Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I
(Se mantiene la ortografía de la época)
Yo le he dicho muchas veces que ya há mas de cuarenta dias que está aquí, y que sería bueno comenzar alguna cosa señalada que diese testimonio de su venida: dice que él comenzará en su tiempo, y aunque le encarezco la necesidad en que V. M. está de presente, y que nunca puede haber mejor tiempo que este, no le puedo sacar de su prosupuesto, sino rescibir todos cuantos alemanes vienen y flamencos, sepan ó no sepan el arte, y tienen su negocio aparte con su gente sin que vengan á mí mas que para la paga, como sus cabezas lo ordenan; háceseme muy duro de sufrir, pero tengo é terne paciencia, atento el poco tiempo que pienso estar aquí, y que á cualquiera cosa por menuda que sea, dice que se ha de ir á quejar á V. M.; y no quiero que con razon ni sin ella lo haga, aunque quisiera que en lo de su oficio nos mostrára en algo su habilidad.
Yo estoy cada dia esperando el mandato de V. M. en respuesta de mi última carta para irme, porque ya me paresce que estoy con fuerzas para poder caminar, y pienso que cuando esta llegue, V. M. habrá sido servido mandarme responder, cuya Real Persona nuestro Señor guarde con acrescentamiento de mas reinos y señoríos. De las minas doce de noviembre de mil quinientos cincuenta y seis. De vuestra sacra católica Real Magestad, Humil criado que sus Reales manos y pies beso.- Agustin de Zárate.
Carta de Agustin de Zárate dando cuenta de los negocios de su cargo en la administracion de las minas.
Secretaría de Estado. Correspondencia de Castilla, núm. 124.
26 de noviembre de 1556.
S. C. R. M. Habrá dos dias que ha llegado aquí nueva como habiendo ido Martin Delgado á Portugal á instancia del Rey para buscar minas en aquella provincia, creyendo que era muy experto en aquella arte, adolesció en Lisboa, aunque ya iba él de aqui harto enfermo; y siendo importunado por un tio é un hermano de su muger que le acompañaban para que hiciese testamento, él no lo quiso hacer hasta que enviasen á llamar á un Periañez, marido de su hermana, y á otros deudos suyos; y como no le podieron sacar desta opinion, porque no muriese abintestato, con un correo enviaron á llamar al dicho Periañez y á los demas, y ellos fueron por la posta, y llegados, se puso en camino, é á doce leguas de Lisboa se le agravó la enfermedad de suerte que fallesció. Dícese que hizo testamento, el cual hasta agora no se ha mostrado; pero lo que se tiene por cierto es que hizo de toda su hacienda tres partes, una dejó á su muger, y otra al dicho Periañez, demas de otra veintena que le tenia dada en la mina; y la otra tercia parte dividió, unos dicen que en seis partes, y otros en diez y ocho, repartiéndolas entré los deudos de su muger y los suyos: en podiendo haber el testamento, yo enviaré un traslado parescióme dar dello noticia á V. M. para que sepa el estado en que estan los negocios. Yo ha dias que espero la provision sobre lo destas minas, por el deseo que tengo de irme á mi casa á curarme de las enfermedades que me han quedado de mi larga dolencia, y he dejado de irme, usando de la licencia que me está dada, dejando aqui á Diego Lopez, Veinticuatro de Sevilla, sino por las razones que tengo escriptas antes de agora; y cada dia
Yo estoy cada dia esperando el mandato de V. M. en respuesta de mi última carta para irme, porque ya me paresce que estoy con fuerzas para poder caminar, y pienso que cuando esta llegue, V. M. habrá sido servido mandarme responder, cuya Real Persona nuestro Señor guarde con acrescentamiento de mas reinos y señoríos. De las minas doce de noviembre de mil quinientos cincuenta y seis. De vuestra sacra católica Real Magestad, Humil criado que sus Reales manos y pies beso.- Agustin de Zárate.
Carta de Agustin de Zárate dando cuenta de los negocios de su cargo en la administracion de las minas.
Secretaría de Estado. Correspondencia de Castilla, núm. 124.
26 de noviembre de 1556.
S. C. R. M. Habrá dos dias que ha llegado aquí nueva como habiendo ido Martin Delgado á Portugal á instancia del Rey para buscar minas en aquella provincia, creyendo que era muy experto en aquella arte, adolesció en Lisboa, aunque ya iba él de aqui harto enfermo; y siendo importunado por un tio é un hermano de su muger que le acompañaban para que hiciese testamento, él no lo quiso hacer hasta que enviasen á llamar á un Periañez, marido de su hermana, y á otros deudos suyos; y como no le podieron sacar desta opinion, porque no muriese abintestato, con un correo enviaron á llamar al dicho Periañez y á los demas, y ellos fueron por la posta, y llegados, se puso en camino, é á doce leguas de Lisboa se le agravó la enfermedad de suerte que fallesció. Dícese que hizo testamento, el cual hasta agora no se ha mostrado; pero lo que se tiene por cierto es que hizo de toda su hacienda tres partes, una dejó á su muger, y otra al dicho Periañez, demas de otra veintena que le tenia dada en la mina; y la otra tercia parte dividió, unos dicen que en seis partes, y otros en diez y ocho, repartiéndolas entré los deudos de su muger y los suyos: en podiendo haber el testamento, yo enviaré un traslado parescióme dar dello noticia á V. M. para que sepa el estado en que estan los negocios. Yo ha dias que espero la provision sobre lo destas minas, por el deseo que tengo de irme á mi casa á curarme de las enfermedades que me han quedado de mi larga dolencia, y he dejado de irme, usando de la licencia que me está dada, dejando aqui á Diego Lopez, Veinticuatro de Sevilla, sino por las razones que tengo escriptas antes de agora; y cada dia
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