Ahora que Julian Assange, fundador de Wikileaks, dice que va a publicar expedientes sobre OVNIS, nos parece buen momento para publicar algunos hechos ocurridos en los alrededores de Guadalcanal, en los años 1968 y 1973.
2 de setiembre. 1968. 20 h. 30 m.
Un técnico de TV de Guadalcanal, en el monte Hamapega, observó un objeto naranja, a gran altura. Tenía forma circular, con forma de bandeja. Se desplazaba lentamente, sin hacer ruido. ABC (RNC).
14 de setiembre. 1968. Noche.
Guadalcanal (Sevilla). Dos técnicos de la emisora de TV, estando de guardia, vieron pasar un objeto no identificado. Otro Sr. llamado Méndez, empleado de la RENFE, cuando volvía de la Granja de Torrehermosa por la carretera de Malcocinado a Guadalcanal, acompañado de su familia, notó anomalías en el motor de su coche y observó en el fondo de una vaguada, casi sobre las copas de los olivos, un objeto del tamaño de un camión de carga, de forma cupular, anaranjado, de una brillantez cegadora, iluminando el campo circundante, que ascendía y descendía en vertical con mucha lentitud. Poco después observaron que le salían unos apéndices, a modo de antenas. Cuando salieron la cúpula se acható, para volver a su posición inicial cuando se replegaron las mencionadas protuberancias. Otros dos coches regresaban por otras rutas, uno de ellos vio la luminosidad a distancia, y el otro, además de verla, le dejó de funcionar la radio. (M. Osuna)
Primavera. 1973. 22 h.
Carretera de Guadalcanal (Sevilla). El joven Pérez Cumbre se dirigía en coche hacia el mencionado pueblo cuando percibió al fondo de una depresión y en el extremo opuesto a la curva que estaba a punto de iniciar, a unos 300 metros desde donde él se encontraba, cuatro luces amarillas, dos mayores, de un metro de diámetro; las pequeñas aumentaban de vez en cuando de intensidad, dándole la sensación de que se le aproximaban. Creyó que se trataba de un adelantamiento, pero al comprobar su quietud paró y le hizo señas con los faros, recibiendo de una de las luces mayores una respuesta traducida en una estrecha franja violeta que la cortó a modo de diámetro. Nervioso decidió volver. En su huida se quedó sorprendido al comprobar que las luces le pasaron por su izquierda, silenciosas, y que el motor se le paró. Alejadas, volvió a funcionar el coche con normalidad. Inició de nuevo su recorrido y volvió a ver tres de ellas, estáticas, en su primitiva formación, atravesadas en la carretera, a una altura de unos 10 metros. No se detuvo y pasó bajo ellas. Pero, rebasadas, volvió a verlas sobre el pavimento, a una altura aproximada de un metro. Mientras se aproximaba observó que la luz de sus focos desapareció, como absorbida, y que las enigmáticas luces no proyectaban luminosidades, siendo de un amarillo claro, como sucio. Pisó el acelerador y, cuesta abajo, irracionalmente, intentó atravesarlas para no tener que volver otra vez, pero muy próximo al encuentro se desplazaron a la izquierda, mientras la cuarta, antes oculta, se unió a las demás, perdiéndose en la noche. Pasadas dos noches, junto con su padre, un cuñado y un amigo, vieron un objeto sobre la falda de un monte cercano algo redondo con pequeñas luces que rotaban a modo de ruleta. De pronto lanzó dos pequeñas bolas rojas que antes de alcanzar el monte próximo se desintegraron. Un capitán de la Guardia Civil dijo que sobre el suelo del primer aterrizaje había dos manchas que marcaban los extremos de una especie de tren longitudinal y que las manchas no eran de grasa, sino de un suelo tostado, amarillento. La zona está próxima al pantano de El Pintado y al poste repetidor de TVE de Guadalcanal.(M. Osuna).
Un técnico de TV de Guadalcanal, en el monte Hamapega, observó un objeto naranja, a gran altura. Tenía forma circular, con forma de bandeja. Se desplazaba lentamente, sin hacer ruido. ABC (RNC).
14 de setiembre. 1968. Noche.
Guadalcanal (Sevilla). Dos técnicos de la emisora de TV, estando de guardia, vieron pasar un objeto no identificado. Otro Sr. llamado Méndez, empleado de la RENFE, cuando volvía de la Granja de Torrehermosa por la carretera de Malcocinado a Guadalcanal, acompañado de su familia, notó anomalías en el motor de su coche y observó en el fondo de una vaguada, casi sobre las copas de los olivos, un objeto del tamaño de un camión de carga, de forma cupular, anaranjado, de una brillantez cegadora, iluminando el campo circundante, que ascendía y descendía en vertical con mucha lentitud. Poco después observaron que le salían unos apéndices, a modo de antenas. Cuando salieron la cúpula se acható, para volver a su posición inicial cuando se replegaron las mencionadas protuberancias. Otros dos coches regresaban por otras rutas, uno de ellos vio la luminosidad a distancia, y el otro, además de verla, le dejó de funcionar la radio. (M. Osuna)
Primavera. 1973. 22 h.
Carretera de Guadalcanal (Sevilla). El joven Pérez Cumbre se dirigía en coche hacia el mencionado pueblo cuando percibió al fondo de una depresión y en el extremo opuesto a la curva que estaba a punto de iniciar, a unos 300 metros desde donde él se encontraba, cuatro luces amarillas, dos mayores, de un metro de diámetro; las pequeñas aumentaban de vez en cuando de intensidad, dándole la sensación de que se le aproximaban. Creyó que se trataba de un adelantamiento, pero al comprobar su quietud paró y le hizo señas con los faros, recibiendo de una de las luces mayores una respuesta traducida en una estrecha franja violeta que la cortó a modo de diámetro. Nervioso decidió volver. En su huida se quedó sorprendido al comprobar que las luces le pasaron por su izquierda, silenciosas, y que el motor se le paró. Alejadas, volvió a funcionar el coche con normalidad. Inició de nuevo su recorrido y volvió a ver tres de ellas, estáticas, en su primitiva formación, atravesadas en la carretera, a una altura de unos 10 metros. No se detuvo y pasó bajo ellas. Pero, rebasadas, volvió a verlas sobre el pavimento, a una altura aproximada de un metro. Mientras se aproximaba observó que la luz de sus focos desapareció, como absorbida, y que las enigmáticas luces no proyectaban luminosidades, siendo de un amarillo claro, como sucio. Pisó el acelerador y, cuesta abajo, irracionalmente, intentó atravesarlas para no tener que volver otra vez, pero muy próximo al encuentro se desplazaron a la izquierda, mientras la cuarta, antes oculta, se unió a las demás, perdiéndose en la noche. Pasadas dos noches, junto con su padre, un cuñado y un amigo, vieron un objeto sobre la falda de un monte cercano algo redondo con pequeñas luces que rotaban a modo de ruleta. De pronto lanzó dos pequeñas bolas rojas que antes de alcanzar el monte próximo se desintegraron. Un capitán de la Guardia Civil dijo que sobre el suelo del primer aterrizaje había dos manchas que marcaban los extremos de una especie de tren longitudinal y que las manchas no eran de grasa, sino de un suelo tostado, amarillento. La zona está próxima al pantano de El Pintado y al poste repetidor de TVE de Guadalcanal.(M. Osuna).
Si quieren ver más datos de otros pueblos de la provincia de Sevilla, pueden verlos en la siguiente página: www.galeon.com/ignaciodarnaude/.../CasosOVNISevilla1960-1999.doc
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