jueves, 20 de mayo de 2010

LOS COMENDADORES DE GUADALCANAL - 1 DE 3


Luis Salazar y Castro(1)
Introducción y notas de
José María Álvarez Blanco
Fotog. Ignacio Gómez

Según este autor, desde 1246(2) en que Guadalcanal es reconquistada a los musulmanes hasta bien entrado el siglo XVII durante el reinado de Carlos II se contabilizan trece(3) Comendadores de Guadalcanal quienes son los representantes políticos-religiosos de la Encomienda de Guadalcanal perteneciente a la Orden Militar de Santiago(4). Hay una amplia documentación sobre la presencia de dicha Orden, recogida sobre todo en los Libros de Visita, que nos han permitido saber cuál era la dotación litúrgica de la Iglesia de Santa Ana a finales del S. XV(5). En el aspecto documental se conserva la Casa de la Encomienda, que no sólo es la que actualmente es propiedad de Maruja Cárdenas de la Hera, sita en la calle Andrés Mirón (esquina a Milagros), sino que parecer ser que también ocupaba el solar de la situada en la diagonal de enfrente, esquina a la calle Granillos. Como es bien sabido la actual calle dedicada a nuestro poeta, se llamó anteriormente Ramón y Cajal, y anteriormente Encomienda por la ubicación en ella de la casa de la Orden. Del libro cuya portada se reproduce a continuación son los textos sobre las Encomiendas en general, la de Guadalcanal en particular y la reseña biográfica de los Comendadores. (JMAB).

Las Encomiendas son las partes de territorio jurisdiccional de las Ordenes Militares, encomendado por el Maestre y lue­go por el Rey; a un Caballero con el título de Comendador, con todas sus personas, tierras, derechos, bienes y rentas de todo gé­nero. La Encomienda era como un Señorío, y constituyeron por su importancia estratégica primero, para su defensa y conser­vación, y luego para su gobierno y tenencia, una de las más al­tas y preciadas dignidades de las Órdenes Militares.
Los Comendadores representaban la autoridad del Maestre en su territorio, y sus fallos sólo eran apelables ante el mismo Maestre.
La Orden de Santiago tenía ochenta y cuatro Encomiendas repartidas en, Castilla, León, Aragón y hasta en Sicilia. La de Calatrava contaba con cincuenta y cuatro, y Alcántara treinta y ocho. Y todas las Encomiendas servían al. Rey, con 368 lanzas Santiago, 300 Calatrava y 138 Alcántara, que montaban 434.293 ducados.
Comendador era el Caballero de la Orden investido por el Maestre de esta alta dignidad; en un principio se les encomen­daban los bastimentos, el vestuario, las enfermerías, la guarda de los privilegios, etc. Más tarde el Maestre les fue dando los castillos y fortalezas que iban conquistando en la Reconquista, encargándose de su conservación, guarda y defensa; muchos de ellos situados en la frontera de los moros. Por su carácter a la vez religioso, se hacía para estas Encomiendas la colación res­pectiva y la canónica institución.
Los Comendadores, una vez instituidos por el Maestre, es­taban obligados a reparar las casas de sus Encomiendas, tenien­do la entrega en pie, debiendo añadir y acrecentar algunos bie­nes y ganados, so pena de perderla; no podían disfrutar dos a la vez, ni tener maravedíes en la Mesa Maestral; tenían que re­sidir en sus castillos y fortalezas, sobre todo los fronterizos, y no podían ausentarse, sin licencia del Maestre. Sixto IV conce­dió para sustentar en pie las casas de la Orden y conservar las que se hiciesen, gastar la mitad de los frutos y rentas de los dos primeros años de las Encomiendas vacantes. En el Capítulo de 1560 se determinó que tuviesen moradores en las casas y forta­lezas, y, si fuere necesario, darles salario y que residiesen al me-nos cuatro meses cada año. En 1653 se ordenó que el que reci­bía Encomienda tenía que profesar en esta Orden, aunque tuviera hábito de otra, que tenía que dejar. Cuando moría un Co­mendador, la taza y la mula eran para el Maestre, el caballo y las armas para el Comendador mayor, y la cama para los hospi­tales de la Orden.>> (Del Prólogo del Marqués de Ciadoncha)


ENCOMIENDA DE GUADALCANAL (pp. 550 – 551)

