miércoles, 30 de noviembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 6

(Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

Oyendo Misa un día contemplaba en el misterio de vota vio, que después de las palabras de la consagración estaba en el cáliz la sangre de Cristo, en quien se habían convertido el vino, y agua: adoró tan precioso tesoro de nuestra redención con suma reverencia de su alma con otros sentimientos afectuosos; oyó también una música de Angeles, asistentes a Dios sacramentado, hasta que el sacerdote consumió ambas especies; no hallaba comparación para explicar la dulzura de la música; era del cielo, y no la hallaba en la tierra; porque no la hay.

Visitola el Señor amorosamente antes de morir con una grave enfermedad algo prolija; fue obra de su amor, porque la dió paciencia, y purgó con ella las virtudes, dándolas nuevos realces: llegando ya a lo último de su vida, la favoreció el Señor con suaves consolaciones de espíritu, y con visiones de coros de Angeles, según ella lo reveló a persona confidente suya. Recibidos los sacramentos, pidió con instancia a las Religiosas, la dijesen la protestación de la fe, que ella tenía hecha; hízola con ellas, y pidiendo la encomendasen a Dios, entregó su espíritu año de 1631, de su edad cincuenta y cuatro, y de Religión, treinta y cinco.

Parece, que después de muerta quiso el Señor acreditar su vida ejemplar; una pobre mujer, llamada Isabel González, se hallaba agravada con una recia calentura, y peligrosa disípula12 en la cabeza; diéronla una mantellina13 del uso de la sierva de Dios; púsosela con fe sobre la cabeza, y sanó perfectamente de sus accidentes. María de Soto hija de esta mujer tenía tercianas, que la afligían demasiadamente, encoméndose a la venerable Madre, pidiéndola con lágrimas alcanzase de Dios la librase de su enfermedad; fue eficaz la oración, porque luego se halló sana.

Nació en la villa de Guadalcanal María del Corpus Christi, hermana de la venerable Madre Leonor de San Bernardo (de quien se tratara presto): fue la sierva de Dios María del Corpus Christi observantísima de su instituto, y regla; dotola su Majestad de claro ingenio, de don de consejo con caridad a los próximos. Asistía a los afligidos, y desconsolados con tanto amor, y razones de consolación, que salían alegres, y aliviados de sus aflicciones, y pesares; de estas obras de misericordia hizo muchas; con la observancia regular, y oración creció su espíritu en virtudes; fundose bien; ya bien fundada, hizo prueba el Señor de las mayores en su sierva.

Diola una enfermedad, que duró catorce años, gravísima en si, y en las circunstancias, hallose tullida de la cintura hasta los pies, llagose con llagas encanceradas, padeciendo terribles dolores; ya por estar muy sensibles; ya por las curas, cortándole pedazos de carne, hasta los dedos de los pies enteros. Terrible era este tormento para la carne, más terrible el de su recato, y honestidad, porque llegó a lo mayor, que en esta materia puede suceder una virgen pura, honesta; aquí padecía el alma con la virtud de la pudicia; fue rara su paciencia, constante en tan penosa cruz; gozaba el alma una quieta paz con igualdad de ánimo siempre, agradecida a Dios, que así la ejercitaba.

Superior el espíritu a todo padecer, no se le oyó quejar jamás, por no dar alivio a la naturaleza, y dar este quilate más a la paciencia; decía a Dios inflamada la mente: Señor mío, y amoroso Padre, si sois servido, vengan más trabajo a vuestra esclava; todavía tengo manos, y brazos que podais tullir, ojos, cara, y otras partes que llagar; todo es vuestro, nada mío, sino solo para daros lo con resignación entera; todo lo toleraré por el amor que os tengo, si me asistis con el auxilio de vuestra divina clemencia. ¡Oh fuerte espíritu, libre de pasiones, oh admirable paciencia, que pide más materia para su ejercicio, teniendo tanta!

Ni los dolores, ni las demás penalidades de tan larga enfermedad la impedían para la oración mental; vacaba14 a ella todo lo demás del día, y de la noche: decía, que con aquella sustancia vivía su alma, y que con la fortaleza de tal sustancia llevaba su padecer resignada, y que por más necesitada la buscaba cuidadosa. En este continuo ejercicio interior buscaba con recato el silencio exterior; no se le oía palabra ociosa; por guardarle con más perfección, y no molestar las enfermeras, no manifestó muchas veces algunas necesidades que padecía.



12 Disípula es voz antigua, sinónima de erisipula y erisipela, esto es, una inflamación de la dermis, acompañada de color rojo, y frecuentemente de fiebre.

13 Mantellina es sinónimo de mantilla. (J. Casares, Diccionario Ideológico de la Lengua Española).

14 El verbo "vacar" parece que debe tomarse aquí en la tercera acepción que le da J. Casares, esto es, "Dedicarse o entregarse enteramente a una ocupación".

lunes, 28 de noviembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 5

(Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

LIBRO DUODECIMO

CAPITULO XXVI

Vida, y muerte de la sierva de Dios María de San Ildefonso, y otras Religiosas del convento de San José de Guadalcanal.

Nada puede el hombre sin la gracia; pero con ella puede mucho bueno, sino la deja ociosa; es poderoso a caminar largo viaje en breve tiempo por los caminos de la eternidad; en la parábola de la viña caminaron los últimos tanto como los primero, recibiendo igual premio de vida eterna para su trabajo. El último convento de Religiosas de esta Provincia de los Angeles es este del glorioso San José; pero no lo ha sido en la Religión, y observancia; ha trabajado esta viña el Señor, dando muchos y sazonados frutos de bendición con fervor; ha dado al cielo muchas vírgenes adornadas de virtudes y, santa vida.

