Retomando el relato local, Jerónimo Ortega indicó a los presentes:
—Desde 1535 disponemos de Ordenanzas Municipales y le podemos decir que este año estamos de enhorabuena pues nuestro rey Felipe II nos acaba de devolver, el 23 de abril, por una Real Ejecutoria, el privilegio de poder resolver justicia en primera instancia, privilegio del que habíamos sido desposeído en el año 1566, cuando se dividió la provincia de los Ángeles de León en varias alcaldías mayores, pasando a depender nuestra villa de Llerena, en primera instancia. Actualmente nuestro pueblo alberga 1462 vecinos, entre ellos, 28 son clérigos seculares, 24 clérigos regulares (franciscanos), 35 hidalgos y 993 pecheros, por lo que podemos rondar los 5000 habitantes.
Y elevando el tono de la conversación como muestra de orgullo propio por lo que ahora iba a contar continuó:
—De nuestras afamadas minas de plata le creemos conocedor. Los vecinos de esta villa, Martín y Gonzalo Delgado, denunciaron su descubrimiento el ocho de agosto de 1555. Y solo tres años después, San Francisco de Borja decía a la princesa gobernadora Doña Juana de Austria, hija de nuestro emperador Carlos V: “Señora, la mina de Guadalcanal, en Sierra Morena, da cada día a vuestra alteza más de 3.000 ducados de plata.” De todas formas, para Guadalcanal poco beneficio ha representado, ya que no nos dejan ni tener platerías en la villa, me supongo para evitarles tentaciones a los que trabajan allí.
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