Esta Encomienda es de las de la Provincia de León y se compone de la villa de Guadalcanal y de la Dehesa del Palacio, término de Reina. En Guadalcanal tiene el Comendador un cercado, molino y bodega de aceite, un lagar, una huerta que se llama la Viña de la Orden, y unas tierras llamadas el Valdío de la Encomienda. Lleva el comendador la mitad del diezmo de trigo, cebada centeno, y todas semillas y la otra mitad es del Hospital de la Sangre de Sevilla, excepto lo que se sembrase en los huertos y huertas porque le lleva enteramente el Comendador. Y también es suyo el diezmo entero de borregos, carneros, cochinos, quesos, lana, huertas, alcacer, y uvas que se venden en la plaza; y la mitad del diezmo del zumaque porque la otra mitad es del Hospital de la Sangre. Es del Comendador el Portazgo y veintena de la villa. El derecho del Portazgo del Carril de la Burbana. La Martiniega, que es doce maravedís de cada vecino que tiene casa, exceptuándose clérigos e hijosdalgo. Págale la villa un censo de 4466 maravedís de renta y los molinos de ella otro de 400 maravedís. Tiene esta Encomienda un Juro de 193.285 maravedís de renta, situados por privilegio de S. M. en las alcabalas de Huete. Todo lo cual consta por los arrendamientos del Comendador Duque de Monte Marchano.

LOS 13 COMENDADORES DE GUADALCANAL (pp. 551-561)

I - DON FADRIQUE ENRÍQUEZ DE RIVERA, Adelantado Mayor de Andalucía, primer marqués de Tarifa, Señor de las villas de Espera, Bornos, Cañete, el Coronil y las Aguzaderas, era comendador de Guadalcanal en 22 de enero de 1514, en que por Cédula del Rey Católico fue relevado por no haber residido en año antecedente en su Encomienda los cuatro meses a que era obligado; pero solo le llama Adelantado Mayor de Andalucía. Murió el año 1549(6), como parece por Cédula de Carlos V, dada en Madrid a 8 de noviembre del mismo año, en que hace merced de la cama y vestidos de este Comendador, difunto, al Hospital de San Marcos, manda se entreguen a Francisco Vargas, su Administrador, o por ello doce mil maravedís.

II - DON JUAN FERNÁNDEZ MANRIQUE, Marqués de Aguilar, conde de Castañeda y Buelna, Canciller Mayor de Castilla, sucedió en esta Encomienda al Marqués de Tarifa por merced de Carlos V, que le firmó el título de ella en Valladolid, a 21 de noviembre de 1539, refrendado de Juan Vázquez de Molina y firmado del Conde Don García Manrique, Licenciados Luján y Sarmiento y Doctor Anaya, que eran Presidente y Consejeros de Ordenes. Falleció el Marqués el año 1553, porque por esta causa dio Carlos V la administración de esta Encomienda a Don Her­nando Enríquez, Caballero de la Orden, por título de 24 de no­viembre. Y por una Cédula del día siguiente mandó Su Majestad se acudiese al Hospital del Convento de San Marcos, de León, con la cama y vestidos de este Comendador difunto.

III - JUAN VAZQUEZ DE MOLINA, Comendador de Valencia del Ventoso, Señor de Payo y la Eliseda, primer Alférez Mayor de Úbeda, Secretario de Estado de Carlos V, su testamentario y también su Consejero de Estado, fue Comendador de Guadalcanal por título suyo dado en Bruselas, a 20 de mayo de 1556, en lu­gar del Marqués de Aguilar, último Comendador, y con esta En­comienda le nombran Argote de Molina, Garibay, Haro y todos los que tratan de él y consta también por el título de su su­cesor.

IV - DON DIEGO HURTADO DE MENDOZA Y DE LA CERDA, primer Príncipe de Mélito, Duque de Francavila, Marqués de Algecilla, Señor de Miedes y Mandayona y de la Puebla de Al­menara, Virrey y Capitán General de Aragón y Cataluña, de los Consejos de Estado y Guerra de Su Majestad, Presidente de los de las Órdenes e Italia, Comendador de Villahermosa y Trece, fue Comendador de Guadalcanal en sucesión al Secretario Juan Vázquez de Molina, como parece por el título que Felipe II le firmó en San Lorenzo el Real, a 12 de agosto de 1571, re­frendado de Martín de Gaztelu y firmado de Don Fadrique En­ríquez, Doctor Rivadeneyra, Licenciado Diego de Castejón y Doctor Luzón, freile de Santiago, Capellán de Su Majestad, y dice: «Sabed que la Encomienda de Guadalcanal está al presente vaca por fallecimiento del Secretario Juan Vázquez de Mo­lina, ya nos, como Administrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden que sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, Prín­cipe de Mélito, Duque de Francavila, Comendador que hasta aquí ha sido de Villahermosa, ha hecho a nos y a la dicha Orden y esperamos que hará de aquí adelante y sus méritos y costum­bres, por esta nuestra carta le nombramos para que sea pro­veído de la dicha Encomienda de Guadalcanal, etc.»

