martes, 10 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 14


Por un momento, se hizo un tenso silencio en la mesa, que rompió Cervantes tras recuperar su mirada que por un instante se habia perdido hacia la alta sierra del Agua que se le ofrecía por los ventanales de la calle.

—Dejemos las cosas tristes y háblenme vuestras mercedes ahora de su bonita villa.

Recuperando de inmediato una postura más erguida sobre sus asientos, ante la oportunidad que se les ofrecía de lucir con orgullo los oropeles de su pueblo, los tres paisanos se dispusieron a describir con detalles a tan ilustre convidado, su propia historia local.

Tomó la palabra Jerónimo Ortega.

—Las noticias más antiguas que tenemos son que en la suerte de Magrao, junto a la llamada Piedra Corcobada, al lado de un nacimiento de agua que allí existe, hay restos de un pequeño poblado romano. Somos como bien decís vos, un pueblo muy antiguo, y es más, alguno de nuestros eruditos mantiene que la fundación de Guadalcanal la realizó el rey Gerión, al que llamaron Avo, hijo del rey Hyarbas de Mauritania, por el año 1690 antes de Nuestro Señor.

—No me lo puedo creer —volvió a exclamar Cervantes.

—Ni nosotros se lo vamos a discutir, porque naturalmente no tenemos documentación desde esas fechas —se apresuro a añadir Diego de Funes.

—De todas formas, sí os digo amigos míos, que a simple vista se nota por la grandeza de vuestro caserío, que no sois un pueblo fundado hace poco tiempo, —afirmo con rotundidad Cervantes intentando con ello convencerles de que no necesitaba mas argumentos al respecto de la antigüedad de la villa.

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