chávez, Juan Guernica, Juan Vázquez, Jerónimo de Chávez Vera, Joaquín de Arias, Pedro Fernández, Pedro López Palomo, Cristóbal Joaquín Robledo, Cristóbal Carrascal Espino, Nicolás Arenas, Francisco Márquez, Sebastian Sánchez, Lucas Guernica, Antonio Victorio, Juan Martín Luengo, Pedro Burgos, Bartolomé Arias, Valentín Arias, Miguel Francisco de la Parra, Miguel Clavijo, Francisco Nieves, José Rodríguez, Pedro de Lara, Vicente Yáñez y José de la Peña que ganan en cada un día de los que trabajan cuatro reales: Un ollero y lo es Sebastian Rosales que gana en cada un día de los que trabaja cuatro reales: Un calzador y lo es Francisco García que gana en cada un día de los que trabaja tres reales: Tres (------) y lo son Nicolás de León, Bernardo Guerrero y José de León que ganan en cada un día de los que trabajan cuatro reales treinta y seis zapateros, y lo son Antonio Agudo, José Sánchez, Juan Gordillo, Miguel Ortiz, Vicente Morente, José Moreno, Manuel de la Peña, el sevillano Pedro Díaz, Bartolomé Ortiz, Manolo Ortiz de Pulgarín. Francisco Aporta, Cristóbal Huerta, Diego Trigos, Diego García, Fernando Álvarez, Francisco Pérez, Francisco Zendon, Francisco Crespo, Francisco Iglesias, José Ortiz, José Román, José del Barco, José Ortiz, Miguel Rodríguez, Nicolás Suárez, Pedro Fontan, Pedro de Ortega, Antonio Sánchez, Pedro de Fuentes, Alonso Jiménez, Alonso Cabeza, Andrés Jiménez, Vicente Gra y Cristóbal García que ganan en cada un día de los que trabajan cuatro reales: seis oficiales de zapateros y lo son Francisco Rodríguez y José Trigo, Juan Ortiz, Fernando Valentín, Antonio Guerrero y José Jiménez que ganan en cada un día de los que trabajan tres reales: Y cuatro curtidores que son José Valcárcel, Manuel Fernández Remersa, Martín Delgado y Juan Antonio Álvarez y ganan en cada un día de los que trabajan cuatro reales.

34. Si hay entre los artistas alguno, que teniendo caudal, haga prevención de materiales correspondientes a su propio oficio o a otros, para vender a los demás, o hiciere algún otro comercio, o entrase en arrendamientos; explicar quienes, y la utilidad que consideren le puede quedar al año a cada uno de los que hubiese.

A la trigésimo cuarta pregunta dijeron:
Que en esta villa no hay de los referidos artistas alguno que haga prevención de materiales correspondientes a su propio oficio dando para vender a los demás a que tenga otro. Algún comercio o arrendamiento mayor que los expresados.

35. Qué número de jornaleros habrá en el pueblo y a cómo se paga el jornal diario a cada uno.

A la trigésimo quinta pregunta dijeron:
Que en esta villa hay veinticinco mayorales de ganado lanar, cuatro de ganado vacuno, diez y seis de ganado cabrio en que se incluyen los mismos dueños que le guardan cuatro de ganado yeguar y ocho de ganado cerda que por lo regulan ganan todos los referidos mayorales en salario, manutención y demás obvenciones setecientos reales: treinta y dos monaderos o zagales de ganado lanar; quince de ganado vacuno, veinticinco de ganado cabrio en que se incluyen los mismos dueños que le guardan; y nueve de ganado de cerda, cuya soldad regulan de todos los referidos zagales en todas obvenciones quinientos reales por año: Un baquero de concejo, cuyo empleo o ejercicio dejara libres por año novecientos reales: Dieciséis aperadores en que se incluyen sirvienta de igual soldada que la regulan que ganan en salario, manutención y demás obvenciones ochocientos reales por año: Ciento dieciséis mozos de labor , gañanes y sirvientes de igual soldada que la regulan que gana en todas obvenciones es setecientos sesenta reales por año, cincuenta labradores que por sus personas trabajan a quienes regulan como meramente jornaleros, y como a tales tres reales de utilidad en cada un día de los que se emplean en el referido mi monero: Quinientos sesenta y dos jornaleros braceros en que se comprenden nueve soldados, milicianos y sirvientes de igual soldada a quienes regulan tres reales al día de los que trabajan al año.

36. Cuantos pobres de solemnidad habrá en la población.

A la trigésimo sexta pregunta dijeron:
Que en esta villa hay treinta y dos pobres, hombres y mujeres.

37. Si hay algunos individuos que tengan embarcaciones, que naveguen en la mar o ríos, su porta, o para pescar; cuántas, a quien pertenecen y que utilidad se considera da cada una a su dueño al año.

A la trigésimo séptima pregunta dijeron:
Que en esta villa no hay individuo alguno que tenga embarcaciones que naveguen en mar o río.

38. Cuántos clérigos hay en el pueblo.

A la trigésimo octava pregunta dijeron:
Que en esta villa hay avecinados diecisiete sacerdotes, incusos tres párrocos, cuatro oraconos, dos subdiáconos, y treinta y seis clérigos de menores beneficiados.