V - DON RODRIGO MANUEL, Señor de Belmonte de Campos y Cevico de la Torre, Capitán de Hombres de Armas de las Guar­das de Castilla, Capitán de la Guarda Española de Felipe II y Comendador del Corral de Almaguer, sucedió al Príncipe de Mélito en la Encomienda de Guadalcanal por merced de Felipe II, de que se le di título en Madrid, a 8 de noviembre de 1578, fir­mado de Su Majestad y refrendado de Martín de Gaztelu y tam­bién firmado de los Licenciados Don Antonio de Padilla, Don Juan de Zuazola, Don Miguel Marañón y Licenciado Hinojosa. Presidente y Consejeros de Ordenes. Es dirigido al Licenciado Pedro Rodríguez de Capillas, freile de la Orden, Capellán de Su Majestad, y a Don Rodrigo Manuel le nombra «Don Rodrigo Ma­nuel, Capitán de nuestra Guarda Española, Comendador que hasta aquí ha sido de la Encomienda del Corral de Almaguer»
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Notas.-

(1) En el prólogo de la obra cuyos fragmentos se reproducen en este texto, se encuentra una amplia reseña biográfica del autor Luis Salazar de Castro, cuyas fechas de nacimiento y muerte constan en la portada del libro. Resumidamente digamos que nació en Valladolid y falleció en Madrid. Habiendo quedado huérfano muy joven, se acogió a la protección del Conde de Luque en Baena, de quien fue Paje y luego Secretario. Posteriormente se trasladó a la Corte en donde el Duque del Infantado le encargó el arreglo de su Archivo. A los 24 años comenzó su extensa obra histórica que le ha valido su reputación de Príncipe de los genealogistas españoles. Carlos II el Hechizado le tenía gran afecto y le hizo su Ayuda de cámara y Bibliotecario. En 1691 fue nombrado Cronista Mayor de Indias. Además de otros cargos el Rey Don Felipe V, reconociendo su talento, le nombró en 1700 Alguacil mayor de la Inquisición, de Toledo, con facultad de ceder la Vara; en 1705 le hizo Consejero honorario de las Órdenes, y el 3 de marzo de 1721 Superintendente de los Archivos de las Órdenes Militares. Todos estos cargos le dieron magníficos elementos para sus es­tudios, y trabajos, sirviéndole a la vez de estímulo extraordinario, para mejor realizar su gigantesca labor. Está enterrado cumpliéndose lo dispuesto en su testamento en Madrid en la Iglesia de Montserrat en la calle de San Bernardo.

(2) Según M. Maldonado Fernández este año 1246, en el que se produce la rendición y donación de las tierras de Reina, debe ser considerado el de la toma de Guadalcanal a los musulmanes (Comunicación personal de M. Maldonado a I. Gómez). Esta fecha es posterior en cinco años a 1241 que puede hallarse en otras fuentes, como por ejemplo la página web del Ayuntamiento de Guadalcanal, y la Historia de Guadalcanal de Andrés Mirón, página 41 (Ayuntº de Guadalcanal, 2006) quien incluso da el nombre del gobernador de la villa, el árabe Axataf.

(3) Parece ser que, además de los trece comendadores aquí reseñados hubo otros según consta en el texto de Andrés Mirón antes citado y en un texto de Ignacio Gómez inédito.

(4) La jurisdicción política de la Orden de Santiago se prolongó hasta el final del reinado de Fernando VII y la religiosa concluyó con el advenimiento de la primera Republica en 1868 (Véase por ejemplo Orden de Santiago en Wikipedia).

(5) Véase “Inventario litúrgico de la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal en 1494”, de Manuel Serrano Sanz (1926). Reproducido en
http://guadalcanalfundacionbenalixa.blogspot.com/ 27 abril 2010 y http://www.guadalcanalsierranorte.com/ 28 abril 2010

(6) Según M. Maldonado Fernández, basándose en documentos de toda fiabilidad. esta fecha es errónea, siendo la auténtica, diez años antes, es decir, 1539.(comunicación personal a I. Gómez)




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