jueves, 13 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA EN LA ACTUALDAD

Varios lectores que vienen siguiendo las entregas que estamos haciendo de la historia de las minas de plata de Guadalcanal, nos han preguntado, qué es lo que queda de todo lo que hubo en la zona donde estaban situadas las minas.
Gracias a las gestiones de nuestros amigos Juan José Gordón y José Ramón Muñoz, y sobre todo a la inestimable ayuda prestada por el encargado de la finca que est
á junto a las minas, Gumersindo, hemos podido visitar la zona donde estuvieron las minas, y por supuesto, siguen las galerías que la componían.

Tenemos que advertir, que debido a las lluvias caídas este año, no nos ha sido posible entrar en las galerías a las que se tiene fácil acceso,
posponiendo para finales del verano una nueva visita, fecha en que según nuestro amigo Gumersindo, podremos acceder.

Hace 32 años, José Mª Álvarez Medina (Pepe el de la tienda) y Plácido Cot
e, nos precedieron en esta misma visita. Nuestro amigo José Mª Álvarez Blanco (el hijo de Pepe el de la tienda), nos ha facilitado fotografías de aquella visita (en blanco y negro). A la vista de ellas, pueden comparar, que no ha cambiado mucho el entorno donde fueron hechas, que es el mismo lugar que nosotros hemos visitado.

Como pueden ver, poco ha cambiado en 32 años el edificio que aparece tanto en las fotografías en blanco y negro, como las actuales en color. Se ha perdido parte de la estructura, pero todavía sigue en pié este edificio, que ignoramos si fue vivienda de Francisc
o de Mendoza, responsable de las minas durante varios años, horno o almacén.

Si se ha perdido ese otr
o edificio que se ve en la parte izquierda de la fotografía, ya que se han sembrado olivos en su lugar, aunque todavía se ven restos en el suelo.

También ha cambiado el pozo de donde actualmente se saca el agua para las labores agrícolas, dotándo
lo de nuevos motores y acondicionamiento del entorno.

Gracias a nuestro amigo Gumersindo, hemos podido ver dos de las entradas a las galerías, ya que sin su ayuda, debido a que están completamente rodeados de hierbas y malezas, nos hubiera sido imposible localizarlas. Según nos explicó, una vez que baje el agua que está acumulada, se puede entrar perfectamente, porque existen los escalones que se encuentra en perfecto estado y amplias naves en algunos tramos. Como decíamos al principio, intentaremos después de verano acceder a estas galerías.

Según nos explicó Gumersindo, todos los años vienen “los alemanes” (posiblemente pueden ser descendientes de los Fúcares, a los que la Corona traspasó la explotación d
e las minas), que con modernos sistemas informáticos, observan las diferentes galerías y la situación en que se encuentran, algunas de ellas, a más de ciento cincuenta metros de profundidad.
En nuestro paseo por la zona, hemos observados restos de diferentes instalaciones, que se encuentran en un amplio espacio, como pueden ver en las fotogra
fías.

Emociona ver los arroyos que corren
por la zona, y que son los mismos que en 1555 sirvieron para lavar el mineral que se extraía de los pozos. Nos comentaba Gumersindo, que cuando brota el primer agua del pozo, sale de un color blanquecino, como consecuencia de los minerales que existen en el subsuelo.

Viendo el entorno actual, nos parece imposible que aquí pudieran trabajar más de mil personas (algunos de ellos esclavos), existieran varios hornos, iglesia, almacenes, molinos, talleres… y toneladas y toneladas de plata, que se convirtieron en monedas, para financiar las guerras de nuestros
reyes, Carlos V y Felipe II…

Los años sin actividad minera, han devuelto a toda la zona su hábitat anterior (como pueden ver en las fotografías) y pudimos ver incluso alguna cigüeña negra, peces en los arroyos y muchos conejos y perdices.

1 comentario:

José María Álvarez Blanco dijo...

Te agradezco amigo Ignacio que hayas cumplido el encargo que te hice hace más de un año, pues tenía interés en ver la evolución del paisaje después de haber sabido por Cayetano Yanes Durán, que tras las intensas lluvias de hace uno o dos años se habían producido varios hundimientos, en uno de los cuales desapareció una vaca. Recuerdo aquel día perfectamente, fuimos los tres: Plácido que nos llevó en su coche, mi padre y yo que hice las fotos. La finca entonces era propiedad de la familia Gálvez, uno de cuyos miembros, que no recuerdo si es el que está de pié en la foto, nos dijo la frase siguiente que se me quedó grabada: “Nosotros somos propietarios del suelo, pero no del subsuelo” frase de carácter jurídico-mercantil tan concisa como precisa.
Estoy de acuerdo contigo que parece mentira que en estos parajes trabajara tanta gente y fuera uno de los primeros sitios de Europa donde se empleó la máquina de vapor.
No me extraña en absoluto la visita periódica de ciudadanos alemanes, pues es tanta y tan extensa la bibliografía sobre esta famosa mina, que sigue teniendo un poder de atracción enorme para ingenieros, geólogos, empresarios del sector minero etc.