martes, 10 de mayo de 2011

EMIGRACIÓN A INDIAS Y FUNDACIONES DE CAPELLANÍAS EN GUADALCANAL - 15


Por Javier Ortiz de la Tabla Ducasse – Revista Guadalcanal 2003

Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva 1981

Salvo casos excepcionales las capellanías indianas no parecen que hayan alcanzado cifras elevadas y en general, en el aspecto económico, en absoluto deben haber revolucionado la economía de la localidad ni la del sector social que las disfruta (suelen correr en administración del capellán o de uno de sus familiares). Sin embargo, parece haber supuesto un refuerzo más para la acumulación de bienes en manos muertas y la reafirmación económica y social de un grupo de familias de Guadalcanal, que figuran ya como destacadas en el XVI y serán las clases privilegiados del XVIII y XIX, porque a pesar de la frecuencia de mandas piadosas en distintos grupos sociales, serán precisamente los indianos de estas familias los que estén más frecuentemente representados como fundadores de capellanías.

Para América supondría una salida más de metálico, sin compensación, aunque si se compara con los capitales destinados para estos mismos fines piadosos in situ -gastos de entierro, sepultura, limosnas, mandas, misas, capellanías, etc.- por los mismos fundadores, se comprueba que las peninsulares (fundadas por indianos) no superan a las americanas fundadas por estos mismos.

Para ambos destinos, americano y peninsular, parece haber representado la implantación y perpetuación de una vía de canalización económica que beneficiaba principal y casi exclusivamente al clero, a la Iglesia en definitiva, y a un grupo social privilegiado.

2. Aspectos sociales y familiares

Como se ha indicado anteriormente son estos los aspectos más destacables y con mayor riqueza de documentación en los fondos de capellanías. Generalmente éstas eran vinculadas por el fundador a su familia o linaje «para siempre jamás», salvo casos excepcionales en los que son llamadas a disfrutarlas los sacerdotes más pobres o virtuosos del pueblo. Casi siempre también los patronos (que han de vigilar el cumplimiento de la voluntad del fundador) son nombrados entre miembros de la familia más directa (y sus herederos) mediatizados a veces con el nombramiento como tales de diversos cargos religiosos: el guardián del convento de San Francisco de Guadalcanal o el cura de tal o cual iglesia de los tres del pueblo.

Cuando moría el primer beneficiado, nombrado por el fundador o vacaba por cualquier motivo, salía a colación y se examinaban los argumentos de los pretendientes. Dichos argumentos giraban en demostrar el parentesco más inmediato con el fundador y las cualidades más idóneas para su disfrute.

Comienzan así las genealogías ascendentes que desde el XVII y XVIII se remontan a veces a fines del XV. Ante estos períodos hay que tener precaución en cualquier información de este tipo. Algunos Reyes de Armas y algunos genealogistas de entonces, y de ahora, hacían, y hacen, verdaderas maravillas de entronques, aún con los orígenes más absurdos y disparatados y la gente lo creía, y lo cree aún. Pues bien, la confrontación de datos a posterior, procedentes de diversas fuentes y capellanías, y las mismas recusaciones entre varios, permiten reconstruir con cierta fiabilidad estos datos familiares, ya que además, si para los pretendientes era fundamental probar el parentesco cercano, antes que en segundo o en tercer grado, ahora podemos contentarnos con saber la pertenencia de estos individuos a determinadas familias, linajes o grupos.

Cuando podamos ampliar la información y extender el análisis al resto de capellanías, es posible que encontremos un conjunto de datos coherentes de los que se deducirá la existencia de un claro y definido grupo social privilegiado; protagonista en la fundación de capellanías y en su disfrute, en la vida económica, social y religiosa del pueblo; destacado en colonización americana; con grandes índices de endogamia y consolidado hasta el siglo XIX.

No hay comentarios: