jueves, 26 de mayo de 2011

Guadalcanal en el siglo XIX


Por José M.ª Álvarez Blanco. Revista Guadalcanal1985

El Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y sus provincias de Ultramar, del que es autor el político navarro Pascual Madoz (1806-1870), aparecido en 1847 cuando nuestro país acababa de dejar atrás el reinado de Fernando VII, y nuestro pueblo había pasado de extremeño a andaluz, gracias a las reformas de Javier de Burgos, Ministro de Fomento del gabinete de Cea Bermúdez. En el tomo 9 página 9 y 10 que se transcribe (ortografía de la época incluida):

Villa con Ayuntamiento (al que estuvo agregada la aldea de Malcocinado hasta el año 1843 en que se erigió en pueblo independiente bajo el nombre de Villanueva de la Victoria), en la provincia, audiencia territorial y capitanía general de Sevilla (15 leguas), partido judicial de Cazalla (3 leguas), priorato de San Marcos de León, orden de Santiago, vicaría de Santa María de Tudia.

En el confín septentrional de la provincia, en terreno escabroso, con clima templado por lo regular, aunque excesivamente cálido en el estío; vientos de NE y SE padeciéndose más comúnmente fiebres en el verano y flegmasías de todas clases en otoño y primavera.

Tiene 810 casas, 34 calles, una plaza, 6 fuentes de buen agua, pósito con 600 fanegas de caudal efectivo en granos; 2 escuelas de niños a los que concurren 130 hallándose dotado el maestro titular con 3300 reales; otra de niñas con 2000 reales, asistida por 66; un hospital, llamado de Santa Caridad, donde se curan los pobres de solemnidad; carece de fincas y sólo tiene para ayudar a subvenir a sus gastos unos cortos censos. No hay casa del ayuntamiento y las sesiones se celebran en una casa particular arrendada al efecto; la cárcel es un cuarto inseguro en mal estado.

Cuenta tres parroquias a saber: Santa María de la Asunción que es la mayor, Santa Ana y San Sebastián, la primera es curato de segundo ascenso, y los otros dos de primero, siendo su patrono S.M., que provee estos curatos como Gran Maestre a propuesta del Tribunal de las Órdenes, por oposición ante el mismo. Cada una de las parroquias tiene su feligresía particular y su barrio del mismo nombre y la de Santa María además la mencionada aldea de Malcocinado. Esta parroquia está servida por 14 sacerdotes, 6 de ellos seculares y los restantes enclaustrados, además del párroco, uno de éstos es teniente de cura; la de San Sebastián por seis sacerdotes con el párroco, siendo uno de ellos teniente y la de Santa Ana por el párroco y cinco sacerdotes; cuatro ermitas en la villa bajo la advocación de los Milagros, San Vicente, la Concepción y Espíritu Santo y tres fuera de ella denominadas, Ntra. Sra. De Guaditoca, a dos leguas de distancia, San Benito a un cuarto de legua junto al camino para Alanís y el Cristo a trescientos pasos. El Convento de Frailes de la Orden de San Francisco situado extramuros, fue vendido por la nación y derribado en su totalidad por los compradores. Tres conventos de monjas, dos de ellos con bastante culto en sus iglesias y la otra ruinosa. No hay cementerio.

Confina el término al N. con Azuaga distancia cuatro leguas, E. con Alanís dos leguas, S. con Cazalla de la Sierra tres leguas, y O, con Fuente del Arco que se halla a dos leguas. Se extiende por el primer punto uno, una y media leguas, por el segundo otro tanto, por el tercero y cuarto una y cuarto, y comprende 70 casas de campo, siete de ellas con oratorios habilitados para la celebración de los divinos oficios, siendo las más notables: el Rincón, la Jayona, Santa Cruz, el Rey, San Julián, la Porosa, Arrayanes, Campanilla, Torrecilla, Plata, el Llano, San Benito, Prados y otros.

El terreno es escabroso, de sierra con corto valle, la baña como principal corriente el río Sotillo, que nace en el término de Fuente del Arco, sigue su curso de N. a S. Hasta desembocar en el río Bembezar, término de la Puebla, desde donde se dirige al Guadalquivir. No le cruza puente alguno y baña los pueblos de Valverde y Azuaga, por la izquierda y Guadalcanal y Alanís por la derecha. La ribera nombrada de Benalija que divide este término con el de Cazalla de la Sierra y baña a Alanís por el E., Cazalla por el S. y Guadalcanal por el N.. Por último, en el centro del término se encuentran los arroyos de Esteban Yañez, Guaditoca y Arroyo del Moro, los cuales depositan sus aguas en el expresado Sotillo.

Los caminos que dirigen a las poblaciones, con quienes esta confina, son muy malos de herradura, como en terrenos de sierra, y especialmente el denominado del puerto de Llerena, que sirve de tránsito para la principal parte de Extremadura a la ciudad de Sevilla y otros puntos de Andalucía. El correo de Extremadura se recibe de Llerena y el de Andalucía de Cazalla, existiendo en Guadalcanal estafeta.

Produce aceite y trigo en particular, vino, cebada, centeno, avena, garbanzos, habas, zumaque, mucha hortaliza y frutas; ganado vacuno, de cerda, cabrío, lanar y yeguar, caza de conejos, perdices, liebres y alguna ave.

Tiene las siguientes industrias: cuatro fábricas de aguardiente, una de jabón, 16 molinos de aceite, 15 de pan, tres de zumaque, una fábrica de curtido y ocho lagares.

Se importan algunos paños, telas y comestibles de Sevilla y se extraen los frutos sobrantes del país. A un cuarto de legua ente N. y E, se hallan las minas de plata que han sido en otra época de grande utilidad a la nación pero que hace 14 años están abandonadas.

Población: 1300 vecinos: 5446 almas.

Riqueza impuestos: 255685 reales. Contribución 107279 reales.

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