RAMONA YANES nació en Guadalcanal (Sevilla). Autora que no gusta de guardar papeles en el arcón, transmite sus sentimientos de la forma más variada: poesía, relato, teatro... siempre otorgando a su letra una pincelada particular que no es sino el reflejo de su óptica del día a día, unas veces en clave de humor, como en el libro "Los tres pies del gato", y otras desgranándolo a golpe de optimismo, pero siempre con un tesón digno de encomio. Asidua colaboradora de diversas publicaciones literarias de ámbito nacional e internacional, cuenta en su haber con varios premios que avalan su labor. Amén de una serie de obras en las que ha colaborado conjuntamente con otros autores, ha publicado a titulo individual el poemario "Poemas del alba" (Ediciones Corona del Sur, Málaga) y "Yo y la ironía" (Ediciones Carro del Sol, Barcelona), racimo de relatos de humor donde en ocasiones se hace patente su amor por el aforismo, esa sentencia que no es sino reflejo de su particular manera de enfrentarse a la vida, trasladándonos, en palabras de Araceli Conde "a un mundo algo diferente".
A continuación les ofrecemos tres de sus poesías, que nos ha enviado para publicar en nuestro blog.
DIBUJO EN SEPIA.
Iremos por caminos tan distantes,
como la mar y la montaña.
Quizás tal vez como los días fríos y,
el soleado amanecer de la primavera.
Y nunca más han de encontrarse
tus ojos y los míos,
ni siquiera en sueños, ya ni soñar
se hace apetecible,
en nuestros otoños de experiencias.
AGRAVIO.
Es mi amor sentimiento inacabado,
herido cuando el aire se le acerca,
se aleja lo que siempre tuve cerca,
bucea en un profundo mar helado.
El sueño llenando mi anhelado
amor, se ha quedado en tu otra barca,
vertí los bellos anhelos en tu arca
vividos contigo en el pasado.
Cual momento hermoso he deseado,
mi primavera en soledad aparca,
tu amor se ha quedado olvidado.
Con un rumor de olas desbocado,
ahora mi nostalgia desembarca,
herida por los sueños del pasado.
SIEMPRE TU NOMBRE.
Arrasa el viento el despojo de la flor.
Somnolienta la tarde, el otoño entre canto y canto,
siempre con tu nombre.
Y el viento se va llevándose la noche.
Llega la mañana, saludando el despertad,
Siempre con tu nombre.
Arrasa el viento el despojo de la flor.
Sin hermosura la rosa, ya no es amor,
sin primavera ni canto, sólo es dolor.
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