39. Si hay algunos conventos, de qué religiones y sexo, y qué número de cada uno.

A la trigésima nona pregunta dijeron:
Que en esta villa hay un convento de religiosos franciscos observantes cuya comunidad se compone de veinticinco sacerdotes, tres coristas, siete legos y cinco donados: Otro convento de religiosas franciscanas de la advocación de Nuestra Señora de la Concepción, cuya comunidad se compone de veintitrés religiosas profesas, otro convento de religiosas del y otro convento de religiosas del orden de Santa Clara de la advocación del Espíritu Santo cuya comunidad se compone de veinticuatro religiosas profesan y dos novicias, y un hospicio de monjes Basilios llamados del Perdón que se compone de dos sacerdotes y un donado……………………………………………………………………………………

40. Si el rey tiene en el término o pueblo alguna finca o renta, que no corresponda a las generales ni a las provinciales, que deben extinguirse; cuáles son, cómo se administran y cuánto producen.

A la cuatrogesima pregunta dijeron:
Que el Rey no tiene en esta villa y su termino mas rentas de las que no saben exigible con el establecimiento de la única contribución, que la de subsidio, y expensado, lanzas y medias lanzas correspondientes a los efectos y ramos que en esta villa y su termino pertenecen a la encomienda de la villa, y a la de vasallamentos; previniendo que por lo antes respectiva y (-----) que la obtenga el Serenísimo Señor Infante Cardenal Arzobispo de Toledo y Sevilla esta excepto a A. A. apagar las expresadas cargas en virtud del derecho de veinte siete de Abril de  mil setecientos treinta y siete--------------------------------------------
            Todo lo cual dijeron: Es la verdad según su leal saber y entender, y la razón que pueden dar sobre los referidos atienvos por que han sido interrogados, y a si lo declararon socargo de su juramento en que reafirmaron y ratificaron y con su Señoría Coronel Gobernador lo firmaron los que  supieron de que doy fe: Don Juan de Santiago y Chinchilla: Alonso López de la Vera: Don Antonio de Castilla: Don Andrés de Ortega: Diego Jiménez Caballero: Antonio Esteban: Miguel Albarrán: Cristóbal Rico: Francisco Muñoz Duran: Francisco Luis Larios: Antonio Alonso: Antonio Casado y Arias.
Testado=seiscientos=entera=cien=(--------)=Lozano=Vale.


lunes, 24 de marzo de 2014

CATASTRO MARQUES DE LA ENSENADA SOBRE GUADALCANAL (10 de 11)