Una de las principales fue la sierva de Dios María de San Ildefonso, hija de nobles padres, natural de la villa de Guadalcanal; después que recibió el hábito, se olvidó del mundo de suerte, que dió muestras claras de haberle olvidado de corazón entero. Retirose en la clausura, y convento a vivir con sólo Dios; aunque tenía hermanos y parientes principales, ni los veía, ni trataba; así se abstrajo su ánimo de las criaturas; decía, que para eso las había dejado, que se llevan el tiempo, y sus conversaciones no ayudan al espíritu, antes le distraen, y le detienen en lo bueno, sino le pierden en lo malo; huyolas como contagio, presto, y lejos de ellas.

Entregose a la observancia de su regla cuidadosa; seguía la comunidad la primera; todas las semanas del año ayunaba tres días; guardó esta virtuosa abstinencia hasta morir; por castigar la carne y, mortificar sus desordenados apetitos la atormentó con cilicio duro, y penitente en todos tiempos, y con prolijas disciplinas; temíale como enemigo doméstico, y como tal le trató, quitándole las fuerzas. Todos los Viernes, y otros días de la semana andaba las estaciones con una cruz pesada sobre sus hombros, y algunas veces las rodillas desnudas sobre la tierra por más penitencia; en estas estaciones iba con la consideración en Cristo nuestro Redentor, cuando llevó la cruz por las calles de Jerusalén, dando alma a la exterior obra con la interior del espíritu, y buenos afectos.

Erale fácil, porque desde los primeros pasos en la Religión se ejercitó en la oración mental; siendo Novicia, cuando la comunidad dormía, se levantaba al coro para orar más, y con más quietud; y como aquí se aprenden humildad, caridad de próximos, y silencio; habiendo cumplido con las horas determinadas, se iba a la cocina, fregaba la loza; hacía lumbre a las cocineras y barría, y aseaba esta humilde oficina: en amaneciendo el día barría también el convento. Extendiose su caridad piadosa hasta las criaturas, que carecen de razón; cuidaba de dar de comer a los animalillos del convento, regaba las hierbas silvestres; y preguntándola una Religiosa, porque trabajaba no siendo de provecho, respondió: porque son criaturas de Dios y en su modo le alaban. Observó en todos tiempos silencio; hízole gran provecho al espíritu; asistía a su Creador con pureza de ánimo con continuación; no fue poderoso el Demonio para impedirle este ejercicio interior, aunque le aparecía en figura de un fiero negro, o de otros animales; por el mismo caso que conocía las argucias diabólicas, tenía más oración, y más atenta, sin hacer reparo en las figuras, ni en bramidos, ni voces, que daba.

Con ansias de amar a Dios con desnudez de espíritu, sin afecto a cosa terrestre, y con entero corazón la hacía cuidado un poco de divertimiento humano lícito, que tenía: pidió a Dios que, si no era de su agrado, la diese a entender su santa voluntad. Estando orando en esta petición se, se vio a si misma transparente como cristal, y que dentro de su pecho estaba Cristo nuestro Redentor en forma de Nazareno, y que arrancándola el corazón de su lugar se lo enseñó diciendo: Hija, si me quieres agradar, has de estar tan desasida de todas las criaturas, como está este corazón fuera de su lugar; desde entonces se halló libre de su cuidado, dejando lo lícito por lo que tenía de natural, y propio, con la desnudez de lo criado, que deseaba; dieronla a conocer, como en la perfección embaraza un pelo, que sea contra la perfección.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 4

(Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

CRÓNICAS DEL CONVENTO DE SAN JOSE, SITUADO EN EL SOLAR QUE DA A LAS ACTUALES CALLES SANTA CLARA Y PASEO DE LA CRUZ (PAGINAS 612-621)

LIBRO DUODECIMO

CAPITULO XXV

Fundación del Convento de San José de la villa de Guadalcanal

En la antigua, y famosa villa de Guadalcanal se fundó el último convento de Monjas de la Provincia de los Angeles en la forma siguiente: Jerónimo González de Alanís, Capitán, y natural de Guadalcanal pasó a las Indias por los años 1538. Después, año 1584 hizo testamento debajo del cual murió en la ciudad de la Plata, Provincia de Charcas, a 19 de Abril del mismo año; ordenó por última voluntad, que de su hacienda se tomasen 30.000 pesos de plata corriente, se pusiesen en renta, y se fundase un convento de Monjas de Santa Clara, sujetas a la Provincia de los Angeles, en dicha villa de Guadalcanal su patria, y se fundase también una Capellanía, y un pósito7 para pobres.

Llegó esta cantidad de plata a manos de la hermana del testador, patrona y fundadora de toda esta obra; púsose en renta sobre las alcabalas8 de Guadalcanal, Llerena y Azuaga; tomó el censo por su Majestad con comisión suya, e hizo escritura Agustín de Binaldo, día del glorioso San José, 19 de Enero de 1589. Hízose después la escritura de fundación con las condiciones que de ella constan: una de ellas es que se funde una Capellanía de 400 pesos de principal, y que las Misas se digan en el dicho Convento de Santa Clara por el Clérigo, pariente más cercano del instituidor; a falta de pariente sea por el sacerdote secular, que el Guardián nombrare, siendo examinado de ciencia, y loables costumbres9; asimismo, que al patrono se le den 100 pesos por modo de salario cada un año con obligación de dar al Convento de San Francisco 300 reales para ornamentos, y necesidades de los Religiosos; pasó la escritura ante Fernando de Arana, escribano, en 4 de Noviembre, año 1589.

