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viernes, 11 de octubre de 2013

VISITA A LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA DE LA REGLA DE LEÓN


          Como continuación de nuestro anterior reportaje sobre el Hospital de San Marcos, hoy les ofrecemos las fotografías realizadas por Úrsula Gómez Míguelez e Ignacio Gómez, sobre una de las catedrales más importantes de España, dedicada a Santa María de la Regla, de la ciudad de León,

       Está construida sobre el solar de unas termas romanas del siglo II que, 800 años después, el emblemático rey Ordoño II convirtió en palacio. Ordoño II erigió el templo sobre su palacio real como agradecimiento por vencer a los árabes en la batalla de San Esteban de Gormaz. Allí fueron enterrados sus restos. Alfonso V fue coronado en este edificio en el año 999. La infanta Doña Urraca, hija de Fernando I, favoreció la construcción de un nuevo edificio en ladrillo y mampostería, con tres naves rematadas por ábsides. 

           Las vidrieras de la Catedral son de los siglos XIII al XX y ocupan mil setecientos sesenta y cinco metros cuadrados de superficie. Bajo su planta hay hipocaustos romanos que dificultaron la cimentación de los pilares y fomentaron filtraciones de agua.

        Sus puertas, su impresionante rosetón, el coro (uno de los más antiguos del país) y la delicadeza de algunas figuras, como la venerada Virgen Blanca (original en el interior) que preside el trasiego de caminantes, son referentes imprescindibles que el visitante no debe perderse.

         La Catedral de León, dedicada a Santa María de la Regla, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1844. Se la conoce como "Pulchra Leonina" y es una obra maestra de la arquitectura gótica iniciada a mediado de siglo XIII bajo la dirección del maestro Enrique. A finales del siglo XVI se hallaba prácticamente concluida. Se construyó sobre el solar de unas termas romanas del siglo II que luego Ordoño II convirtió en palacio real en el siglo X.


      Uno de sus atractivos es la fachada principal que escolta las torres de las campanas y la del reloj. El interior es una bella confluencia de arquitectura, pintura, escultura y otras artes. No hay que olvidar que el trascoro renacentista tiene esculturas de alabastro y que el coro es obra de tres grandes artistas: Jusquin, Copin de Holanda y Juan de Malinas. Sobresale la reja plateresca en la pared posterior al sepulcro del Rey Ordoño.

       Presenta tres portales decorados con esculturas y estatuas en los arcos ojivales entre las dos torres. La parte central consta de un gran rosetón. Sobresale la imagen de la Virgen Blanca y el 'Locus Apellatiore', donde se impartía justicia.

        Sus casi 1800 metros cuadrados de vidrieras están considerados entre los mejores conjuntos vitrales del mundo (XIII-XV).

        En la Capilla Mayor destaca un retablo de Nicolás Francés (XV) y una urna de plata con las reliquias de San Froilán, patrono de la ciudad, que es obra de Enrique de Arfe. El claustro, del siglo XIII y XIV, muestra singulares detalles escultóricos en los capiteles, frisos y repisas.

       El museo catedralicio reúne una gran colección de arte sacro y otros temas. Hay cerca de 1500 piezas con 50 tallas románicas de la Virgen, desde la prehistoria hasta el neoclasicismo con obras de Juan de Juni, Gregorio Fernández, Mateo Cerezo, un tríptico de la Escuela de Amberes, Biblia mozárabe y numerosos códices






















































martes, 8 de octubre de 2013

VISITA AL CONVENTO DE SAN MARCOS




La semana pasada hemos visitado la ciudad de León y queremos hacerles llegar estas imágenes realizadas por Úrsula Gómez Miguélez e Ignacio Gómez.

En la próxima entrega, les ofreceremos la catedral de León.

La ciudad de León proporcionaba al peregrino que recorre el Camino de Santiago una buena asistencia hospitalaria. De todos los centros el más famoso es el del Convento de San Marcos, fundado en 1152 por la reina doña Sancha. Mandó edificar una iglesia y hospital que se levantan en lo que hoy es la plaza de San Marcos. El Hospital ocupó el mismo lugar hasta el siglo XVIII cuando se edificó uno nuevo, junto a la iglesia, que hoy es sede del Procurador del Común.
 


El Convento[1] se reconstruyó en el siglo XVI, convirtiéndose en una de las obras maestras del plateresco español. Fue un encargo de los Reyes Católicos al maestro Pedro de Larrea para los caballeros de la Orden de Santiago, quienes regentaban la institución ayudados por frailes. En la ejecución de las obras intervinieron Martín de Villareal y Juan de Orozco. 
La fachada está decorada con medallones y estatuas (muchas de ellas perdidas) con temas que exaltan la monarquía universal de Carlos I, mezclados con motivos jacobeos y personajes del mundo clásico. El espacio central que divide en dos la fachada es una remodelación realizada durante el Barroco, formado por un arco de medio punto entre cuatro columnas, sobre el que hay un relieve de Santiago Matamoros. Más arriba se dispone una balconada barroca, un ático y un rosetón de piedra que se esculpe contra el cielo. Curiosamente, la parte de fachada que se ubica entre este pórtico y el río es un añadido del siglo XVIII realizado por Juan de Rivero y Martín Susniego, con tan extraordinaria fidelidad a la anterior que se crea la sensación de ser obra de una misma época. 


Los trabajos de la iglesia comenzaron en 1531, consagrándose diez años después. Presenta planta de cruz latina y consta de una amplia nave cubierta con estrelladas bóvedas de crucería. En el crucero se abren las puertas que dan acceso al claustro y la sacristía, obra de Juan de Badajoz el Mozo cubierta también con tres bóvedas estrelladas. La sillería de coro de la iglesia se concluyó en 1542, trabajando en ella Guillén Doncel con la colaboración de Juan de Juni. En la portada de la iglesia se representan dos relieves de la Crucifixión y el Descendimiento, el primero de Juan de Orozco y el segundo atribuible a Juan de Juni o a Juan de Angers. 
El claustro fue realizado entre los siglos XVI y XVIII, decorándose con medallones de Juan de Badajoz y elementos vegetales de la mano de Juan de Juni.

 





















En la actualidad el espacio ocupado anteriormente por el Convento se divide en tres zonas: la iglesia, el Museo Arqueológico Provincial y el Parador de Turismo, uno de los mejores de España.