                                    Recopilación de Juan José Martínez

en vino, zumaque, machos cabrios y carneros regulan dos mil reales: A Don Herrera por comerciar en vino, zumaque tres mil reales: A Juan Muñoz por comerciar en aguardiente seiscientos reales a Pedro García por comerciar en zumaque trescientos reales a Francisco García  por igual razón que el antecedente cien reales a Juan Calado por igual razón cien reales a Don Francisco Medina y Cejuela propietario por comerciar en aguardiente seiscientos reales a Don Pedro José de Cote propietario por comerciar en vino y aguardiente seiscientos reales a Tomas Vicente en aguardiente setecientos reales a Don Francisco Morales Cejuda propietario por comerciar en aguardiente trescientos reales a Don Francisco Jiménez Lucas Racuelo clérigo de menores por comerciar en vino y aguardiente cien reales a Don Luis Hidalgo clérigo de menores por comerciar en vino y aguardiente quinientos reales a Don Antonio de Ortega y Robles propietario por capellán del convento de religiosas de la Concepción de la villa consideran de utilidad al año doscientos y sesenta reales que tiene de salario a Don Cristóbal Riaño Calvo de la Banda propietario por capellán del convento de religiosas del Espíritu Santo de esta villa consideran de utilidad al año cien reales que tiene de salario, hay dos boticarios que lo son Don Antonio Montero propietario a que consideran de utilidad al año dos mil doscientos reales y Miguel Guzmán a quien consideran de utilidad al año tres mil reales. Hay dos mancebos de botica que lo son Alonso de Montemayor y Larza y Joaquín Pineda que a cada uno consideran de utilidad al año cuatrocientos cincuenta reales. Hay dos cirujanos que lo son Antonio Díaz a quien regulan de utilidad al año trescientos reales y Fernando de Vargas a quien consideran de utilidad al año cuatrocientos reales y nueve barberos sangradores que lo son el referido Fernando de Vargas a quien regulan de utilidad al año seiscientos reales: Pedro Vázquez a quien regulan seiscientos reales Miguel Vázquez a quien regulan seiscientos reales José Pizarro a quien regulan seiscientos reales: Manuel Núñez a quien regulan seiscientos reales: José Vázquez a quien regulan trescientos reales Sebastian Delgado a quien regulan trescientos reales Juan Bernal a quien regulan trescientos reales y Tomas Ruiz a quien regulan trescientos reales un trucuelo que administra la (-----) de trucos de la cofradía del Santísimo a quien regulan de utilidad al año mil trescientos veinte reales que tiene de salario a Don Bernardo Pérez por trato de mercader consideran de utilidad al año seis mil reales a Félix Martín por igual razón consideran de utilidad al año cuatro mil reales a Francisco Rodríguez por el mismo trato consideran mil cien reales Juan de Sevilla Recio por el mismo trato consideran mil cien reales a Luis Francisco Pinto consideran de utilidad al año por el mismo trato seiscientos reales. A Bartolomé Rodríguez por cajero de Don Bernardo Pérez consideran de utilidad al año ochocientos reales a Fernando Suárez por cajero de Félix Martín consideran de utilidad al año ochocientos reales a Juan del Mármol por el trato de mercadería que tiene consideran de utilidad al año mil cien reales a Antonio Díaz por el mismo trato consideran de utilidad al año mil reales a Narciso del Mármol por igual trato consideran ochocientas reales a José Cristóbal por igual trato consideran mil cien reales a Francisco Rodríguez Merino por igual trato consideran de utilidad al año quinientos reales a Baltasar González por igual trato quinientos reales a Silvestre Cristóbal por igual trato consideran de utilidad al año quinientos reales a Pedro López Mañero por el trato de recadero que tiene. Consideran de utilidad al año mil doscientos reales a Francisco Narciso Álvarez por igual trato consideran de utilidad al año doscientos reales a Magdalena Rodríguez viuda por igual trato consideran de utilidad al cien reales a Feliciano Martínez por igual trato consideran de utilidad al año doscientos reales a Juan Baptista por igual trato consideran de utilidad trescientos y treinta reales a Gonzalo González por igual trato consideran de utilidad al año doscientos reales a Andrés González por igual trato consideran de utilidad al año trescientos treinta reales a Juan Cairon Miguel Lozano, Manuel Alfonso y José Ramos por igual trato de recatoneros, consideran a cada uno de utilidad al año doscientos reales a Bartolomé Jiménez por igual trato de recatonero, consideran de utilidad al año cuatrocientos reales y a Francisco Gómez por igual trato consideran de utilidad al año trescientos reales a Miguel Lozano de Gálvez por medidor del vino consideran de utilidad al año trescientos reales a Juan Mármol por (-----) de las rentas (-------) consideran de utilidad al año seiscientos cincuenta reales que tiene de salario a Lucas García por regir el reloj consideran de utilidad al año ciento cincuenta reales que le da el concejo de la villa a Santiago José de Acuña por mandadero del convento de religiosas de la Concepción de esta villa consideran de utilidad al año cuatrocientos reales a Pedro Domínguez hijo de Santiago Domínguez por mandadero del convento de religiosas de Santa Clara, consideran de utilidad al año trescientos cincuenta reales a Juan de Toro por mandadero del convento de religiosas de Espíritu Santo consideran de utilidad al año cuatrocientos cincuenta reales a Fernando Álvarez por el trato de mesonero regulan de utilidad al año mil cien reales a José García por igual trato regulan de utilidad al año ochocientos reales a Manuel García por igual trato consideran de utilidad al año setecientos reales a Pedro Romero por ser arriero con una caballería