martes, 17 de noviembre de 2009

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 105


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Por la mesma carta de Martin de Valdenebro que envío, entenderá V. M. que cuando aquella se escribe, tiene rescibidos solos seis mil ducados, restando en su poder la partida de plata de los veinte mil ducados que dice que se está labrando, de los cuales será nescesario enviar á estas minas por lo menos cuatro mil ducados para los gastos dellas, y para enviar á comprar las mil fanegas de trigo que V. M. manda que se trayan de la Man-cha. De manera que le quedarán diez é seis mil ducados, de los cuales juntamente con la libranza de los treinta cuentos, se irán pagando los tres mil ducados del Clavero de Calatrava; ansi que quedarán para la libranza gruesa trece mil ducados, y con los seis mil rescibidos serán diez é nueve mil, y con los tres mil y sesenta y tantos marcos que agora partieron que tengo por cierto valdrán diez é nueve mil ducados, que son, dándose todos á Fernando Ochoa, treinta é ocho mil ducados. Tambien me atrevo á afirmar conforme al plomo é metal que está sobre la tierra que para ocho de noviembre un dia mas á menos se enviarán á Sevilla otros veinte mil ducados, y procuraremos llegarlos si pudiere ser á veinte é dos mil porque hagan número igual de sesenta mil ducados: de allí adelante como el metal no está sacado, ni sabemos lo que se sacará ni cuando, sería gran peligro afirmar cosa cierta, porque si no es deste pozo de Martín Delgado, no se funde cosa que nos hincha á la mano sino unos relaves de donde salen entre cuatro y cinco marcos por quintal de plomo; y aun para esto han de ser de los buenos y gastándose gran cantidad de almártaga, de lo cual esclama el Alemán; por qué no se espera á que haya agua para lavarlos. Es tan peligrosa materia ésta, que no me oso entremeter en dar parescer en ella ni permitiré hacer novedad en el poco tiempo que aquí yo estuviere; pero tengo muy gran dubda que en el mes de noviembre se pueda cumplir tantas libranzas como V. M, me manda escribir que están consinadas para él, porque será harta obra si de los ocho de noviembre hasta fin del mes acaban de cumplir los veinte mil ducados restantes para el complirniento de toda la libranza de Fernando Ochoa, y despues de aquella en el mes de diciembre desde principio dél hasta el día de navidad se podrán cumplir los veinte mil ducados que estaban consignados al Príncipe de Oria. Para el mes de noviembre podría ser que se sacase de tal manera metal y se diese tal priesa en fundirlo y afinarlo, que en todo este tiempo se entremetiese la libranza de los doce mil ducados de Domingo de Orbea: yo no osaría proferirme, aunque tuviese mas entera salud, segun el estado de los negocios á hacer mas que esto, y aun para hacerlo no ha de haber descuido: si subcediere alguna novedad que haga crescer ó menguar este tanteo, podráse dar aviso á V. M. y todo esto que se dice es sobre presupuesto que por mí ó por el que en mi lugar quedáre, y por los oficiales que aqui están no se dejará de poner la diligencia posible para si pudiere pasar deste tanteo; pero yo estoy muchas veces considerando, acabados estos relaves, que es de lo que agora se ceban tantos hornos, y donde se ocupan tantos oficiales y gente salariada, en qué se ha de emplear si desde aqui allá Dios por su misericordia no provee que hagan metal estos y otros pozos, que aunque cada día nos lo muestran, los dos dellos no dan cosa de sustancia; y en este tan triste suceso de no haber mas metal del pozo de Martin Delgado, yo certifico á V. M. que con dos hornos, aunque sean de los viejos, se funda en un dia, y se afine en otro en dos buitrones todo cuanto se sacare en una semana.

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