Por los años adelante de 1591, a 4 de marzo se alcanzó licencia del Consejo de Órdenes para la fundación; notificose al Cabildo de la Villa, Curas de las Parroquias y, a Fray Diego de Espínola, Provincial de esta Provincia; el cual con dicha Catalina López de Alanís, primera patrona, y Fray Antonio Delgado, Guardián de San Francisco, acompañados de otros Religiosos, mucha gente principal de la villa, fueron a tomar posesión del nuevo convento10. El Provincial que lo hacía en nombre de la Provincia, llevaba en las manos una cruz de madera con tres clavos de la misma materia, y tocando una campanilla llegaron a las casas de Cristóbal Muñoz, y de Hernando Rodríguez que habían comprado; cavaron en una parte, y pusieron la cruz, señalando el sitio del convento; tomaron la posesión con título del glorioso Patriarca San José; pidieron testimonio de todo; diole Juan González Hidalgo, Alcalde ordinario.

En este tiempo era Fray Juan del Hierro11 Provincial, envió a Fray Alonso Aspariegos al convento de San Juan de la Penitencia de Belvis por fundadoras; vinieron seis, Isabel del Espíritu Santo, Abadesa nombrada, Juana de la Cena, Vicaria, María de la Columna, María de la Transfiguración, Dionisia de la Encarnación, y María del Pesebre. Llegadas a Guadalcanal, el Licenciado Fernando Sánchez Durán con comisión del Provisor de Llerena aprobó la fundación; llevó el santísimo Sacramento del altar en solemne procesión, y colocole en el lugar, que estaba diputado, y preparado, y entraron las seis fundadoras en la clausura 28 de abril por los años de 1593. Este convento es muy observante de la Regla de Santa Clara, y de Santas costumbres, y ceremonias de mortificación; no se repiten en singular, por quedar escritas en la fundación del convento de San Juan de la Penitencia de Belvis, de cuyo espíritu y celo es hijo, y discípulo este con mucha religión, y ejemplo.



7 Pósito tiene aquí el significado de asociación de carácter caritativo o benéfico. En su significado más usual era una institución municipal, que tenía como finalidad almacenar cereales, generalmente trigo, que prestaba a los vecinos en condiciones módicas en épocas de escasez. Asimismo era el edificio donde se guardaba el grano.

8 La alcabala era un impuesto indirecto castellano, que por lo general ascendía al 10% del valor de lo que se vendía o permutaba. Apareció en un tiempo indeterminado de la Edad Media, aunque su generalización como simple tributo local se produjo hacia 1342, en tiempos de Alfonso XI, con carácter temporal, limitado al 5%. Su establecimiento con carácter definitivo y su elevación al 10%, data de los tiempos de los Trastamaras. Así pues, parece que era algo similar al actual IVA.

9 No vendría mal que la Santa Madre Iglesia hubiera mantenido en vigor estas atinadas recomendaciones. Así se hubieran evitado episodios esperpénticos, como el producido en la Semana Santa de 1982. A raíz del cual Monseñor Amigo Vallejo, puso en práctica algo más que su paciencia franciscana Curiosamente el arzobispo hispalense es natural de Medina de Rioseco, ciudad de los Almirantes de Castilla.

10 Como es bien sabido el sitio no es otro que el amplio solar con fachada a la calle Santa Clara y el Paseo de la Cruz. Algunas dependencias de este recinto han sido, en esta segunda mitad del S.XX, cochera, fábrica de gaseosas y hielo, vivienda, y si no recuerdo mal, tienda de repuestos de automóviles. Las fotografías que acompañan al texto fueron tomadas por el autor de esta edición una tarde del mes de Noviembre de 1992. Ignoro cuando entrará en funcionamiento la Residencia de Ancianos que se está construyendo.

11 A este franciscano, que llegó a ser General de la Orden, le atribuí condición de guadalcanalense, en mi trabajo "Personajes Guadalcanalenses (I)" (Revista de Feria (1991). Para ello me basaba en D. Vicente Barrantes y en D. Nicolás Díaz Pérez. Sin embargo, Fray Andrés de Guadalupe, en otro pasaje de esta obra, dice que era natural de Alanís.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 3

(Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

En virtud de esta segunda Bula se pidió licencia al Maestre de Santiago, Don Alonso de Cárdenas, con la cual se dio principio al convento en una ermita antigua de grande devoción, llamada Ntra Sra de la Piedad, cerca de la villa: visitábanla devotos los vecinos de Guadalcanal con frecuencia. Es salida de buena recreación, por estar en la ladera de un pequeño monte, cercada de huertas, y arboledas, deleitable a la vista, y al oído por la suavidad de cantos de diversas especies de sonoras aves. Acabose la fábrica de la Iglesia, y demás vivienda suficiente a los Religiosos en la estrechez, que acostumbran.