mayor y dos menores consideran de utilidad al año mil ciento cincuenta reales a Sebastian Galeón por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores consideran de utilidad al año mil setecientos cincuenta reales a Tomas Arroyo por ser arriero con una caballería mayor y cuatro menores regulan de utilidad al año mil quinientos cincuenta reales a Agustín Moya por ser arriero con tres caballerías menores regulan de utilidad al año mil cien reales a Diego Ruiz por ser arriero con una caballería mayor y seis menores regulan de utilidad al año mil novecientos cincuenta reales a Diego García con una caballería mayor y cuatro menores regulan de utilidad al año por el ejercicio de la arriería mil quinientos cincuenta reales a Pedro Baceta por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos cincuenta reales a Pedro Pérez por ser arriero con tres caballerías menores regulan de utilidad al año, mil cien reales a Rodrigo Álvarez por ser arriero con dos caballerías mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil reales a Diego Ortiz Pinelo por ser arriero con una caballería mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil trescientos y cincuenta reales a Francisco Espino por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores regulan de utilidad al año, mil setecientos cincuenta reales a Francisco González por ser arriero con una caballería mayor y seis menores regulan de utilidad al año mil novecientos cincuenta reales a José Romero por ser arriero con dos caballerías mayores, y cuatro menores regulan de utilidad al año mil ochocientos reales a Juan Ortiz por ser arriero con una caballería mayor y dos menores regulan de utilidad al año mil ciento cincuenta reales a Juan Gómez por ser arriero con una caballería mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil trescientos y cincuenta reales a Juan Marcial por ser arriero con una caballería mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil trescientos cincuenta reales a Miguel Álvarez por ser arriero con tres caballerías mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil doscientos cincuenta reales a Pedro Rodríguez por ser arriero con tres caballerías menores regulan de utilidad a la mil cien reales a Pedro García por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores regulan al año mil setecientos cincuenta reales a Cristóbal de Burgos por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos cincuenta reales a Cristóbal Villate por ser arriero con una caballería mayor y dos menores regulan de utilidad al año mil ciento cincuenta reales a Juan Calado por ser arriero con dos caballerías mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil reales a Baltasar Viejo por ser arriero con cinco caballerías menores regulan de utilidad al año mil quinientos reales a Cristóbal Muñoz por ser arrero con tres caballerías mayores, y cuatro menores regulan de utilidad al año dos mil cincuenta reales a Cristóbal Ortiz Pinelo por ser arriero con dos caballerías menores regulan de utilidad al año novecientos reales a Cayetano de Heredia por ser arriero con cinco caballerías menores regulan de utilidad al año mil quinientos reales a Diego Álvarez por ser arriero con una caballería mayor y siete menores regulan de utilidad al año dos mil ciento cincuenta reales a Francisco Cantero por ser arriero con tres caballerías menores regulan de utilidad al año mil cien reales a Francisco Silvestre Villate por ser arriero con seis caballerías menores regulan de utilidad al año mil setecientos reales a José Gutiérrez Guisada por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos cincuenta reales: A Antonio Cerezo por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos cincuenta reales a Francisco Bayazo por ser arriero con cuatro caballerías menores regulan de utilidad al año mil trescientos reales a Francisco (------) por ser arriero con dos caballerías mayores y siete menores regulan de utilidad al año dos mil cuatrocientos reales: A Francisco Lozano por ser arriero con dos caballerías menores regulan de utilidad al año novecientos reales a Gregorio Ruiz por ser arriero con una caballería mayor regulan de utilidad al año setecientos cincuenta reales a Francisco Álvarez por ser arriero con dos caballerías mayores y cinco menores regulan de utilidad el año dos mil reales a Joaquín Gómez por ser arriero con una caballería mayor y cuatro menores regulan de utilidad al año mil quinientos cincuenta reales a José del Rey por se arriero con una caballería mayor y seis menores regulan de utilidad mil novecientos cincuenta reales a Pedro López Manero por ser arriero con tres caballerías menores regulan de utilidad al año mil cien reales a Luis Rodríguez por ser arriero con una caballería mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos cincuenta reales a José Márquez por ser arriero con cuatro caballerías menores regulan de utilidad al año mil trescientos reales: A Tomas de Espínola ser arriero con dos caballerías mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil reales a Juan Lozano con una caballería y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientas cincuenta reales: A Cristóbal Alva es arriero por medio de un hijo con una caballería mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil trescientos cincuenta reales Don Francisco de Castilla y Monsalve por comerciar en el ejercicio de la arriería por medio de un criado con dos caballerías mayores y cuatro menores y le regulan de utilidad al año mil trescientos reales a José Vázquez mil trescientos reales por ser arriero por medio de un criado, o hijo con una caballería mayor y cuatro menores, regulan de utilidad al año mil y cincuenta reales a Isabel Ortiz viuda por 

