Por José Parrón Chaves – Revista Guadalcanal 1995
La Virgen que presidía todos los actos de la Misión en la Plaza, casi seguro que sería nuestra Patrona, por la fecha, pues todos sabemos que la Virgen se traslada a su Ermita el último domingo de Septiembre (ahora el último sábado de septiembre), por lo tanto se encontraba en la Parroquia de Santa María; pero al enumerar el narrador de los hechos expuestos, que el Hermano Mayor del Rosario de la Aurora, antiquísima en Guadalcanal, con sede en la Iglesia Filial de San Vicente, (que actualmente todos conocemos a lo que está dedicada, tal vez por culpa de nuestros capillitas que en su día no supieron captarla como Residencia Oficial de alguna de nuestras Cofradías de Semana Santa) cabe opinar que fuese la Virgen del Rosario que sería como es natural la titular de dicha Hermandad, y también serían los hermanos del Rosario los colaboradores más directos en la Santa Misión con el Padre Tarín. Hay que tener presente que la advocación de la Virgen del Rosario es la más extendida por toda España y especialmente en Andalucía.
Yo que fui uno de esos niños que al principio enumero, y que alrededor de la candela escuchaba esas historias y cuentos, quizás por otro tipo de gente, llegada de pueblos entonces lejanos de nuestra querida Extremadura a vender con sus borricos y angarillas todo lo vendible, unos traían tierra blanca, otros traían escobas, algunos eran pañeros, los de Castuera fabricaban aquí mismo el turrón, y los de Salvatierra, los cacharros de barro y hasta de Hornachos nos traían los hocinos y las hoces para la siega, pues bien, a estos personajes y también a mis abuelos que si vivieran tendrían más de 125 años, me viene a la memoria un milagro que no figura en la vida documentada del Padre Tarín y es que al parecer (me contaba mi abuela) un hombre humilde de Guadalcanal, padecía de un tipo de bulto (llamados hoy: miomas, fibromas, quiste, tumor, etc.) y este buen hombre o esta familia se encomendaron al P. Tarín durante su estancia en la Misión que vino a predicar. A los pocos días se desplazó a Sevilla, pues tenía cita previa con un médico, y cuál no sería el asombro de todos y en especial del Dr. que había visto al paciente con anterioridad, al revisarlo de nuevo, vio que el bulto (que tal vez iría a operar) había desaparecido totalmente. Ni que decir tiene que fue un milagro del Señor que por mediación de su Madre y súplica del Padre Tarín, fue realizado.
También contaban aquella buena gente que había un hacendado extremeño, que debido a su poca fe, o tal vez porque no era creyente, le tenía como manía al P. Tarín y uno de los días que permaneció en su pueblo, le invitó a comer a su casa, y al tiempo de empezar la comida, el Sr. hacendado le dijo al Padre ¡Ya puede Vd. bendecir la mesa! con mofa y como riéndose, a lo que el P. Tarín contestó: será mejor que la bendiga Vd. con ese crucifijo que tiene Vd. en su mano, cuyo crucifijo era un puñal que lo tenía con la mano hacia atrás, suponiendo que sería para amenazarlo o hacerle daño. Cuál no sería el asombro del hacendado que viendo que el cuchillo que empuñaba se había transformado en un crucifijo, cayó a los pies del Padre, pidiéndole perdón y convirtiéndose al Catolicismo.
Por último y por ser digno de mención, cuando en el mes de octubre de 1.938, las autoridades competentes ordenaron colocar la lápida conmemorativa del P. Tarín en la portada de la Iglesia de los PP. Jesuitas (puede verse en el lado derecho de la fachada) en la calle de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder; los albañiles que la colocaron, montaron un andamio con dos palos apoyados en la pared y una tabla atravesada, y al coger la lápida para colocarla en el hueco ya preparado, el andamio se despega de la pared amenazando caerse en medio de la calle, los albañiles se dan cuenta del peligro y en ese momento el peón exclama: iPadre Tarín venid en nuestra ayuda! y acto seguido el andamio vuelve a la pared salvando a los albañiles. Este testimonio lo dio el peón llamado Antonio Espejo Anerer el día 3 de Diciembre de 1.951. De estos casos verídicos y muchos más están llenas las 300 poblaciones que visitó, y en ellas enseñó y predicó el Evangelio en su hacer misionero durante largos años de su vida aquí en la tierra.
Para finalizar, hagamos votos cada uno de nosotros de la forma que consideremos más oportuna, coma homenaje al P. Tarín en el próximo centenario de su visita a nuestro querido pueblo, para que cuanto antes finalice la causa de beatificación que se inició en el año 1.924, para que la Iglesia lo considere santo y podamos admirarlo en los altares, al igual que nuestros antepasados tuvieron la dicha de escuchar sus sermones, quedando maravillados de la santidad que derramaba.
HE AQUI LA INSCRIPCION DE LA LÁPIDA QUE EXISTE EN la CASA DONDE NACIÓ:
EN ESTA CASA NACIÓ FRANCISCO TARIN ARNAU EL DÍA 7 DE OCTUBRE DE 1.847. FUE SACERDOTE DE LA COMPAÑIA DE JESUS Y APOSTOL PROPAGADOR DE LA DEVOCION AL SAGRADO CORAZON, EN MAS DE 300 POBLACIONES. RESTAURADOR DE LA FE EN ESPAÑA. CONSEJERO DE PRELADOS Y MAGNATES Y PADRE DE LOS POBRES. MURIÓ EN SEVILLA EL 12 DE DICIEMBRE DE 1.910 Y SE INTRODUJO SU CAUSA DE BEATIFICACIÓN EL 10 DE ABRIL DE 1.924. GODETELLA LE LLAMA SU HIJO PREDILECTO Y LE DEDICA ESTA LÁPIDA PARA PERPETUAR SU MEMORIA A. M. G. D.
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