lunes, 2 de mayo de 2011

EMIGRACIÓN A INDIAS Y FUNDACIONES DE CAPELLANÍAS EN GUADALCANAL - 11


Por Javier Ortiz de la Tabla Ducasse – Revista Guadalcanal 2003

Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva 1981

Si la continuidad de salidas de individuos de una misma familia con iguales destinos no fuera suficiente para demostrar el hecho que queremos resaltar, en cuanto a la emigración familiar y la colonización en cadena, puede añadirse que todos estos Bonillas, salidos hacia la Nueva España y Perú, son del mismo linaje: hermanos y sobrinos unos, y en primer y segundo grado todos. Y además son deudos y familiares de los Bastidas, de la Torre, Funes, Castilla, Gavilanes, Ramos, Yáñez y Ortega, que representan un elevado número de familias que también emigran a América, además de otros parentescos con otros linajes, representados en menor proporción en la emigración a Indias.

El caso de los Bonilla es el más representativo de una familia con éxito, concretamente en el virreinato peruano y en Quito, Allí, junto a ellos, aparecerán parientes y paisanos.

El primero en pasar a América fue Francisco de Guadalcanal (1517), saliendo tras él su sobrino Rodrigo Nuñez de Bonilla (1520) quien destacará en La Española y en Tierra Firme, «donde guerreó con sus armas y caballos, perdiendo muchos esclavos», índice éste de su categoría como conquistador. Siguiendo la proyección de la conquista, de Panamá pasó al Perú donde se encontraba en 1537 con su hermano Francisco. Acompañó a Belalcázar desde Piura a Quito y en 1540 se encontraba en la conquista de las provincias de Macas y Quizna. En Quito y Quijos figuraría en un lugar destacado en estas fechas, junto con otros parientes y paisanos.

Rodrigo Núñez de Bonilla fue durante muchos años tesorero de la Real Hacienda de Quito, ciudad a la que llevó «muchos ganados así yeguas como caballos, ovejas, puercos»; recibió de Francisco Pizarro varias encomiendas en Macas, Quizna y Latacunga, siendo de los más ricos encomenderos de Quito. Sus bienes se calculaban en unos 100.000 pesos, suma elevada si se tiene en cuenta que los principales capitales de la Audiencia en el XVI no sobrepasaban los 50.000 pesos 16.

Realista destacado, fue desterrado a Chile por Gonzalo Pizarro, logrando escapar en el viaje para dirigirse a la Nueva España. Allí casaría con doña María de la Cueva, hija de conquistador de aquella tierra, de familia hidalga y sobrina de Gaspar de San Martín, teniente de Gobernador y Visitador General de la Gobernación de Quito.

De nuevo en Quito reharía su fortuna y posición, siendo nombrado Gobernador de los Quijos, donde realizaría distintas entradas. Su hijo Rodrigo Núñez de Bonilla reedificaría la ciudad de Archidona, llamándola Santiago de Guadalcanal, en memoria de la patria chica. Su nieto, Cristóbal Núñez de Bonilla, capitán, encomendero y alguacil mayor de Corte, incrementaría los méritos familiares destacando en la defensa de Guayaquil y acumulando a los suyos los méritos de la familia de su mujer, doña Clara de Larrea Peralta, arequipeña, descendiente de primeros conquistadores del Perú y sobrina del obispo don Salvador de Rivera. Muerto sin descendencia don Cristóbal en 1634, con él terminaba esta línea de los Bonilla en Quito.

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