Continuación del artículo escrito por María del Valle Gómez de Terreros Guardiola, de
Con dicho currículum arquitectónico reiteramos que no es fácilmente descartable su intervención en el bastimento de Guadalcanal, localidad citada expresamente en el texto.
Además hay una segunda noticia, proporcionada en este caso por Aurora Ruiz Mateos: en 1406 Gonzalo Domínguez vende a Lorenzo Suárez de Figueroa “unas casas con su corral que tiene por linderos los palaçios dela Orden et de las dos partes las calles Públicas” (41). Esta noticia también la recoge en su historia de Guadalcanal Andrés Mirón, añadiendo que dichas casas sirvieron para ampliar el palacio de los comendadores (42). Quizás fuera ésta la obra a la que se refiere el texto antes citado porque, según la referida autora, el palacio disponía de zonas de servicios (“bodegas, bastimentos, caballerizas, etc.”). Pero también nos inclinamos a pensar que pudo reparar e incluso mejorar el bastimento de la mesa maestral y que quizás a él se deba la aludida portada de piedra que, además, sobresale ligeramente sobre el muro de fachada y cuenta con la referida inscripción que, como ya ha sido indicado, está un poco rehundida. Cabe añadir que en el interior de dicha entrada se vislumbran marcas que parecen de canteros. Aunque somos conscientes de que a pocas conclusiones se ha llegado hasta ahora analizando dichos motivos, éstas de Guadalcanal, de ser auténticas, tienen formas similares a las que aparecen en otras obras del maestre, como en el ya citado monasterio Santiago de
Pero continuemos un poco más con la historia del edificio. Como hemos referido, la encomienda se mantuvo hasta el siglo XIX. No obstante, conviene apuntar una peculiaridad de la misma que ha sido destacada por M. Maldonado Fernández y que afecta al edificio que estudiamos. En 1540 Carlos V vendió la mitad de los derechos de la encomienda y todas las rentas que la mesa maestral poseía en Guadalcanal al Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, aunque sin llegar a separar a aquélla de la orden (44). Pues bien, en dicha venta, como consta en diversos documentos generados por la misma (tasación, toma de posesión o testimonio notarial impreso en 1612 sobre los títulos de propiedad del hospital en Guadalcanal), el hospital se quedó con la mitad de los diezmos, la escribanía pública, la renta del jabón, “la mitad de la casa, y lagares, y vigas de pisar uva”, que estaban en la calle de San Bartolomé, y con “el bastimento de pan, y vino con sus tinajas”, del que se vuelve a especificar que estaba en la plaza pública (45). El edificio pasó así a manos del hospital, en las que seguía en 1715.
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43 Sobre las marcas de este edificio véase María del Valle GÓMEZ DE TERREROS GUARDIOLA, “Arquitectura y órdenes militares en Sevilla: intervenciones en los conventos de San Benito de Calatrava y Santiago de
45 Dichos documentos los hemos podido consultar en el Archivo de
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