viernes, 18 de noviembre de 2011

Las fiestas brava en el siglo XVII

Por Andrés Mirón Calderón. Revista Guadalcanal año 1961

Fue tradición de nuestros antecesores, que incluso llegó a cultivarse como deporte, la celebración de espectáculos taurinos, en nuestra villa a lo largo del tiempo.

En este artículo –en el que ni siquiera expondremos una porción del magno escenario taurino de nuestro pasado histórico- nos consagraremos, únicamente, a extractar las corridas de toros, de carácter religioso y benéfico, del siglo que se cita en el encabezamiento de este trabajo.

Año 1671: Para celebrar la bula de canonización de San Fernando, se acordó el 17 de junio de 1671, la celebración de una corrida de toros. Las fiestas tuvieron lugar en la Plaza, con asistencia del Clero, que componían las tres parroquias y Autoridades. Actuaron como comisarios don Rodrigo Ventura de Ayala y don Luis de Monsalve.

Los gastos de las fiestas importaron 1.834 reales.

Año 1692: Hubo tres corridas, los días 26, 27 y 28 de julio. Fueron dispuestas por el Ayuntamiento, con motivo del homenaje que este dio a doña Isabel de Rueda, esposa de don Alonso del Castillo, Intendente general de las minas de Pozo Rico; “por la gran prestancia que para los asuntos de la Villa daba la referida señora, y en testimonio de agradecimiento.” Designaron como comisarios con amplios poderes, a don Cristóbal Céspedes y don Pedro Figueroa.

Año 1697: En 28 de julio de este año, el mayordomo de la fábrica de Santa María, don Juan de Abasta Flores, pidió licencia para la celebración de dos corridas de toros, los días 15 y 16 de agosto, con motivo de la fiesta de la Asunción, título que llevaba la parroquia de la villa. Se le concedió la licencia, y eligió como comisarios, para la realización de las fiestas, al Capitán don Rodrigo H. de Ayala, don Pedro de Ortega Ponce de León y don José de Castilla Freire y Monroy.

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