jueves, 22 de diciembre de 2011

Guadalcanal en los textos impresos de los siglos XVII Y XVIII - 2


Salvador Hernández González - Revista de Guadalcanal año 2007

Comenzando por el bloque religioso, el antiguo convento del Espíritu Santo sirvió de eje temático de alguno de estos raros opúsculos. El modelo de vida ascética y penitente, pleno de la gracia de la virtud, de las monjas clarisas, tenía su reconocimiento a la hora de la muerte de alguna religiosa destacada, como fue el caso de Sor Ana de San Pedro. Su figura fue exaltada por el fraile carmelita Fray Francisco de la Encarnación en La muger fuerte. Oración fúnebre panegyrica que en las plausibles y sumptuosas exequias que el religiosíssimo convento del Espíritu Santo del Orden de Santa Clara, de la villa de Guadalcanal, celebró el día 15 de febrero de 1740 a la loable memoria de la Venerable Madre Soror Ana de S.Pedro, religiosa de velo blanco de dicho convento. De este opúsculo de 59 páginas impreso en Sevilla por Florencio José Blas de Quesada en 1740, Aguilar Piñal localizó un ejemplar en la Biblioteca Pública de Badajoz [1].

Otras veces la temática eclesiástica vertida en letras de molde no alcanzaba tanta altura espiritual, sino que descendía al terreno prosaico de la administración de los bienes de la Iglesia, especialmente la gestión de sus rentas, como las procedentes de las fundaciones de capellanías. En esta línea tenemos un folleto de 7 hojas, sin fecha pero probablemente impreso en el siglo XVII, que se enmarca dentro de los típicos alegatos jurídicos de la época, en el que se argumenta Por Don Álvaro Núñez de Sotomayor con el Bachiller Cristóbal de la Fuente presbítero, sobre la capellanía que fundó en la villa de Guadalcanal de la Orden de Santiago en Extremadura Diego Gavilán. Se conserva ejemplar en la Real Academia de la Historia de Madrid, procedente de la colección Salazar y Castro [2].

Tal vez del siguiente siglo sea otro folleto, de 17 páginas, debido a Francisco Martínez Fernández y también de afán polemista, en este caso dedicado a la defensa de los intereses de la jurisdicción eclesiástica de la Vicaría de Guadalcanal, más pretendida que real, pues como se sabe en realidad la población dependía de la vicaría de Nuestra Señora de Tentudía, detentando el párroco de Santa María el cargo de subvicario sólo con competencias en las tres parroquias de la villa [3]. Se trata del Defensorio por la Vicaría de la villa de Guadalcanal contra los inconstantes en favorecer a dicha Vicaría y en oponerse a ella, según el afecto o desafecto que tienen, sin detenerse en el conocimiento de lo justo. Existe un ejemplar en la Biblioteca Universitaria de Sevilla [4].


[1] AGUILAR PIÑAL, Francisco: Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII. Tomo III. C.S.I.C., Madrid, 1984. Págs. 551 – 552. Señala la signatura 337 (1). El mismo autor recoge esta obra en sus Impresos sevillanos del siglo XVIII. Adiciones a tipografía hispalense. C.S.I.C., Madrid, 1976. Pág. 104, con las mismas referencias. También ficha esta obra HERRERO SALGADO, Félix: Aportación bibliográfica a la oratoria sagrada española. C.S.I.C., Madrid, 1971. Págs. 295 – 296.

[2] Su signatura es 9 / 356 (folios 58 – 64).

[3] MALDONADO FERNANDEZ, Manuel: “ El clero y la religiosidad en el Guadalcanal del Antiguo Régimen “, en Revista de Guadalcanal (2004). Págs. 152 – 154.

[4] Signatura 110 / 131 (2).

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