sábado, 22 de marzo de 2014

CATASTRO MARQUES DE LA ENSENADA SOBRE GUADALCANAL (9 de 11)

                                      Recopilación de Juan José Martínez

32. Si en el pueblo hay algún tendero de paños, ropas de oro, plata y seda, lienzos, especería u otras mercadurías, médicos, cirujanos, boticarios, escribanos, arrieros, etc. y qué ganancia se regula puede tener cada uno al año.

A la trigésima segunda pregunta dijeron:
Que cada alcalde ordinario tiene de emolumentos de firmas (---------) y viajes que hacen en beneficio de esta villa: hasta trescientos reales cada regidor cien reales el alguacil mayor cien reales el mayordomo de concejo que hace veces de sindico provincial ciento cincuenta reales a Francisco Villegas y Juan Belloso alguaciles ordinarios por sus diligencias y hacer de alcaides les consideran incluso el salario de seiscientos reales que les da la villa seiscientos reales a cada uno: Dos escribanos públicos y del ayuntamiento de esta villa que los son Miguel Jerónimo Escutia, y Francisco Muñoz Duran a quienes vajados mil quinientos reales que paga por la escribanía publica y del juzgado al hospital de la Sangre de la ciudad de Sevilla, e incluso el salario de mil cien reales que le da la villa le consideran de utilidad en todos obvenciones al año, mil cincuenta reales a cada uno: Otro escribano que lo es de la Ronda del Tabaco llamado Juan Esteban Fernández y tiene de salario en cada un año cuatro mil cuatrocientos reales. Dos abogados de los Reales Consejos que lo son Don Cristóbal García Calvo de la Blanca presbítero a que regulan de utilidad al año quinientos cincuenta reales y Don Juan Francisco de Valencia clérigo de menores q que regulan mil cien reales de utilidad al año, tres medios que los son Don Cristóbal Moreno propietario a que incluso el salario anual de doscientos reales que le da el convento del Espíritu Santo de esta villa le regulan de utilidad al año mil trescientos reales Don Pedro José de Cote propietario a que regulan de utilidad al año trescientos reales Don Francisco Espejo a que regulan de utilidad al año dos mil reales: Hay tres notarios apostólicos que lo son Don Juan Ignacio de Burgos propietario a que regulan de utilidad al año sesenta reales y Diego Medina a que regulan de utilidad al año doscientos reales: Hay siete sacristanes que lo son de la Iglesia Parroquial de Santa María la mayor, Don Francisco Santiago Rodríguez propietario y Don Sebastian (Ortiz) propietario que a cada uno con todas obvenciones le regulan de utilidad al año setecientos cincuenta reales de la iglesia parroquial de Señora Santa Ana Don Juan (Ortiz) propietario Don Lorenzo de Alva clérigo de menores que a cada uno le regulan en toda obvenciones de utilidad al año cuatrocientos cincuenta reales, y Juan Delgado, hijo de Pedro Delgado a que en la misma conformidad le regulan de utilidad al año ciento cincuenta reales y de la Iglesia Parroquial de Señor San Sebastian Don Cristóbal Prieto propietario y Don José Ruiz clérigo de menores a quienes regulan en todas obvenciones de utilidad al año mil reales por mitad: Hay siete acólitos que lo son  de la Iglesia Parroquial de Santa María la mayor, Rodrigo Yáñez hijo de Juan Yáñez de Gálvez, Francisco Caballero hijo de Juan Caballero y Pedro Núñez hijo de Manuel Núñez y a cada uno le regulan de utilidad al año en todas obvenciones cien reales de la Iglesia Parroquial de Señora Santa Ana Andrés Álvarez hijo de Manuel Álvarez y Francisco Guzmán hijo de Ana Muñoz la (-----) viuda y a cada uno le regulan de utilidad en todas obvenciones al año cien reales de la Iglesia Parroquial Don Sebastian Álvarez Gálvez hijo de José de Gálvez y Bartolomé Vázquez hijo de José Vázquez a quien le regulan en la misma conformidad de utilidad al año cien reales. Hay tres organistas que lo son Don Francisco Medina y Cejudo propietario de la Iglesia Parroquial de Santa María la mayor a que incluso el salario de trescientos cincuenta reales que le da la villa le regulan de utilidad al año en todas obvenciones setecientos cincuenta reales Francisco de Alva hijo de Cristóbal de Alva de la Iglesia Parroquial de Señora Santa Ana a quien regulan de utilidad en todas obvenciones al año cuatrocientos cuarenta reales Don Agustín Medina Aguilar y Cejuelo propietario de la Iglesia Parroquial Don Sebastian a quien incluso la renta que produce la obra pía de las (-------) regulan de utilidad en todas obvenciones al año mil cien reales: Hay un precepto de gramática que lo es el referido Agustín Medina Aguilar y Cejuelo propietario a quien regulan de utilidad en todas obvenciones al año mil cien reales: Hay un fiscal de Vara del estado (----) que lo es José del Castillo a quien regulan de utilidad al año ciento cincuenta reales: Hay dos (-------) de primeras letras que lo son Cristóbal Jiménez del Castillo y Fernando Alva y a cada uno regulan de utilidad al año seiscientos reales a Don José de Cabrera y Maldonado propietario por orden del convento de religiosas de la Concepción de la villa le regulan de utilidad al año mil cien reales que tiene de salario al mismo Don José de Cabrera por administrador de la obra pía que fundo Diego García de la Parra regulan de utilidad al año ciento cincuenta reales que tiene de salario: a Don Juan Pérez Carrasco propietario por administrador de la obra pía que fundo Diego García de la Rubia regulan de utilidad al año ciento sesenta reales al mismo Don Juan Pérez por administrador de la obra pía que fundo Juan González Rubio veintinueve reales que tiene de salarios Don Cristóbal de Castilla Jogarzo por administrador de la obra pía que fundo Doña Isabel de Jogarzo regulan de utilidad al año cien reales a Don Francisco Gómez Trigeros propietario vecino de Madrid por administrador de la obra pía que fundo Juan López regulan de utilidad al año ciento cuarenta y dos reales que tiene de salario, a Don Cristóbal González Zancada por administrador de la obra pía que fundo Anton Lucas regulan de utilidad al año noventa y cuatro reales que tiene de salario a Francisco Muñoz Duran por administrador de la obra pía que fundaron los señores Freyre regulan de utilidad al año quinientos cincuenta reales que tiene de salario a Pedro López Palomo por administrador del convento de religiosas de Santa Clara de esta villa regulan de utilidad al año trescientos reales que tiene de salario a Francisco Robledo por administrador del convento de religiosas del Espíritu Santo de esta villa regulan de utilidad al año trescientos reales que tiene de salario: A Don Francisco Bolaños por administrador de la encomienda de esta villa regulan de utilidad al año tres mil trescientos reales a Don Antonio Murillo Casaus por administrador del hospital de la Sangre de la ciudad de Sevilla regulan de utilidad al año mil cien reales que tiene de salario: A Don Juan Antonio García del Regato por administrador de la renta del tabaco regulan de utilidad al año tres mil trescientos reales que tiene de salario: A Diego Ruiz por tercenista regulan de utilidad al año mil cien reales que tiene de salario: A Pedro (Ortiz) Morano propietario fiel del estanquillo regulan de utilidad al año mil cien reales que tiene de salario: A Pedro López Palomo por arrendador del diezmo del Boto de Santiago regulan de utilidad al año trescientos reales: A Don Francisco Bolaños por cogedor de diezmos pertenecientes a la encomienda de esta villa regulan de utilidad al año mil cuatrocientos cincuenta reales a Don Antonio Morillo Casaus por cogedor de diezmos pertenecientes al hospital de la Sangre de la ciudad de Sevilla consideran de utilidad al año ochocientos reales: A Don Juan de Burgos por cogedor de la primicia perteneciente a la encomienda de Barrimentos consideran de utilidad al año doscientos reales a Don Melchor de Ayala y Sotomayor por veedor y obrero mayor de los castillos, fortalezas y casas fuertes de la encomiendas de esta provincia de León, consideran de utilidad al año dos mil novecientos cuarenta y un reales y seis maravedís que tiene de salario: A Bartolomé Rodríguez por arrendador de la veintena regulan de utilidad al año pagados el arrendamiento cuatrocientos reales: A la encomienda de la villa dos cientos reales a Miguel Parron Pinero por arrendador de la minucias consideran de utilidad al año seiscientos reales: A Don Antonio de Castilla por comerciar en vino, y aguardiente consideran de utilidad al año mil quinientos reales. A Don Nicolás de Toledo por la misma razón tres mil reales a Don Francisco de Monsalve por igual razón mil quinientos reales a Don Francisco de Castilla y Miranda por dicha razón dos mil quinientos reales: a la Marquesa de Don Antonio por igual razón mil reales a Doña María Cervantes por igual razón mil cien reales a Don Francisco de Castilla Freyre y Monroy por igual razón trescientos reales a Don Agustín Javier de Morales por comerciar 

jueves, 20 de marzo de 2014

CATASTRO MARQUES DE LA ENSENADA SOBRE GUADALCANAL (8 de 11)

                                       Recopilación de Juan José Martínez

29. Cuántas tabernas, mesones, tiendas, panaderías, carnicerías, puentes, barcas sobre ríos, mercados, ferias, etc. hay en la población.