Hallábase el siervo de Dios Fray Juan de la Puebla ocupado en Belalcázar; envió por esta causa a Fray Diego de Carabajal con otros Religiosos, para que públicamente se tomase posesión del convento en nombre de la silla Apostólica. Hízose el día de San Felipe y Santiago solemnísima procesión desde la Parroquia de Santa María de Guadalcanal al convento con grande concurso; y en este mismo día, año de 1495, se tomó la posesión por el Guardián Fray Diego de Carabajal, ajustándose a nuestro estado en la forma referida. De todo dio fe, e instrumento auténtico Diego de Simancas, Notario Apostólico.

Quedó la Iglesia, y convento según el espíritu del siervo de Dios Fray Juan de la Puebla, y de aquellos primeros discípulos, que lo vivieron tan de cerca, y con el mismo celo de pobreza. Extendiase a más la libertad de Don Enrique, y su mujer, sus fundadores; disgustaron de lo estrecho, y pobres edificios: desdijo mucho de lo magnánimo, y grandeza de su ánimo: por esta razón no hicieron allí su entierro6 como lo tenían determinado. ¡Oh si así sucediese en nuestros edificios, y conventos!. Este fue el espíritu de nuestro seráfico Padre San Francisco, aun en las fundaciones, que hacen para nosotros los fieles; ¿qué será en las que hacemos nosotros?. Salió la Iglesia según la idea de la pobreza con discreción, muy fuerte de bóveda, y paredes; no funda la pobreza hoy, lo que mañana se ha de caer. En la entrada de la puerta están entre otros escudos las armas reales; a los lados las del Comendador Mayor, y su mujer; dentro en el portal de la Iglesia sobre un arco se ve la imagen antigua de Ntra Sra de la Piedad.

La huerta del convento es capaz de grande recreación de árboles frutales, y parras; es acomodado el solar para todo. Tiene una bella fuente, muy copiosa de aguas claras; está en una gran arboleda de robles altos, y hermosos, que compró el Comendador. Da madera con abundancia para edificios, y tablas para reparos del convento. Diola con esta intención el fundador, y para que sirviese de adorno y, hermosura, y recreación religiosa de los Frailes. En el medio de esta alameda permanece una ermita, en la que se hacían ejercicios, como en los demás conventos, ya fundados en la custodia de los Angeles.

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6 Quien quiera conocer los gustos suntuarios del Comendador Mayor de León, Enrique Enríquez, que por vanidad rechazó enterrarse en Guadalcanal, puede hacerlo visitando el espléndido edificio que ocupa el actual Parador Nacional de Zamora (Palacio de los Condes de Alba y Aliste), en cuya entrada a la izquierda puede leerse la siguiente leyenda: “Este es el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, que se levantó a finales de la Edad Media en el solar de la anti­gua Alcazaba por D. Enrique Enríquez de Mendoza, conde de este Título, y tío del Rey D. Fernando II de Aragón y V de Castilla. Se reedificó a principio del S. XVI por el IV conde D. Enrique Enríquez de Guzmán, albergó a los Reyes Católicos, y D. Felipe III y a Dª Margarita de Austria”.

martes, 22 de noviembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 2

(Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

CRÓNICAS DEL CONVENTO DE NTRA SRA DE LA PIEDAD, QUE ESTUVO SITUADO EN DONDE SE ENCUENTRA EL ACTUAL CEMENTERIO DE SAN FRANCISCO. (PAGINAS 146-148)

LIBRO QUINTO, CAPITULO VI

Funda el venerable Padre Fray Juan de la Puebla el convento de Nuestra Señora de la Piedad de Guadalcanal.

Es Guadalcanal ilustre villa del Maestrazgo de Santiago, fundada en lo selecto de la Provincia, antiguamente llamada Turdulana, o Baitouria1 según el cómputo de las historias fue casi 16002 años antes del nacimiento de Cristo. Ha tenido varias fortunas, y señores en tantas edades, y naciones, que han dominado a España: por ser abundante de minerales de oro, plata, ha sido codiciada por todos. Es fecunda en viñas, arboledas, y acequias de aguas; cría generosos vinos, y de singular regalo. Ganola por fuerza de armas a los Moros el año de 1241 Don Rodrigo Yñiguez, Maestre de Santiago; por lo cual hizo merced de ella a la orden de Santiago el Rey Don Fernando: El primero sitio de su fundación primera fue distante una legua, donde hoy está en un cerro, que se dice Monforte.

Andaba con los fervores de las fundaciones de su Custodia3 el siervo de Dios Fray Juan de la Puebla en ocasión, que era Comendador mayor de León Don Enrique Enríquez, hermano de Doña Juana Enríquez, Reina de Aragón, y Navarra, mujer de D. Juan II Rey de Aragón. Asistió en todas las conquistas en compañía del Católico Rey Don Fernando, su sobrino, de quien recibió grandes honras en premio de sus servicios. Tenía este caballero ilustre, y su mujer Doña María de Luna, hija de los señores de Fuentidueña, cordial devoción a la orden de nuestro Seráfico Padre San Francisco, fundando algún convento de su sagrada Religión para descanso de ellos.

Llegó a Guadalcanal en un viaje que hacía; pareciole acomodado a sus intentos, agradole el sitio, donde había nacido, y criadose su abuelo el Almirante Don Alonso Enríquez4.Trató el caso con el venerable Padre de cuya santa vida, y virtudes tenían llena de satisfacción los Reyes Católicos, y él, aumentada con especial amistad suya, reforzada con el parentesco de su sobrina Doña Teresa Enríquez, Condesa de Belalcázar, hija de su hermano Don Alonso Enríquez, alcanzó el beneplácito del siervo de Dios. Gozoso el Comendador de haber hallado el sitio en sus inflamados deseos, informó al Pontífice Inocencio VIII de la necesidad de la fundación por el interés espiritual de los fieles en la doctrina, y ejemplar vida de los Frailes de los Frailes de Angeles; visto con evidencia en las demás fundaciones; pidiendo a su Santidad diese su bendición, y letras Apostólicas, concediolas con benignidad de Padre.

