viernes, 8 de junio de 2012

LEOCADIA RAMOS Y LA DESDICHADA VIDA SENTIMENTAL DE MICRÓFILO




Hace casi dos años[1], rescatando parte de un delicioso artículo en ABC de 1942, del escritor y académico de Osuna, Francisco Rodríguez Marín, traía a estas páginas el soneto acróstico, de nuestro escritor maldito Juan Antonio Torre Salvador, Micrófilo, que vuelvo a transcribir a continuación:



¿A qué, si sabes que huye la hermosura,
La dejas de gozar en la dichosa
Edad en que los sueños de oro y rosas
Olas llevan al alma de ventura?

Cuando ya la vejez, con mano dura,
A la ayer tersa faz, torne rugosa,
Del tiempo que perdiste, desdeñosa,
Inútil es que llores la premura.

Árbol es la mujer; el tiempo alado
Róbale sin piedad sus dulces flores,
A pesar del ingenio y del cuidado.

Mas nada son del tiempo los rigores,
¡Oh Leocadia! Si en fruto delicado
Se trueca el florecer de los amores.

Ahora he podido saber que fue escrito probablemente en el último trimestre de 1894 y, consta en la página 63, del manuscrito[2] del escritor, comenzado el 29 de septiembre de 1884, aparecido en Enero de 2010, propiedad de Manuel Álvarez Machado, nieto de Francisco Machado Ruiz, hermano de los famosos Antonio y Manuel. Atendiendo a una amable sugerencia de su dueño me encuentro inmerso en una paciente transcripción de las 437 páginas de dicho manuscrito con vistas a su posible edición.
Para un supersticioso, que, el nombre y primer apellido de una mujer atractiva tenga 13 letras, tal y como sucede con los de la dama que encabeza este texto, parece en principio frustrante. Ignoro si el poeta del S. XIX creía en semejantes maleficios, el caso es que resolvió el problema con la preposición “A”, con lo cual logró los 14 versos del soneto acróstico, cuyas primeras letras permiten leer “A Leocadia Ramos”.
Que el apellido Ramos tuvo raigambre en el pasado en Guadalcanal, está fuera de todo duda. Me remito a la piadosa María iniciadora de la advocación mariana de Chiquinquirá, en el entonces Reino de Nueva Granada, hoy Colombia, y, si no recuerdo mal, Ramos era el segundo apellido del ciudadano Antonio Crespo, de la generación de mi padre, fallecido hace ya bastantes años.
La pregunta que dejo en el aire es si algún anciano de Guadalcanal recuerda haber oído hablar de esta dama, cuya belleza, y al parecer cierto desdén, inspiró los versos del poeta, que compatibilizó su radicalismo ideológico anarco-masónico con el acendrado lirismo elegíaco del que son una muestra estos versos. Quizás en el cementerio de la villa alguna lápida antigua deje constancia de su paso por este mundo convulso, en el que mostraría el esplendor de su juventud en los últimos años del S. XIX.
No perdió el poeta y periodista ocasión de manifestar su admiración por las beldades de la villa, pues recuérdese que en su obra “Un capítulo del fol-klore Guadalcanalense”, manifiesta su admiración por una tal Nieves Herce, de la que dijo que “era tan bella como discreta”, y a quien supongo antepasada de nuestra antigua amiga Isabel, esposa del escritor y periodista A. Burgos.
Sin embargo, la vida amorosa de Juan Antonio de Torre Salvador (que además de Micrófilo, usó el seudónimo M. Monti) a juzgar por los pocos datos personales que conocemos, no parece que fuera muy afortunada. En el plano familiar contrajo un primer matrimonio con su cuñada Ana Torre-Franco-Romero (viuda de su hermano Norberto), de la que tuvo una hija Ana, que murió a la edad de dieciocho años, el mismo año que su padre. Tras enviudar al poco tiempo de Ana, se casó, poco antes de morir en 1903, con la autora teatral Aurora Fuster Gallardo (Málaga 1884-1907) quien, tras quedar viuda, contrajo segundas nupcias con el autor teatral, José Crousielles, matrimonio que tuvo un fin trágico pues fue asesinada por el dramaturgo. Algo que, lamentablemente, hoy sigue siendo motivo, un día sí y otro también, de noticia en los medios y objeto de puntual recuento estadístico.
Quimiófilo
Madrid, agosto 2011

[1] El 27 de septiembre de 2009, en el Blog Benalixa, y en la página web guadalcanal.es del Ayuntamiento.
[2] Manuscritos de Juan Antonio Torre Salvador por Manuel Álvarez Machado. Revista de Feria de Guadalcanal, 2010, páginas 29-34.

1 comentario:

José María Álvarez Blanco dijo...

Tras enviar este texto, he podido apreciar que el titular de este blog, Ignacio Gómez, en su artículo <> (Revista de Feria, 2011) reseña que seis personas que viven actualmente en la villa, llevan Ramos como segundo apellido. Por eso pienso que tal vez sean ellas quienes puedan aportar datos sobre la dama a quien fue dedicado el soneto.
JMAB (Quimiófilo)