A la vigésimo nona pregunta dijeron:
Que en esta villa hay tres tabernas, puestos o ventas publicas, una de vino a cargo de Joaquín Jiménez que conforme a su postura y remate paga de adeala a esta dicha villa cuatrocientos reales y le deja de utilidad cien reales: Otra de aceite al cargo de Diego Ruiz que según su postura y remate paga esta dicha villa de adealas cuatro mil cuatrocientos reales y le queda de utilidad al año seis cientos reales. Y otras de aguardiente que administra esta dicha villa por cuyos oros paga a S.M. (que Dios Guarde). Cuatro mil setenta y seis reales y no le deja utilidad alguna: El abastecedor de jabón le tiene arrendado Don Antonio de Morillo Casaus vecino de la ciudad de Llerena que pagados seis mil reales a esta dicha villa y cincuenta reales a José del Barrio su vendedor le deja de utilidad mil reales: El de bacalao: Que corre al cargo de Juan Lozano y pagados cuatrocientos reales a esta villa le deja de utilidad al año ciento cincuenta reales: Una carnicería publica en casa propia del concejo de dicha villa en que se vende por obligación carne de vaca, de macho, carnero y cabra según los tiempos, cuyo abasto esta a cargo de Antonio Márquez en que se incluye el ramo de carne del puesto fresco que pagados de oros a esta dicha villa mil cien reales le deja de utilidad al año quinientos cincuenta reales. A si mismo esta arrendada la alcabala del centro a Pedro López Palomo en seis mil reales que paga en la dicha villa y le queda de utilidad al año seiscientos reales: Los pesos y medidas están arrendados a Juan Carion en trescientos noventa reales que paga a esta dicha villa y le queda de utilidad al año seiscientos reales: La romana esta arrendada a Cristóbal Espino Carrascal en mil doscientos treinta reales que paga a esta referida villa y le queda de utilidad al año cien reales: La media en que mide el vino que llaman la mohína esta arrendada a Clemente Miguel en mil diez reales que paga a esta dicha villa y le queda de utilidad al año cincuenta reales: Tres mesones propios dos del convento de religiosas del Espíritu de esta villa cuyo arrendamiento anual de cada uno le vale ciento cuarenta y tres reales y el otro de Don Rodrigo de Castilla y Monsalve vecino de la dicha villa cuyo arrendamiento anual le vale ciento  sesenta y cinco reales hay doce tiendas de sedas, lanas, lienzos y especias que están a cargo de Don Bernardo Pérez, Don Félix Martínez, Don Juan de Mármol, Luis Francisco Pinto, Francisco Rodríguez, Juan de Sevilla Ricio, Antonio Díaz, Narciso del Mármol, Don José Cristóbal, Francisco Rodríguez Merino, Baltasar González y Silvestre Cristóbal; Hay una feria en el termino de la villa y sitio de Nuestra Señora de Goatica que dista de su población legua  y media y se celebra en los días de Pascua de Espíritu Santo cuyo producto de su alcabala y cientos que se arrienda con alcabala del ciento, y regularmente es el de dos mil doscientos reales sobre ríos, ni arroyos.

30. Si hay hospitales, de qué calidad, qué renta tienen y de qué se mantienen.

A la trigésima pregunta dijeron:
Hay un hospital que llaman de la Caridad que sirve para curar enfermos pobres (--------) de siete rentas y algunas limosnas que se pagan: Otro llamado de Santiago que sirve para hospedaje de pobre, mendigos, pasajeros, cuyas rentas de uno y otro consisten en la relaciones de sus respectivos administradores a que se remiten.

31. Si hay algún cambista, mercader de por mayor o quien beneficie su caudal por mano de corredor u otra persona, con lucro e interés; y qué utilidad se considera el puede resultar a cada uno al año.

A la trigésimo primera pregunta dijeron:
Que en esta villa no hay algún cambista, mercader de por mayor, o quien beneficio su caudal por mano de corredor, u otra persona con lucro, ó interés.



martes, 18 de marzo de 2014

CATASTRO MARQUES DE LA ENSENADA SOBRE GUADALCANAL (7 de 11)

                                        Recopilación de Juan José Martínez

24. Si el común disfruta algún arbitrio, sisa u otra cosa, de que se deberá pedir la concesión, quedándose con copia que acompañe estas diligencias; qué cantidad produce cada uno al año, a que fin se concedió, sobre qué especies para conocer si es temporal o perpetuo y si su producto cubre o excede de su aplicación.

A la vigésimo cuarta pregunta dijeron:
Que en esta villa no usa de (arbitrio) sisa, ni concesión alguna.

25. Que gastos debe satisfacer el común, como salario de Justicia y regidores, fiestas de Corpus u otras; empedrado, fuentes, sirvientes, etc., de que se deberá pedir individual razón.