Recibiolas Don Enrique: dilatose su ejecución por andar ocupado con los Reyes en la conquista de Granada. El Padre Fray Juan de la Puebla pasaba este tiempo en los retiros, y soledad de sus conventos, que tanto llenaba su espíritu, y fervores: por obviar escrúpulos, originados del valor suyo; porque en ella no se hacía mención expresa de otra expedida por Bonifacio VIII, en que prohibía las fundaciones de nuevos conventos sin dispensación Apostólica, y porque no señalaban lugar, ni Titular para el convento, con otras cosas que parecían necesarias, recurrió el Comendador el siguiente año por nueva facultad al Pontífice Alejandro VI 5, español de nación de la ilustre casa de Gandía. Diola Su Santidad, concediendo de nuevo, que para abreviar la fundación, pudiese Fray Juan de la Puebla traer veinte Frailes Observantes de cualquiera Provincia de ambas familias de la orden, sin necesitar de licencia de los Superiores. Sujetole a la Custodia de los Angeles en todo, y por todo, concediendo a los Confesores, que viviesen en dicho convento en todo tiempo facultad para oír de confesión a todos los fieles, que a ellos llegasen, sin nueva licencia de los Ordinarios del Priorato; y que pudiesen absolverlos de los casos reservados al Ordinario por derecho, o por costumbre.

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1) Denominación alternativa a Beturia Túrdula, nombre prerromano del área geográfica comprendida entre los ríos Guadalquivir y Guadiana, cuya mayor parte lo forma el territorio de la actual provincia de Badajoz. Esta zona fue intensa y rápidamente romanizada, siendo dividida entre la Lusitania y la Bética.

2) Esta fecha fundacional (1600 a. de C.)discrepa de 1690 a. de C. que aparece en el manuscrito titulado "Guadalcanal en la antigüedad" que se halló en la Biblioteca de Bartolomé José Gallardo, cuyo autor fue un fraile franciscano del S. XVII llamado Manuel González. La discrepancia es mayor con la fecha 580 a. de C. que menciona el manuscrito conservado en el Monasterio de Guadalupe titulado "Partidos triunfantes en la Beturia Túrdula", 1789 cuyo autor Fray Juan Mateos Reyes Ortiz de Tovar. Esta fuente documental afirma que la fundación se debe a los celtas, que la denominaron TERESES, nombre reemplazado posteriormente por CANANI/CANACA, que contiene dos sílabas que van a figurar en el nombre actual que adquirió al ser conquistada por los árabes.

3) En la orden Franciscana, Custodia designa al conjunto de varios conventos que no bastan para formar Provincia, pero que se encuentra sometidos a la jurisdicción de un superior común. Fue precisamente bajo el generalato de Fray Juan del Hierro, guadalcanalense según unos, alanicense según otros, cuando la Custodia de los Ángeles se transformó en Provincia, cuya historia recoge la obra de Fray A. de Guadalupe, donde se encuentras estas crónicas.

4) El Almirante y su esposa, Juana de Mendoza, fueron grandes protectores de franciscanos y clarisas. Véase mi reseña biográfica del Almirante, en Revista de Feria (1991). En la iglesia del Monasterio de las Claras de Palencia, en la parte interior del muro lateral izquierdo, se recuerda dicha vinculación con la siguiente inscripción: "Don Alfonso Enriquez, Almirante que fue de Castilla, hijo del muy ínclito maestre D. Fadrique, hermano de los reies Don Pedro y D. Henrique, el segundo, hijos todos del rey D. Alfonso, dotó y fundó magníficamente de sus bienes e hazienda, este monasterio convento e yglesia, dexando por patrono perpetuo e irevocable a los Almirantes, sus descendientes, duques de Medina de Rioseco. Murió el año de 1429 e yace enterrado en este yglesia con su muger Dª Juana de Mendoza. Mandó renovar esta memoria Dª Vitoria Colona, Duquesa de Media, muger del Almirante D. Luis 3, en 1604. El lector interesado en la estrecha vinculación de los Enriquez con la Orden Franciscana, puede consultar la obra de Manuel Castro OFM, "El Real Monasterio de Santa Clara de Palencia y los Enríquez, Almirantes de Castilla" 2 vol. Institución "Tello Téllez de Meneses". Diputación Provincial de Palencia, 1982.

5) Como es bien sabido, se trata del Papa Rodrigo Borgia, nacido en Játiva en 1431, y muerto en Roma en 1503. Su vida fue bastante poco cumplidora del voto de castidad, como lo demuestra que de sus relaciones con Vannoza Catanei nacieron varios hijos entre ellos Cesar y Lucrecia Borgia. A él se debe la organización del papado como un estado absoluto.


domingo, 20 de noviembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 1

Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

PRÓLOGO DEL EDITOR

Para muchos guadalcanalenses el Cementerio y la calle Santa Clara (sitios donde estuvieron los conventos franciscanos) tienen un indudable carácter emblemático. Para quienes toda su vida transcurre en el pueblo, el primero de los lugares citados será el pedazo de tierra concreta al que volverán, tras su paso por este valle formado por la Sierra del Viento y la del Agua. La calle Santa Clara, hasta la popularización del automóvil, era el lugar donde se tomaba el Coche Correo camino de la Estación, o sea el inicio de la primera salida hacia la emigración, y de otras partidas hacia la residencia definitiva, y a fin de cuentas, hacia el desgarramiento de ser y no ser de aquí.

