CONCIERTO DE CLAUSURA "I CURSO DE DIRECCIÓN DE BANDAS VILLA DE GUADALCANAL"

En el incomparable marco de la Plaza de Santa Ana, se celebró el concierto de clausura del "I Curso de Dirección de Bandas villa de Guadalcanal", organizado por la Banda de Música Ntra.Sra. de Guaditoca.

A las 9 de la noche se inició el acto por parte de Francisco Javier Carrasco, que dió las gracias a profesores y alumnos, por la asistencia a este curso, que esperamos tenga una continuidad para próximos años.

A continuación se inició el concierto y ante cada pieza, Francisco J. Carrasco presentó al director, que fueron:

Ruben Venegas Espada, profesor Banda de Música de Badajoz, que dirigió: Plaza de la Maestranza, de David Vela Roy.

Javier Fernández Hérnández, profesor Banda C.I.M. Benimaclet, de Valencia, que dirigió: Cascabeleraz, de N. Milanés.

José Ignacio Caballero Murillo, profesor de la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca, que dirigió: Fandango Fantasy, de Hans van de Heide,

Julia del Castillo Ayllón, profesora de la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca,que dirigió: Ana Paula in Memorian, de N. Milanes. Según nos informó posteriormente el maestro Milanés, esta pieza dirigida por Julia, era la primera vez que se tocaba.

Miguel Ángel Ortiz Hernández, director de la Banda de Música de San Serván (Badajoz), dirigió: En un mercado persa, de Albert W. Ketélvey.

Francisco Javier Carrasco Jiménez, director de la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca, dirigió: El Camino Real, de Alfred Reed.

Juan Manuel Bustos, profesor asistente del I Curso de dirección Villa de Guadalcanal, dirigió: Churumbelerías, de Emilio Cebrián.

Cerró el concierto el maestro Norman Milanés, profesor del I Curso de dirección Villa de Guadalcanal, que dirigió la obra Lagartijillas, de José Martín.

Fueron todos muy aplaudidos durante el concierto y todos, profesores y alumnos, agradecieron a los componentes de la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca, su dedicación durante los últimos tres días, que ha permitido el poder escuchar este concierto.

Al final el maestro Milanés nos indicó que el fabuloso monumento de la iglesia de Santa Ana, permitía llevar a cabo y si estábamos atentos, escucharíamos el eco de los compases que iban a ir tocando. Efectivamente, todos en silencio, pudimos escuchar el eco de la música que tocaban, sin darnos cuenta que lo que ocurría, es que los componentes de la Banda que faltaban, repetían las mismas notas.