A la vigésimo quinta pregunta dijeron:
Que los salarios que el concejo de la villa anualmente paga y gastos ordinarios y extraordinarios que regularmente hace son los siguientes: Al predicador de cuaresma en remuneración de su trabajo trescientos reales al organista de la Iglesia-Parroquial de Santa María la mayor trescientos cincuenta reales: A la colectura de Santa María la mayor por la asistencia a las funciones de iglesia el día de Gregorio, Don Atanasio, Ron Roque y desagravios que en ella celebra la villa cincuenta y seis reales: A la persona que gobierna el reloj por su salario y aceite necesario doscientos seis reales: A los empleados de Ayuntamiento, mil cien reales a los ordinarios seiscientos reales al peón publico ciento treinta y dos reales en papel sellado veredas, y otros gastos setecientos cincuenta y seis reales. A la fabrica de la parroquia de Santa María la mayor de la villa de réditos de un censo noventa, y seis reales al hospital de la Caridad de la villa de réditos de un censo ciento treinta reales y doce maravedís al convento de religiosas del Espíritu Santo de esta villa de réditos de tres censos ocho mil quinientos setenta y cinco reales y veinticinco a el cuarto por ciento y mitad de arbitrios trescientos setenta y tres reales por la alcabala de las hiervas de sus dehesas: quinientos setenta reales y veinticuatro maravedís.

26. Que cargos de Justicia tiene el común, como censos, que responda u otros, su importe, por qué motivo y a quien, de que se deberá pedir puntual noticia.

A la vigésimo sexta pregunta dijeron:
Que los propios de la villa como tienen declarado, respondiendo al arriendo, o pregunta veintitrés están grabados con tres censos redimible que se pagan al convento de religiosas del Espíritu Santo de esta villa: El uno de siete mil quinientos veinticuatro reales de rédito: El otro de mil sesenta y nueve reales y catorce maravedís de rédito y el otro de ochocientos, ochenta y dos reales y doce maravedís de rédito:  Y con estos dos censos redimible, uno de noventa y seis reales de rédito anual que se paga a la fabrica de la Iglesia Parroquial de Santa María la mayor de esta villa y otro de ciento treinta y un reales y doce mera veris de rédito anual que se paga al hospital de la Caridad de la villa.

27. Si está cargado de servicio ordinario y extraordinario u otros, de que igualmente se debe pedir individual razón.

A la vigésimo séptima pregunta dijeron:
Que el común de vecino de esta villa con los dos mil novecientos cincuenta u ocho reales y veintidós maravedís que se pagan al año de censo ordinario y extraordinario no esta cargado pues no les consta haya habido queja ni recurso sobre si minoración.

28. Si hay algún empleo, alcabala u otras rentas enajenadas, a quién, si fue por servicio pecuniario u otro motivo, de cuánto fue y lo que produce cada uno al año, de que se deberán pedir los títulos y quedarse con copia.
  
A la vigésimo octava pregunta dijeron:
Que en esta villa no hay rentas algunas engenadas de la Real Corona y si solo un oficio d Alférez mayor perpetuo con voz y voto de Regidor y asiento preferente en el Ayuntamiento de esta villa que actualmente sirve Don Nicolás de Ortega y Toledo, y veintidós oficios de religiosas también perpetuos de esta dicha villa que los trece de ello actualmente sirve en virtud de Reales títulos por Don Francisco de Castilla y Miranda, Don Andrés de Ortega Ponce de León, Don Ignacio de Ortega, Don Pedro de Ortega Inarte, Cristóbal González Zancada, Cristóbal Jiménez Caballero, Diego Jiménez (-------) Don Francisco de Castilla y Monsalve Don Agustín Javier de Morales Don Diego Maeda del Olaya, Pedro de Heredia, Don Francisco Venero y Alonso López y los nueve restantes que no se sirven pertenecen a Don Juan Jiménez Canalo propietario a Don Diego de Castilla clérigo de menores a Don Cristóbal de Arana Sotomayor a Don Francisco de Fuentes Freire, a Don Alonso Yáñez de la Calva propietario d Don Diego de Gálvez Rubio a Don Melchor de Ayala y Sotomayor, a Don Luis Hidalgo clérigo de menores y a Don Melchor de Cabrera propietario por cuyos oficios no hay destinado salario alguno y todos
Se enajenaron por servicio pecuniario como también el oficio de veedor y obrero mayor de casas fuertes y castillos en la encomienda de esta provincia de León que tiene de salario al año dos mil novecientos cuarenta y un reales y seis maravedís y pertenece a Don Melchor de Ayala y Sotomayor y también se halla enajenada a la Real Corono la renta de la mohína que pertenece a esta villa en virtud de Real privilegio de S. M. como también la facultad de hacer la elecciones de los oficios de justicia de dicha villa, y así mismo que se halla enajenados de la Real Corona las escribanías publicas y del Ayuntamiento de dicha villa que en virtud de Real privilegio pertenecen y juntamente la facultad de percibir la mitad del diezmo de las especies de trigo, cebada y vino al hospital de la Sangre extramuros de la ciudad de Sevilla, y que se persuaden a que se habría enajenado, por algún vecino pecuniario.


domingo, 16 de marzo de 2014

CATASTRO MARQUES DE LA ENSENADA SOBRE GUADALCANAL (6 de 11)

                            Recopilación de Juan José Martínez

21. De qué número de vecinos se compone la población y cuántos en la casas de campo o alquerías.

A la vigésimo primera pregunta dijeron:
Que el numero de vecinos de que se compone la población de esta villa asciende a el de mil cincuenta, en que se incluyen ocho que viven en el cortijo de Malcocinado, que no hay mas casa de campo ó alquería.

22. Cuántas casas habrá en el pueblo, qué número de inhabitables, cuántas arruinadas; y si es de señorío, explicar si tienen cada una alguna carga que pague al dueño por el establecimiento del suelo, y cuánto.

