martes, 8 de noviembre de 2011

BASTIMENTO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN ANDALUCÍA: LA ALMONA DE GUADALCANAL - 4

Continuación del artículo escrito por María del Valle Gómez de Terreros Guardiola, de la Universidad de Huelva y María Gracia Gómez de Terreros Guardiola, de la Universidad de Sevilla, titulado: CASAS TERCIAS O DE BASTIMENTO DE LA ORDEN DESANTIAGO EN ANDALUCÍA: LA ALMONA DE GUADALCANAL (SEVILLA), en la revista de la REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA.

Así que, por respeto a dichos autores, transcribimos su texto, tras el que aportaremos otras noticias:

“En la calle inmediata a la parroquia. Es una construcción de planta ligeramente trapezoidal de sillería. Consta de dos plantas, formadas cada una de ellas por una nave con cubiertas de entramado de madera, sostenida la de la baja por arcos apuntados que arrancan del pavimento formando a modo de contrafuertes interiores. La cubierta de la parte superior es a dos aguas, hallándose sostenida por pilares alineados en el eje central de la nave. El frente de la construcción avanza en su parte derecha sobre la línea de fachada para servir de asiento a la rampa que exteriormente sirve de acceso a la planta superior. Las puertas de acceso a ambas plantas se superponen en el centro de la fachada; la de la planta baja es un arco apuntado de escasa altura, que apea en impostas constituidas por un toro y una gola. La puerta de la nave de arriba, precedida de un porche sostenido por pilares de ladrillos, es también de arco apuntado, más peraltado que el inferior, sobre sencilla moldura de cuarto de bocel. El edificio recibe la luz por estrechas saeteras, algunas de las cuales han sido ensanchadas con posterioridad a la primitiva edificación, que por sus características, especialmente por la proporción de los arcos, cabría colocar en fecha bastante remota, quizás en la primera mitad del siglo XIV” (28).

Poco tenemos que añadir a esta descripción, excepto que el edificio, tal como hoy se puede ver, perdidos parte de sus revestimientos, no es exactamente de sillería y su cubierta es realmente a cuatro aguas. En los muros exteriores parece predominar la mampostería, abundante en la planta baja, y combinada con ladrillo en la alta, limitándose el uso de sillares regulares a la construcción de amplios paños en las esquinas, las portadas y algunos otros elementos puntuales, como algún vano. En ladrillo también se construyeron, además de parte del muro de la rampa adosada a la edificación y los pilares del porche que soporta, los enmarques de algunos huecos y los arcos transversales inferiores. Parece que el edificio debió asentar y moverse de forma un tanto irregular, lo que pudo estar motivado bien por el tipo de terreno sobre el que se apoya, bien por la inadecuada cimentación que pueda poseer, bien por el peso y empujes que debió de soportar o/y, por qué no también plantearlo, por la extraña ubicación de los pilares superiores, que no son precisamente menudos, sobre la clave de los arcos. Analizando estructuralmente la construcción, la suposición de excesivas cargas contrasta con la importancia dimensional de los arcos, dispuestos muy próximos, con luces libres entre ellos que rondan escasamente los dos metros. Aún así, como solución parece que se tomó la contundente medida de duplicar dichos arcos trasversales por su intradós, a modo de apeo interior, con lo que su resistencia y estabilidad quedaban más asegurada. El edificio mide alrededor de unos 29 m en línea de fachada por algo más de 11 m de fondo (sin contar la rampa) y cuenta hoy con construcciones adosadas en tres de sus frentes (29).

También es interesante apuntar que arcos diafragma o transversales de ladrillo se utilizaron en ocasiones para cubrir caballerizas y bastimentos en otras casas de la orden en Extremadura, por lo que estamos ante un tipo de construcción en absoluto excepcional para los santiaguistas (30). También recurrieron al mismo sistema en algunas de sus iglesias, precisamente las más antiguas que de dicha institución se conservan en Andalucía. Sin embargo, en las edificaciones construidas con este tipo de arcos, la formación de la pendiente de la cubierta queda generalmente resuelta sobre los mismos, de tal forma que la tablazón que apoya sobre ellos constituye la estructura de la terminación superior de las construcciones, sin que suelan disponer de plantas superiores.

Pasemos a ver cómo se ha reconocido el edificio. La Almona parece que se puede identificar como el bastimento del pan y del vino de la mesa maestral por las descripciones localizadas en las transcripciones del profesor Rafael Gerardo Peinado Santaella de los libros de visitas de la orden de Santiago, conservados en el Archivo Histórico Nacional. En concreto, hemos podido consultar los informes de las inspecciones realizadas en octubre de 1494, en diciembre de 1508 y en febrero de 1515.

En 1494 visitaron la "casa del bastimento del maestre en Guadalcanal” con un albañil que debía tasar las obras de reparación precisas en el edificio.

Consta que éste tenía una “escalera” por donde subían las bestias “el pan” a la sala alta y que era preciso hacer en él numerosas obras. Por ejemplo, en la “escalera”, que precisaba “mas allanarla” y un pretil “de ladrillo e medio e una tapia de alto porque ha conteçido caer algunos asnos desde arriba subiendo”.

También había que repasar diversas partes de la construcción, reponer unas puertas, que estaban podridas, y recorrer el tejado (31).

En 1508 se menciona el edificio como “bastymento del pan e vino de la mesa maestral”, confirmándose que estaba en la plaza de la dicha villa y que “es alto y baxo vn cuerpo de casa bueno”. El bastimento del vino no disponía de las tinajas “que eran menester”, a lo que se ordenó poner remedio (32).

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28 J. HERNÁNDEZ DÍAZ, A. SANCHO CORBACHO y F. COLLANTES DE TERÁN, Catálogo arqueológico y artístico… ob. cit., pp. 230-232. Los planos del edificio fueron realizados por José Esteve.

29 Queremos expresar nuestra gratitud al concejal don Eduardo Cordobés Chaves, a don Ignacio Gómez Galván y a don Ezequiel Rius Sanz, quienes nos acompañaron en nuestra visita a La Almona y a otras tantas obras santiaguistas existentes en Guadalcanal. Su ayuda ha sido fundamental para la realización de este trabajo. También quisiéramos agradecer a la familia Rius que nos permitiera acceder al edificio, hoy de su propiedad.

30 Vid. A. RUIZ MATEOS, Arquitectura civil… ob. cit., pp. 282 y 285.

31 R. G. PEINADO SANTAELLA, La Orden de Santiago… ob. cit., apéndice documental, t. III, pp. 857-859. Véase también Andrés MIRÓN, Historia de Guadalcanal, Guadalcanal, 2006, p. 78.

32 Ibíd., apéndice documental, t. III, pp. 978-979. Véase también A. MIRÓN, Historia de Guadalcanal, ob. cit., pp. 107-108.

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