En estos dos lugares, como podrá comprobar el lector que se adentre en las páginas que siguen, tuvo lugar una intensa vida religiosa durante los S.XVI-XVII, bien diferente por cierto, de los eventos que caracterizan la actual. Independientemente de las causas sociológicas e históricas que motivaron la desaparición de los conventos, parece lógico, por razones que son obvias, que dichos cenobios no hayan perdurado hasta nuestros días. Cualquiera que sea la actitud que cada cual tenga ante el fenómeno religioso, estará de acuerdo en que los valores franciscanos de pobreza y humildad casan mal con los que son el norte de la sociedad de consumo en la que estamos inmersos.

El hecho de que estos textos sólo sean conocidos por los historiadores franciscanos, y no forme parte de nuestra tradición, siquiera oral, dice mucho de nuestras carencias y desidias, de las de quienes nos precedieron, y de las de los curas y maestros que por aquí recalaron, y a todos, individual y colectivamente, nos debería mover a la reflexión. Lo menos que podemos legar a las generaciones futuras es que conozcan sus raíces. Contribuir a esta tarea, rescatando del olvido un capítulo de la Historia de Guadalcanal, es lo que me ha movido a llevar a cabo la presente edición.

Sólo añadiré que he respetado el texto en su léxico y sintaxis, aunque lo he adaptado a la ortografía actual. Unas notas finales, comentan algún vocablo concreto y algunas circunstancias históricas.

Madrid, diciembre de 1991

José María Álvarez Blanco.

20-08-2003.- Este prólogo corresponde a una edición artesanal de 1991, de la que sólo distribuí entre amigos 12 ejemplares. No considero oportuno añadir ni modificar nada

DATOS BIOGRÁFICOS DEL AUTOR

Fray Andrés de Guadalupe, fue el nombre religioso de quien se llamó en el siglo Andrés Sánchez de Quirós y Salamanca, nacido en 1602, de padres acomodados, en la monástica villa cacereña. Estudió Humanidades en el Colegio de Infantes, que la Orden Jerónima había fundado en Guadalupe en 1510, y que llegó a tener reconocido prestigio. En 1621 ingresó en el Convento de Santo Domingo de Jarandilla, en la Provincia (franciscana) de los Angeles. Tras cursar Teología en Belalcázar, llegó a ser Profesor de Filosofía y Teología Mística en la Casa de Estudios de San Antonio de Sevilla.

A lo largo de su vida religiosa obtuvo los oficios y dignidades siguientes: Lector jubilado, Confesor de las Descalzar Reales de Madrid, Confesor de las Infantas de España, hijas de Felipe IV, Teresa -años más tardes reina de Francia- y Margarita, posteriormente Emperatriz de Alemania, Vicario de la Provincia Franciscana de los Angeles (1651-1653 y 1655-1658), Vicecomisario General de la Observancia Ultramontana y Comisario General de Indias desde 1658 a 1668, año en que murió en Madrid. Tres años antes, siendo consecuente con la humildad franciscana, había renunciado al Obispado de Plasencia que el rey Felipe IV le había ofrecido como premio a sus méritos.

Destacó como hombre de excelentes dotes de gobierno e intelectual, pudiéndose decir que con la figura de F. Andrés de Guadalupe, Extremadura se incorpora a la mística española del S. XVII. Hasta entonces había tenido preponderancia lo que se puede denominar una mística de la experiencia, caracterizada por vivencias y contemplaciones de los misterios cristianos, que a veces llegaban a traducirse en signos extraordinarios como raptos, arrobamientos, profecías y milagros. En cambio, el S. XVII es la época de la teoría, se pasa a una mística sistemática, que se plasma en Tratados y Cursos de Teología Espiritual, siendo en esta modalidad donde descuella nuestro personaje, creador de la Cátedra de Teología Mística de Sevilla en 1642.

Escribió varias obras de tema místico siendo la principal "Mystica Supernaturalis", texto latino de 292 páginas, impreso en Madrid en 1655. En la Historiografía franciscana, ocupa un lugar destacado su monumental obra HISTORIA DE LA SANTA PROVINCIA DE LOS ANGELES DE LA REGULAR OBSERVANCIA, Y ORDEN DE NUESTRO SERAFICO PADRE SAN FRANCISCO, que se publicó en Madrid en 1662, y cuyas páginas 146-148 y 612-621, que contienen las crónicas de los Conventos de Guadalcanal, se recogen en la esta edición.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Con motivo de la festividad de la Patrona de los Músicos, la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca interpretará un concierto dedicado a las Bandas Sonoras del Cine, el próximo día 26 de noviembre, a las 9 de la noche, en el Cine teatro Municipal.

El viernes día 25, por la tarde noche, la Banda de Música realizará un pasacalle por las calles de nuestro pueblo animando a los vecinos a participar en el concierto.


viernes, 18 de noviembre de 2011

Las fiestas brava en el siglo XVII

Por Andrés Mirón Calderón. Revista Guadalcanal año 1961

Fue tradición de nuestros antecesores, que incluso llegó a cultivarse como deporte, la celebración de espectáculos taurinos, en nuestra villa a lo largo del tiempo.

