Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I
(Se mantiene la ortografía de la época)
Tiene mas V. M. mil y quinientas arrobas de plomo pobre, poco mas ó menos, en las casas de las tres llaves de los depositarios.
Mas, hay en la casa de las tres llaves de los depositarios, diez arrobas de plomo-plata poco mas ó menos en rieles.
Hay en la caja de tres llaves setecientos cuarenta y tres marcos de plata.
Para la carneceria de esta fábrica y provision de ella, se han comprado carneros y chivatos de la hacienda de V. M., y para esto se trae fuera de la dicha hacienda ciento y cincuenta y dos mil veinte y siete maravedis; esto de la carnecería está cometido al licenciado Alfaro, juez en estas minas, por no haber obligado, y asi por su orden y parecer sin el de otro ninguno se hace, y sube y abaja los precios como á él le parece, y vende y beneficia los pellejos como persona que está á su cargo, y tiene la cuenta de ello; por un auto ordena el administrador general que como se vaya pesando y haciendo dineros de esta carne, se entregue el dinero que asi se hiciere á mí el tesorero, lo cual no se ha hecho; antes teniendo bolsa aparte de este dinero que se hace, el dicho Juez ha comprado chivatos, enviando persona de fuera de los de la fábrica, y como el salario que á él le ha parescido, sin darnos parte de ello, para que se pudiera tractar de inviar persona de los de la fábrica, de los que llevan salario de V.M., sin dalle otro ninguno hasta veinte dias del mes de agosto de este año de quinientos y cincuenta y ocho que tornaron á la bolsa de V.M. ochenta y dos mil novecientos treinta y dos maravedis, de los cuales yo el dicho contador tengo hecho cargo al dicho tesorero. Hay ciento veinte carneros y cuatro chivatos.
El hospital que está en Guadalcanal á donde se curan los enfermos de esta fábrica, la orden que se tiene es que el teniente de administrador da cédula á quien él quiere, y en ella dice al físico de estas minas á donde está el dicho hospital, que resciba á fulano que ha enfermado, dándole la comida, dietas, y medicinas, y á otros dándoles dietas y medicinas, y por esta cédula lo da el fisico, y cuando sana ó muere el enfermo, trae la cédula al juez Alfaro, á quien está cometido que tome la cuenta al fisico, y esta viene á la contaduría, y se le hace la libranza de aquella cantidad, y la firmo yo, el contador, y el teniente de administrador, sin que de esto se nos dé parte, ni sepamos nada de si se gastó, ni queda otro recaudo en esta contaduría de V.M., y el dicho teniente provee cuando le parece que hay enfermos un enfermero con dos reales de salario cada dia: y hase labrado en la casa del dicho médico un cuarto para donde están los enfermos, y hasta agora de lo gastado no han traido razon á la contaduría y está cometido todo esto al juez, y así por su orden se gasta sin saber nosotros nada.
Hay en el dicho hospital doce camas con doce colchones, y con doce mantas, y doce frazadas, y doce almohadas, y veinticuatro sábanas, y sus bancos y cañizos para cada cama, y mas las vasijas necesarias para cosas de botica, con las medicinas que de Sevilla se le han traido; de la ropa y camas hay razon en contaduría; de lo que se ha traido de Sevilla y medicinas, lo recibe del mayordomo á quien se hace cargo en contaduría.
Hay mas de V.M. en dos trojes mil y catorce hanegas de trigo, y setecientas y noventa y tres de cebada, menos lo que han comido la acémilas de V.M. despues que se compró.
Hay mas en el corral de la fábrica casi toda la cepa que se ha comprado ogaño hasta hoy dia; tráese del término de Guadalcanal, que está á veinte y cinco maravedís y á veinte la carga de ocho arrobas, y mas la leña de encina que se ha comprado ogaño, y que está á dos reales cada carga, y sirve para las afinaciones, y la cepa para astilla para los hornos de fundir y quemar en la fábrica; hay en este corral el pozo de donde se ha dicho de donde echan el agua á la tina, y una alberca á donde se lava la escobilla.
