(Se mantiene la ortografía de la época)
Respuesta á Martin de Ramoin sobre los negocios de las minas de Aracena.
Contadurías generales, núm. 3072.
8 de setiembre de 1556.
ELREY.- Vi vuestra carta de ocho del pasado, y el contador Almaguer me ha hecho relacion de lo que le escribistes; y pues eso de las minas de Aracena se ha desbaratado por no salir tales como se juzgó cuando fuistes proveido para tener cargo de la fábrica dellas; y por lo que toca á vuestra salud y otros fines, no estáis en propósito de ocuparos en otra cosa de minas, Yo envío á mandar á don Francisco de Mendoza que para la mina de la Nava, de que hay alguna esperanza que será de provecho, ponga ahí alguna persona que mire lo que se hiciere en ella, y que acresciente á Lope Diaz de Mercado, escribano, y á Gutierre Lobo, y á Francisco Hoyos, y á Tomas Zárate los salarios, como le pareciere. Y vos no debeis esperar ahí al Portugués para lo de aquella mina, sino iros luego á Guadalcanal donde está el dicho don Francisco, y hacer lo que os ordenare en el tomar de las cuentas de los gastos que se han hecho por su mandado en lo tocante á las minas, y veniros con él. Cumplirlo heis asi. De Valladolid á ocho de setiembre de mil quinientos cincuenta y seis.- La Princesa.- Por mandado de S. M., su Alteza en su nombre.- Juan Vazquez.- Señalada de los del consejo de la hacienda de su Magestad.
Carta del cardenal don Juan Martinez de Silicéo, arzobispo de Toledo, maestro que fue del señor don Felipe Segundo, en que le dio varios consejos, y le habla de la riqueza de las minas de Guadalcanal.
Secretaría de Estado. Correspondencia de Castilla, n.° 113.
22 de setiembre de 1556.
Sacra Católica Magestad. Como antiguo criado y servidor de V. M., le quiero dar un parecer que á mi juicio le conviene mucho, aceptarlo; y es que pues Dios en el principío de su reinado le ha mostrado en estos reinos de Epaña tantos tesoros, cuantos jamas á los romanos que señorearon á España les mostró, y de las Indias le han venido suma de nueve ó diez millones; quiera recoger todo este tesoro en este alcazar de Toledo, y hacer como por lo menos cuarenta á cincuenta millones se pongan en él con muy buena guarda, lo cual podrá hacer V. M. en tiempo de dos ó tres años, á mas tardar, porque sí supiese bien el valor de los tesoros descubiertos en esta su España, tiénese por cierto que á poner mucha diligencia y aun con mediana para los sacar, en un año se cogeran mas de veinte millones, porque hay muchas minas que se tienen por tan ricas como es la de Guadalcanal, en la cual quieren decir que hay día que se sacan della cien mil ducados de plata; y haciendo esto que tengo dicho, los Reyes y grandes Príncipes comarcanos, sabida esta potencia de dinero que Dios ha dado á V. M., amainarían y quebrárseles hian las alas, y no osarían atreverse á lo que al presente se atreven, mas antes enviarían embajadores á V. M. sabiendo esto, suplicándole quiera ser amigo dellos. Y tenga por cierto que si el Rey Salomon que reinó cuarenta años, se llamó Rey pacífico y en todo el tiempo de su reinado no se atrevió Rey comarcano ni otra potencia á le mover guerra, fue porque tuvo tan gran tesoro, que es la verdadera potencia humana, que todos los comarcanos reyes juntos, no tenían la cuarta parte de tesoros de los que el dicho Rey Salomon poseía. Asi que haciendo V. M. lo arriba dicho, todo el mundo le obedecerá y ningun Rey se atreverá á querer competir con V. M., y si la Magestad del Emperador nuestro señor padre de V. M. dejó muchas deudas, paréceme que debia V. M. represar y detener á las personas á quien se deben, dándoles esperanza que