En este artículo –en el que ni siquiera expondremos una porción del magno escenario taurino de nuestro pasado histórico- nos consagraremos, únicamente, a extractar las corridas de toros, de carácter religioso y benéfico, del siglo que se cita en el encabezamiento de este trabajo.

Año 1671: Para celebrar la bula de canonización de San Fernando, se acordó el 17 de junio de 1671, la celebración de una corrida de toros. Las fiestas tuvieron lugar en la Plaza, con asistencia del Clero, que componían las tres parroquias y Autoridades. Actuaron como comisarios don Rodrigo Ventura de Ayala y don Luis de Monsalve.

Los gastos de las fiestas importaron 1.834 reales.

Año 1692: Hubo tres corridas, los días 26, 27 y 28 de julio. Fueron dispuestas por el Ayuntamiento, con motivo del homenaje que este dio a doña Isabel de Rueda, esposa de don Alonso del Castillo, Intendente general de las minas de Pozo Rico; “por la gran prestancia que para los asuntos de la Villa daba la referida señora, y en testimonio de agradecimiento.” Designaron como comisarios con amplios poderes, a don Cristóbal Céspedes y don Pedro Figueroa.

Año 1697: En 28 de julio de este año, el mayordomo de la fábrica de Santa María, don Juan de Abasta Flores, pidió licencia para la celebración de dos corridas de toros, los días 15 y 16 de agosto, con motivo de la fiesta de la Asunción, título que llevaba la parroquia de la villa. Se le concedió la licencia, y eligió como comisarios, para la realización de las fiestas, al Capitán don Rodrigo H. de Ayala, don Pedro de Ortega Ponce de León y don José de Castilla Freire y Monroy.

jueves, 17 de noviembre de 2011

miércoles, 16 de noviembre de 2011

BASTIMENTO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN ANDALUCÍA: LA ALMONA DE GUADALCANAL - 8 y último


Final del artículo escrito por María del Valle Gómez de Terreros Guardiola, de la Universidad de Huelva y María Gracia Gómez de Terreros Guardiola, de la Universidad de Sevilla, titulado: CASAS TERCIAS O DE BASTIMENTO DE LA ORDEN DESANTIAGO EN ANDALUCÍA: LA ALMONA DE GUADALCANAL (SEVILLA), en la revista de la REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA.

Del 30 de enero de dicho año data un edicto por el que sus administradores sacaron a subasta el arrendamiento de las rentas de Guadalcanal, en el que consta la propiedad “de las casas donde se solía encerrar el vino perteneciente a la mesa maestral, y la casa donde se solía encerrar el diezmo del pan, que es sobre la dicha casa en la plaza pública” (46). Así que fue el hospital el encargado de su mantenimiento y gestión, posiblemente hasta la desamortización. En las cuentas de 1745, por ejemplo, consta el pago de unas obras hechas en la “Armona”. Fue el albañil Juan Álvarez el encargado de “componer los tejados y graneros” del Hospital de la Sangre, cuyo recibo de 24 reales aparece fechado el 3 de agosto de 1736 (47).
Almona, según la Real Academia Española, puede significar “casa, fábrica o almacén público” y también, en Andalucía, jabonería. Tampoco descartamos que quizás el edificio, o parte de él, se pudo utilizar como tal jabonería en algún momento, máxime teniendo en cuenta lo ya dicho sobre las rentas con las que se quedó el Hospital de las Cinco Llagas tras la compra de parte de los beneficios de la encomienda.

Para el presente trabajo hemos realizado un levantamiento aproximado del estado actual del edificio, basado en la planimetría realizada por José Esteve (publicada por José Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes de Terán en su ya citado catálogo) y en algunas cotas que se pudieron tomar in situ (lám.15). En él se plasman las divisiones interiores con que hoy cuenta la construcción y los huecos que se han podido confirmar en la mitad derecha del edificio. En la representación de la mitad izquierda de la planta alta (hoy inaccesible), los vanos se han dibujado igual que en los aludidos dibujos, aunque añadiendo alguno que se divisa desde el exterior.

Hoy en día La Almona pertenece a diversos propietarios. La mitad izquierda del edificio, mirando su puerta de frente, está en un penoso estado de ruina. De ella pudimos visitar (y con cierto riesgo) la planta baja, pero no la alta, dado que la cubierta superior y el piso intermedio presentan derrumbes muy importantes, por lo que su acceso está tapiado (lám. 16). La parte de la derecha de la fábrica alberga, en planta baja, un bar-restaurante bien acondicionado, mientras que el piso superior sirve de almacén y hasta hace poco guardaba, según nos informaron, materiales de construcción (láms. 17 y 11). En definitiva, el edificio está dividido aproximadamente por la mitad, “compartiendo” los propietarios un zaguán de entrada a la planta superior, habilitado tras la entrada gótica y que ocupa tan sólo la primera crujía. La rampa ha sido parcialmente modificada, en su parte inferior, en la que cuenta hoy con un grupo de escalones que parece de reciente factura.

El acondicionamiento de parte del inmueble para un negocio de restauración ha sido una buena opción (48), pues al menos permite contemplar casi completa esa media nave baja, de sugerente estética. Ahora bien, la visión y lectura de La Almona como un elemento unitario hoy no es posible.

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41 A. RUIZ MATEOS, Arquitectura civil… ob. cit., p. 91.