A la vigésimo segunda pregunta dijeron:
Que en esta villa tendrá setecientas trece casas, en cuyo numero se incluyen once arruinadas y seis consistentes en el sitio de Malcocinado que todas a excepcion de las arruinadas actualmente se habitan.

23. Qué propios tiene el común y a que asciende su producto al año, de que se deberá pedir justificación.

A la vigésimo tercera pregunta dijeron:
Que los propios de esta villa consisten en las casas consistoriales situadas en la Plaza publica de ella y una de sus piezas sirve de cárcel Real: Otra casa en la calle de Santa Clara que sirve de carnicería publica: Otra casa a la calle de la Plaza que sirve de matadero, cuyas tres alajas no dejan otro producto que el de sus respectivos minuterios y la ultima esta grabada con un censo redimible de noventa y seis reales de rédito anual que se paga a la fabrica de la iglesia de Santa María la Mayor de esta villa y con otro también redimible de ciento treinta y un reales y doce maravedís de rédito anual que se paga al hospital de la Caridad esta villa otra casa en la calle de la Plaza que sirve de panera para entojar el trigo del posito que es el producto que deja: Una dehesa de pasto, de cabida de diez mil ochocientas veinte fanegas de trigo de pino en sembradura y en ellas doscientas pobladas de monte hueco de encinas conocida como el monte del encinar y tiene la carga del ganado yeguar del común de vecinos de esta villa que la pastan y aprovechan libremente y las demás sobrantes con el fruto de bellotas de su monte en los cinco últimos invernaderos que tuvieron principio desde San Miguel del año de mil setecientos cuarenta y ocho, hasta mil setecientos cincuenta y dos inclusive han importado según sus arrendamientos setenta miel reales. Otra dehesa de pasto llamada de la Vega de cabida de ciento treinta fanegas de trigo de pino en sembradera cuyo producto en el ultimo quinquenio según sus arrendamientos ha sido el de seiscientos reales otra dehesa de pasto llamada del Postigo de cabida de trescientas fanegas de trigo de pino en sembraderas cuyo producto en el ultimo quinquenio según sus arrendamientos  ha sido el de tres mil, ciento once reales: Otra dehesa de pasto llamada Esteban Yáñez de cabida seiscientas veinte fanegas de trigo de pino en sembraduras cuyo producto en el ultimo quinquenio según sus arrendamientos ha sido el de cuatrocientos veinte reales: Otra dehesa llamada la Zarza de pasto, de cabida de ciento ochenta fanegas de trigo de pino en sembradura, cuyo producto en el ultimo quinquenio según sus arrendamientos ha sido el de dos mil cuarenta y dos reales otra dehesa de pasto llamada Santa Marina, de cabida de ciento ochenta fanegas de trigo de pino en sembradura, cuyo producto en el ultimo quinquenio según sus arrendamientos ha sido de doscientos cuarenta reales: Otra dehesa de pasto llamada Valenzuela de cabida de ciento cinco fanegas de trigo de pino en sembradura, cuyo producto en el ultimo quinquenio según sus arrendamientos ha sido el de tres mil quinientos dieciséis reales: Otra dehesa de pasto llamada de Manforte de cabida de mil cuarenta fanegas de trigo de pino en sembradura que tiene la carga del ganado vacuno de labor y cerril del consejo de esta villa que la pastan y aprovechan libremente y las tierras sobrantes en el ultimo quinquenio según sus arrendamientos han sido el de trece mil quinientos dieciséis reales: Otra dehesa llamada de las Buñuelas de cabida de ciento cuatro fanegas de trigo de pino en sembradera que también se de pasto, cuyo producto en dos años que ha estado arrendada a sido cien reales: Otra dehesa de pasto llamada del Molinillo de cabida de ciento diez fanegas de trigo de pino en sembradera cuyo producto en un año que esta arrendada fue el de cincuenta reales una pieza de tierra de secano de cabida de cincuenta fanegas de trigo de pino en sembradura, cuyo terrazgos y diezmo, en tres años del ultimo quinquenio han producido ochocientos treinta y nueve reales y en los otros dos que se vendieron sus hiervas trescientos reales: Están grabados los referidos propios con un censo redimible de siete mil quinientos veinte y cuatro reales de rédito anual que se paga al convento de religiosas del Espíritu Santo de esta villa con otro también redimible de mil sesenta y nueve reales y catorce maravedís que de rédito anual se paga al referido convento y con otro también redimible de ochocientos ochenta y dos reales y doce maravedís de rédito anual que se paga a otro convento: A si mismo tiene por propios de la villa la renta de la mohína que en el ultimo quinquenio ha producido once mil setecientos treinta reales: La renta del peso de la lana que en los cuatro últimos años ha producido setecientos ochenta y cuatro reales: La de pesos y medidas que en el ultimo quinquenio ha producido mil seis cientos cuarenta y dos reales. La renta de la romana que en el ultimo quinquenio ha producido seis mil setecientos cinco reales cuyos propios regulados por el ultimo quinquenio que comprende los años de mil setecientos cuarenta y ocho, mil setecientos cuarenta y nueve, mil setecientos cincuenta, mil setecientos cincuenta y uno y mil setecientos cincuenta y dos ascienden a ciento dieciséis mil sesenta y seis reales. Cuya cantidad repartida entre los referidos cinco años vale cada uno con veintiséis mil doscientos trece reales seis maravedís y cuatro quintos de otro.