Habrá hasta dos mil y quinientas arrobas de carbon de humo en una casa y en las carboneras.
Mas, hay en la casa de las tres llaves de los depositarios, diez arrobas de plomo-plata poco mas ó menos en rieles.
Hay en la caja de tres llaves setecientos cuarenta y tres marcos de plata.
Para la carneceria de esta fábrica y provision de ella, se han comprado carneros y chivatos de la hacienda de V. M., y para esto se trae fuera de la dicha hacienda ciento y cincuenta y dos mil veinte y siete maravedis; esto de la carnecería está cometido al licenciado Alfaro, juez en estas minas, por no haber obligado, y asi por su orden y parecer sin el de otro ninguno se hace, y sube y abaja los precios como á él le parece, y vende y beneficia los pellejos como persona que está á su cargo, y tiene la cuenta de ello; por un auto ordena el administrador general que como se vaya pesando y haciendo dineros de esta carne, se entregue el dinero que asi se hiciere á mí el tesorero, lo cual no se ha hecho; antes teniendo bolsa aparte de este dinero que se hace, el dicho Juez ha comprado chivatos, enviando persona de fuera de los de la fábrica, y como el salario que á él le ha parescido, sin darnos parte de ello, para que se pudiera tractar de inviar persona de los de la fábrica, de los que llevan salario de V.M., sin dalle otro ninguno hasta veinte dias del mes de agosto de este año de quinientos y cincuenta y ocho que tornaron á la bolsa de V.M. ochenta y dos mil novecientos treinta y dos maravedis, de los cuales yo el dicho contador tengo hecho cargo al dicho tesorero. Hay ciento veinte carneros y cuatro chivatos.
El hospital que está en Guadalcanal á donde se curan los enfermos de esta fábrica, la orden que se tiene es que el teniente de administrador da cédula á quien él quiere, y en ella dice al físico de estas minas á donde está el dicho hospital, que resciba á fulano que ha enfermado, dándole la comida, dietas, y medicinas, y á otros dándoles dietas y medicinas, y por esta cédula lo da el fisico, y cuando sana ó muere el enfermo, trae la cédula al juez Alfaro, á quien está cometido que tome la cuenta al fisico, y esta viene á la contaduría, y se le hace la libranza de aquella cantidad, y la firmo yo, el contador, y el teniente de administrador, sin que de esto se nos dé parte, ni sepamos nada de si se gastó, ni queda otro recaudo en esta contaduría de V.M., y el dicho teniente provee cuando le parece que hay enfermos un enfermero con dos reales de salario cada dia: y hase labrado en la casa del dicho médico un cuarto para donde están los enfermos, y hasta agora de lo gastado no han traido razon á la contaduría y está cometido todo esto al juez, y así por su orden se gasta sin saber nosotros nada.
Hay en el dicho hospital doce camas con doce colchones, y con doce mantas, y doce frazadas, y doce almohadas, y veinticuatro sábanas, y sus bancos y cañizos para cada cama, y mas las vasijas necesarias para cosas de botica, con las medicinas que de Sevilla se le han traido; de la ropa y camas hay razon en contaduría; de lo que se ha traido de Sevilla y medicinas, lo recibe del mayordomo á quien se hace cargo en contaduría.
Hay mas de V.M. en dos trojes mil y catorce hanegas de trigo, y setecientas y noventa y tres de cebada, menos lo que han comido la acémilas de V.M. despues que se compró.
Hay mas en el corral de la fábrica casi toda la cepa que se ha comprado ogaño hasta hoy dia; tráese del término de Guadalcanal, que está á veinte y cinco maravedís y á veinte la carga de ocho arrobas, y mas la leña de encina que se ha comprado ogaño, y que está á dos reales cada carga, y sirve para las afinaciones, y la cepa para astilla para los hornos de fundir y quemar en la fábrica; hay en este corral el pozo de donde se ha dicho de donde echan el agua á la tina, y una alberca á donde se lava la escobilla.
Habrá hasta dos mil y quinientas arrobas de carbon de humo en una casa y en las carboneras.
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