serán pagados, y seguridad; y esto sin que corran cambios. Y pues como V. M. sabe, las personas á quien se deben estos dineros son estrangeros, y todas las riquezas y haberes destos sus reinos llevan á sus tierras, contra los cuales no bastan pregmáticas para que no saquen los tesoros de España, es bien mire mucho sobre esto arriba dicho, porque le vá todo el ser de sus estados. Y pues V. M. puede justamente, cuando algun señor ha venido en gran pobreza por las muchas deudas que debe, mandar por algun tiempo notable suspender las tales deudas, hasta que el tal señor cobre de su mayorazgo y renta tanta suma, que con ella pueda salir de deudas, pues ¿con cuánta mas razon V. M., estando en tantas deudas, lo puede hacer para sí? porque si luego hobiese de pagar con este dinero de las Indias y con lo demas de España que se saca de las minas, diminuíríase su potencia, y no se acobardarían sus enemigos; los cuales, es cosa clara se amilanarían sabiendo que V. M. tiene en su tesoro la cuantidad de cuarenta ó, mas millones, los cuales como arriba tengo dicho en menos tiempo de tres años los puede tener, y por este tiempo de mi parecer debría V. M. poner en sus fronteras y las plazas demas sus guarniciones que basten para las defender sin hacer tan grueso ejército y tanta costa como me dicen que hace para salir en campaña á dar batalla en la cual, aunque V. M. sea vencedor, no pueden dejar de ser muertos muchos cristianos; cuanto mas que la victoria solo Dios sabe cual de las partes la alcanzará. Muchas otras cosas tengo represadas para comunicar con V. M. muy necesarias, y que aumentarán su potencia en tanta manera, que á lo que puedo alcanzar, será otro Salomón Rey pacífico por todos los tiempos que Dios le diere vida, si me creyere y pusiere por la obra lo que viere ser justo de lo que yo le hobiere comunicado. Nuestro señor la sacra católica persona de V. M. haga bienaventurada. Amen. De Toledo veinte y dos de setiembre de mil quinientos cincuenta y seis. Beso los reales pies y manos de V. M., su maestro y menor capellan Joannes Cardinalis.
Contadurías generales, núm. 3072.
8 de setiembre de 1556.
ELREY.- Vi vuestra carta de ocho del pasado, y el contador Almaguer me ha hecho relacion de lo que le escribistes; y pues eso de las minas de Aracena se ha desbaratado por no salir tales como se juzgó cuando fuistes proveido para tener cargo de la fábrica dellas; y por lo que toca á vuestra salud y otros fines, no estáis en propósito de ocuparos en otra cosa de minas, Yo envío á mandar á don Francisco de Mendoza que para la mina de la Nava, de que hay alguna esperanza que será de provecho, ponga ahí alguna persona que mire lo que se hiciere en ella, y que acresciente á Lope Diaz de Mercado, escribano, y á Gutierre Lobo, y á Francisco Hoyos, y á Tomas Zárate los salarios, como le pareciere. Y vos no debeis esperar ahí al Portugués para lo de aquella mina, sino iros luego á Guadalcanal donde está el dicho don Francisco, y hacer lo que os ordenare en el tomar de las cuentas de los gastos que se han hecho por su mandado en lo tocante á las minas, y veniros con él. Cumplirlo heis asi. De Valladolid á ocho de setiembre de mil quinientos cincuenta y seis.- La Princesa.- Por mandado de S. M., su Alteza en su nombre.- Juan Vazquez.- Señalada de los del consejo de la hacienda de su Magestad.
Carta del cardenal don Juan Martinez de Silicéo, arzobispo de Toledo, maestro que fue del señor don Felipe Segundo, en que le dio varios consejos, y le habla de la riqueza de las minas de Guadalcanal.
Secretaría de Estado. Correspondencia de Castilla, n.° 113.
22 de setiembre de 1556.
