miércoles, 14 de octubre de 2009

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 89


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I


(Se mantiene la ortografía de la época)


En este rio no se cria ningun genero de pescado ni cosa viva, ni las gentes la beben, ni las animanias, ni se sirve desta agua en ninguna cosa. Tiene una propiedad esta agua, que cualquier persona que tiene en el cuerpo cosa viva, como beba Della se lo mata y lo echa del cuerpo: otra propiedad les dije que tiene, de lo cual ellos se holgaron de saber, y es que ninguna persona que tuviese mal de ojos, que como se lavase con aquella agua, que luego sanaria y esto les dí por medicina en aquella tierra,de lo cual ellos quedaron muy contentos, porque lo vieron luego por experiencia. Tiene otra propiedad, que si le echa un hierro en el agua, en pocos dias se consume: esto yo lo probé, y tomé una rana viva y la eché en el rio, y luego murió sin poder salir del agua. En todo este rio no se halla arena en él, ni cosa suelta, porque todas las piedras que hay, estan presas y pegadas unas á otras; y si echan de fuera una piedra, á pocos dias está pegada al suelo y con las otras.

Andando en la dicha busca de venas hallamos dos grandes cerros; en los cuales hallamos otras maneras de labores de venas y pozos, los cuales pozos eran, los unos para labores de venas y darles luz, y otros pozos labrados de otra manera sin llevar metal ninguno, porque, según hallamos, se hicieron para desaguar las dichas venas, que labraban, y estos pozos se contraminaban unos con otros: hallamos mas de cincuenta pozos que iban por un cerro arriba muy grande, para el efecto desaguar: mandamos entrar en uno de ellos para informarnos mas, el cual pozo tenia quince estados. Junto á este pozo, á ocho pasos, nace otro rio que es el agua acedada, la cual agua probé yo el dicho Diego Delgado, y nómbrase tambien este Riotinto; y otras cosas muchas dejamos de ver por la grande espesura de los montes, é porque teníamos noticias dellas.

Ansimesmo andando buscando donde los antiguos tuvieron sus aficinaciones de sus fundiciones, para ver si podiamos descubrir alguna que nos diese luz para ver si sacaban plata ú otro cualquier metal, los cuales no podiamos descubrir por los montes estar cerrados: recogiéndonos á nuestro cuartel hallamos en un cerro en lo mas alto una señal de edificio, allí mandamos cabar, y mas de un estado hallóse ciertos plomos, por donde conocimos que pues los antiguos tenian y trataban en plomos, que su fin era aprovecharse en plata.

Preguntado á muchas gentes antiguas viejas qué habian oido decir de aquellos edificios tan antiguos, respondieron que habian oido decir que España solia antiguamente dar á los romanos ciertos talentos de plata y oro en tributo, y que de alli lo llevaban, y no sabian mas.

Visto todo lo sobredicho, y informándome en todo lo que pude, nos volvimos para la villa de Aracena tres dias antes de nuestra Señora de agosto de mil quinientos cincuenta y seis años, donde está el señor don Francisco de Mendoza, para dalle cuenta y razon conforme á su provision á nos dada. Venidos, la dimos conforme á lo que podimos é hicimos, juntamente con los metales que recibimos, los cuales le emponderamos para que dellos dispusiese y mandase ver y ensayar.

Respuesta á la carta de Agustin de Zárate de 9 de agosto de 1556 sobre los negocios de las minas.

Contadurías generales, núm. 3072.

20 de agosto de 1556-

EL REY.- Agustin de Zárate, mi criado: Ví vuestra carta de nueve deste, y hame desplacido de la indispusicion que esecribis habeis tenido é teneis, y tengoos en servicio que sin embargo de vuestras indisposiciones, os hayais esforzado de manera que no haya habido falta en lo tocante á esos negocios, y porque la coyuntura es tal que cierto sería inconveniente si os viniésedes, os encargo mucho que, pudiéndolo hacer, suspendais por agora vuestra venida, y si vuestras indisposiciones no diesen en manera alguna lugar á esto, Yo escribo á don Francisco de Mendoza para que en este medio ponga persona que asista en en entretanto que vos pudiésedes tornar, ó de acá se provea, como quiera no podrá proveerse, de manera que en esta ocasión no traiga inconveniente esta mudanza.

Está bien lo que se hizo en cumplir los diez y seis mil ducados para el pan de Oran, y los otros diez y ocho cuentos y quinientos mil maravedis para el socorro Della, y porque demas desto son menester en Málaga otros seis mil ducados para cosas necesaria al dicho socorro, y que estos se den con toda la brevedad posible, cumplirlo heis ansi en viendo la libranza; y tambien se libran en cos á Hernando Ochoa otros ochenta mil ducados que ansimismo son mucho menester para cosas que importan á mi servicio, y no sufre dilacion. Dareis orden como se le entreguen muy presto, anteponiéndolos á otras cualesquier libranzas de la manera que se contiene en la que se le ha dado, y para ello hareis cavas y sacar y fundir, y afinar los metales que fuere menester con toda la diligencia y presteza posible, sin tocar en las testeras y puentes de pozos, porque estos conviene que se conserven para sustentarlos, y asin fuera mejor no haber desbaratado las que quitestes, y avisarme heis en qué tiempo os parece que se podrá cumplir esta libranza de Hernando de Ochoa.

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