Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I
(Se mantiene la ortografía de la época)
Otrosí: los dichos depositarios de los metales y el veedor ternán mucho cuidado que las primeras dos ó tres fundiciones que se dieren para cada horno de fundir, cuando comenzaren algun principio de la semana; se den del mas pobre metal que hobiere con que se calienten y vidrien los hornos, pues ya está experimentado que en esto se pierde mucho metal, y es menos daño que se pierda de lo mas pobre.
Del metal due se funde de lo que se dice de Martin Delgado al tiempo que cae derretido en la pileta se sacan unas planchas delgadas que salen á manera de espuma, las cuales comunmente llámanse pastas ó cobrizo, y destas suele haber buena cantidad, y es hacienda de precio. El escribano de la fábrica y las guardas ternán cuidado de recogerlas aparte, y guardarlas con el mismo recabdo que guardan las planchas de plata plomo, y de entregar cada dia las que hobieren salido á los depositarios de los metales sin peso para que las guarden; y despues de recogidas, cuando hobiere buena cantidad, hanse de quemar y fundir como se suele hacer, y tener cuenta aparte de la plata que procedió dello, poniendo en ella todos los oficiales y recabdo que está dicho en la otra plata.
La escobilla que sale de todas las labores susodichas es de mucho precio, especialmente la de los buitrones; por lo cual es necesario que se recoja, y guarde con gran diligencia; pues no puede haber en ella otro recaudo de cuenta ni peso, y ansi se hará junto á los dichos, buitrones una pieza grande, clara y segura, donde cada dia se eche y recoja la escobilla que se hiciere en los dichos buitrones, haciéndola barrer con mucho cuidado; y han de tener dos llaves de la puerta dellá, una el escribano de la fábrica, y otra el veedor; y cuando estuviere recogida cantidad della, ansi de lo que se hace en los dichos buitrones, como en otras cualesquier partes de toda la fábrica, la harán labrar y beneficiar con muy buen recaudo, poniendo personas de mucha confianza que esten presentes en los lavaderos hasta que esté lavada toda la dicha escobilla, y se entregue á los depositarios de los metales sin peso; y cuando estuviere toda la dicha escobilla lavada, se harán della las fundiciones que pudieren, dándolo por peso á los fundidores por ante el dicho escribano de las fundiciones, y tornarán á entregar á los dichos depositarios todo el plomo plata que dello resultare, por la orden y con la diligencia que está dicho en lo demas.
Del metal due se funde de lo que se dice de Martin Delgado al tiempo que cae derretido en la pileta se sacan unas planchas delgadas que salen á manera de espuma, las cuales comunmente llámanse pastas ó cobrizo, y destas suele haber buena cantidad, y es hacienda de precio. El escribano de la fábrica y las guardas ternán cuidado de recogerlas aparte, y guardarlas con el mismo recabdo que guardan las planchas de plata plomo, y de entregar cada dia las que hobieren salido á los depositarios de los metales sin peso para que las guarden; y despues de recogidas, cuando hobiere buena cantidad, hanse de quemar y fundir como se suele hacer, y tener cuenta aparte de la plata que procedió dello, poniendo en ella todos los oficiales y recabdo que está dicho en la otra plata.
La escobilla que sale de todas las labores susodichas es de mucho precio, especialmente la de los buitrones; por lo cual es necesario que se recoja, y guarde con gran diligencia; pues no puede haber en ella otro recaudo de cuenta ni peso, y ansi se hará junto á los dichos, buitrones una pieza grande, clara y segura, donde cada dia se eche y recoja la escobilla que se hiciere en los dichos buitrones, haciéndola barrer con mucho cuidado; y han de tener dos llaves de la puerta dellá, una el escribano de la fábrica, y otra el veedor; y cuando estuviere recogida cantidad della, ansi de lo que se hace en los dichos buitrones, como en otras cualesquier partes de toda la fábrica, la harán labrar y beneficiar con muy buen recaudo, poniendo personas de mucha confianza que esten presentes en los lavaderos hasta que esté lavada toda la dicha escobilla, y se entregue á los depositarios de los metales sin peso; y cuando estuviere toda la dicha escobilla lavada, se harán della las fundiciones que pudieren, dándolo por peso á los fundidores por ante el dicho escribano de las fundiciones, y tornarán á entregar á los dichos depositarios todo el plomo plata que dello resultare, por la orden y con la diligencia que está dicho en lo demas.
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