Sacra Católica Magestad. Como antiguo criado y servidor de V. M., le quiero dar un parecer que á mi juicio le conviene mucho, aceptarlo; y es que pues Dios en el principío de su reinado le ha mostrado en estos reinos de Epaña tantos tesoros, cuantos jamas á los romanos que señorearon á España les mostró, y de las Indias le han venido suma de nueve ó diez millones; quiera recoger todo este tesoro en este alcazar de Toledo, y hacer como por lo menos cuarenta á cincuenta millones se pongan en él con muy buena guarda, lo cual podrá hacer V. M. en tiempo de dos ó tres años, á mas tardar, porque sí supiese bien el valor de los tesoros descubiertos en esta su España, tiénese por cierto que á poner mucha diligencia y aun con mediana para los sacar, en un año se cogeran mas de veinte millones, porque hay muchas minas que se tienen por tan ricas como es la de Guadalcanal, en la cual quieren decir que hay día que se sacan della cien mil ducados de plata; y haciendo esto que tengo dicho, los Reyes y grandes Príncipes comarcanos, sabida esta potencia de dinero que Dios ha dado á V. M., amainarían y quebrárseles hian las alas, y no osarían atreverse á lo que al presente se atreven, mas antes enviarían embajadores á V. M. sabiendo esto, suplicándole quiera ser amigo dellos. Y tenga por cierto que si el Rey Salomon que reinó cuarenta años, se llamó Rey pacífico y en todo el tiempo de su reinado no se atrevió Rey comarcano ni otra potencia á le mover guerra, fue porque tuvo tan gran tesoro, que es la verdadera potencia humana, que todos los comarcanos reyes juntos, no tenían la cuarta parte de tesoros de los que el dicho Rey Salomon poseía. Asi que haciendo V. M. lo arriba dicho, todo el mundo le obedecerá y ningun Rey se atreverá á querer competir con V. M., y si la Magestad del Emperador nuestro señor padre de V. M. dejó muchas deudas, paréceme que debia V. M. represar y detener á las personas á quien se deben, dándoles esperanza que serán pagados, y seguridad; y esto sin que corran cambios. Y pues como V. M. sabe, las personas á quien se deben estos dineros son estrangeros, y todas las riquezas y haberes destos sus reinos llevan á sus tierras, contra los cuales no bastan pregmáticas para que no saquen los tesoros de España, es bien mire mucho sobre esto arriba dicho, porque le vá todo el ser de sus estados. Y pues V. M. puede justamente, cuando algun señor ha venido en gran pobreza por las muchas deudas que debe, mandar por algun tiempo notable suspender las tales deudas, hasta que el tal señor cobre de su mayorazgo y renta tanta suma, que con ella pueda salir de deudas, pues ¿con cuánta mas razon V. M., estando en tantas deudas, lo puede hacer para sí? porque si luego hobiese de pagar con este dinero de las Indias y con lo demas de España que se saca de las minas, diminuíríase su potencia, y no se acobardarían sus enemigos; los cuales, es cosa clara se amilanarían sabiendo que V. M. tiene en su tesoro la cuantidad de cuarenta ó, mas millones, los cuales como arriba tengo dicho en menos tiempo de tres años los puede tener, y por este tiempo de mi parecer debría V. M. poner en sus fronteras y las plazas demas sus guarniciones que basten para las defender sin hacer tan grueso ejército y tanta costa como me dicen que hace para salir en campaña á dar batalla en la cual, aunque V. M. sea vencedor, no pueden dejar de ser muertos muchos cristianos; cuanto mas que la victoria solo Dios sabe cual de las partes la alcanzará. Muchas otras cosas tengo represadas para comunicar con V. M. muy necesarias, y que aumentarán su potencia en tanta manera, que á lo que puedo alcanzar, será otro Salomón Rey pacífico por todos los tiempos que Dios le diere vida, si me creyere y pusiere por la obra lo que viere ser justo de lo que yo le hobiere comunicado. Nuestro señor la sacra católica persona de V. M. haga bienaventurada. Amen. De Toledo veinte y dos de setiembre de mil quinientos cincuenta y seis. Beso los reales pies y manos de V. M., su maestro y menor capellan Joannes Cardinalis.
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