42 A. MIRÓN, Historia de Guadalcanal, ob. cit., p. 68.

43 Sobre las marcas de este edificio véase María del Valle GÓMEZ DE TERREROS GUARDIOLA, “Arquitectura y órdenes militares en Sevilla: intervenciones en los conventos de San Benito de Calatrava y Santiago de la Espada”, Temas de Estética y Arte, núm. XIX (2005), pp. 123-167.

44 M. MALDONADO FERNÁNDEZ, “La encomienda santiaguista de Guadalcanal”, ob. cit.

45 Dichos documentos los hemos podido consultar en el Archivo de la Diputación de Sevilla (ADPSE, en adelante), Hospital de las Cinco Llagas, legs. 10 y 12.

46 ADPSE, Hospital de las Cinco Llagas, leg. 10.

47 ADPSE, Hospital de las Cinco Llagas, leg. 101. En este archivo se ha hecho simplemente rápida consulta, por lo que es posible que en posteriores investigaciones puedan ampliarse los datos sobre obras de mantenimiento de La Almona. Lo más probable es que el edificio siguiera en manos del hospital, como hemos referido, hasta la desamortización y que después, bien se enajenase, bien pasara a la Junta Provincial de Beneficencia, junto con aquél.

48 Hemos de señalar que en los arcos de esta zona se pueden apreciar reparaciones de carácter estructural efectuadas no hace muchos años, dado que se percibe la utilización de mortero de cemento en los mismos.

lunes, 14 de noviembre de 2011

BASTIMENTO DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN ANDALUCÍA: LA ALMONA DE GUADALCANAL - 7

Continuación del artículo escrito por María del Valle Gómez de Terreros Guardiola, de la Universidad de Huelva y María Gracia Gómez de Terreros Guardiola, de la Universidad de Sevilla, titulado: CASAS TERCIAS O DE BASTIMENTO DE LA ORDEN DESANTIAGO EN ANDALUCÍA: LA ALMONA DE GUADALCANAL (SEVILLA), en la revista de la REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA.

Con dicho currículum arquitectónico reiteramos que no es fácilmente descartable su intervención en el bastimento de Guadalcanal, localidad citada expresamente en el texto.

Además hay una segunda noticia, proporcionada en este caso por Aurora Ruiz Mateos: en 1406 Gonzalo Domínguez vende a Lorenzo Suárez de Figueroa “unas casas con su corral que tiene por linderos los palaçios dela Orden et de las dos partes las calles Públicas” (41). Esta noticia también la recoge en su historia de Guadalcanal Andrés Mirón, añadiendo que dichas casas sirvieron para ampliar el palacio de los comendadores (42). Quizás fuera ésta la obra a la que se refiere el texto antes citado porque, según la referida autora, el palacio disponía de zonas de servicios (“bodegas, bastimentos, caballerizas, etc.”). Pero también nos inclinamos a pensar que pudo reparar e incluso mejorar el bastimento de la mesa maestral y que quizás a él se deba la aludida portada de piedra que, además, sobresale ligeramente sobre el muro de fachada y cuenta con la referida inscripción que, como ya ha sido indicado, está un poco rehundida. Cabe añadir que en el interior de dicha entrada se vislumbran marcas que parecen de canteros. Aunque somos conscientes de que a pocas conclusiones se ha llegado hasta ahora analizando dichos motivos, éstas de Guadalcanal, de ser auténticas, tienen formas similares a las que aparecen en otras obras del maestre, como en el ya citado monasterio Santiago de la Espada (43). Signos semejantes también pueden apreciarse en el paño de sillería vista que forma la esquina noroeste de la fachada principal.

Pero continuemos un poco más con la historia del edificio. Como hemos referido, la encomienda se mantuvo hasta el siglo XIX. No obstante, conviene apuntar una peculiaridad de la misma que ha sido destacada por M. Maldonado Fernández y que afecta al edificio que estudiamos. En 1540 Carlos V vendió la mitad de los derechos de la encomienda y todas las rentas que la mesa maestral poseía en Guadalcanal al Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, aunque sin llegar a separar a aquélla de la orden (44). Pues bien, en dicha venta, como consta en diversos documentos generados por la misma (tasación, toma de posesión o testimonio notarial impreso en 1612 sobre los títulos de propiedad del hospital en Guadalcanal), el hospital se quedó con la mitad de los diezmos, la escribanía pública, la renta del jabón, “la mitad de la casa, y lagares, y vigas de pisar uva”, que estaban en la calle de San Bartolomé, y con “el bastimento de pan, y vino con sus tinajas”, del que se vuelve a especificar que estaba en la plaza pública (45). El edificio pasó así a manos del hospital, en las que seguía en 1715.

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41 A. RUIZ MATEOS, Arquitectura civil… ob. cit., p. 91.

42 A. MIRÓN, Historia de Guadalcanal, ob. cit., p. 68.

43 Sobre las marcas de este edificio véase María del Valle GÓMEZ DE TERREROS GUARDIOLA, “Arquitectura y órdenes militares en Sevilla: intervenciones en los conventos de San Benito de Calatrava y Santiago de la Espada”, Temas de Estética y Arte, núm. XIX (2005), pp. 123-167.

44 M. MALDONADO FERNÁNDEZ, “La encomienda santiaguista de Guadalcanal”, ob. cit.

45 Dichos documentos los hemos podido consultar en el Archivo de la Diputación de Sevilla (ADPSE, en adelante), Hospital de las Cinco Llagas, legs. 10 y 12.