Por José Mª
Álvarez Blanco – Revista de Guadalcanal año 2012
V
Otras obras literarias
Otros géneros literarios cultivó
Ayala, De él nos queda la primera parte de la novela Gustavo, que ha publicado
Bonilla San Martin con encomiástico elogio: la descripción de Consuelo, trabajo
preparatorio de la famosa comedia de este mismo título y el Discurso sobre
Calderón, piezas dignas de tan peregrino ingenio.
Como orador se reveló como hábil
e intencionado, correcto y fluido en la defensa del periódico satírico El Padre
Cobos, cuando no tenia treinta años de edad; así como en su primer discurso en
el Parlamento, en que afirma su posición política con toda independencia, se
acreditó de experto orador parlamentario, ajustando maravillosamente su palabra
al pensamiento. Era sobrio de estilo, magestuoso de ademán y escultural de
frase, como dice Méndez Bejarano.
Pero la pieza oratoria que
sobresale entre todas y que será siempre modelo en su género, es el elogio
fúnebre de la Reina Mer cedes
ante el Congreso. . Para la preparación de
este trabajo se te ofrecieron libros, recuerdos, tiempo. Mejor será, contestó Ayala, que cuente lo que he visto,
y no necesitaba más para triunfar conmoviendo a cuantos le oyeron, porque tenia
un corazón delicado y tierno, una inteligencia poderosa, una imaginación viva y
tal dominio sobre la palabra, que nunca dijo mas que lo que quiso decir. Como
orador fue apasionado en el Parlamento, razonador en la Academia y sublime en el
elogio de aquella infortunada Reina.
VI
El político
VI
El político
No queda completo el estudio de
Ayala si no decimos algo del hombre político.
Si tuvo por el teatro una
vocación decidida, no la tuvo menos por la política. En su teatro mismo puede
encontrarse una prueba de ello, si no la diera plena el decurso de su
vida. La primera obra que estrenó en Madrid, Un Hombre de estado, ya muestra esta tendencia, como antes, en los
agitados días de vida escolar ya tomó parte y muy principal en el motín que se
produjo al suprimirse el traje estudiantil y su musa sirvió para alentar a la
juventud estudiosa a la pelea. Este y otros episodios de la vida del poeta han
sido narrados con singular gracejo por Eusebio Blasco.
No permiten los estrechos
límites de este trabajo el análisis de todos los pasos de la vida política de
Ayala; baste decir que tuvo personalidad propia y singular relieve. Fue, dentro
de los partidos, independiente; no fue ambicioso y llegó hasta donde quiso y
siempre puso sobre todo su amor a la patria. "Es uno de nuestros hombres públicos -dice Álvarez Espino- alrededor de cuya frente aun brilla una aureola de respetabilidad y de estimación. Su ministerio es en la vida pública algo como los triunfos de El Tanto por ciento y de El nuevo Don Juan, en su vida literaria. Dentro de los principios
fielmente defendidos y brillantemente aplicados a combatir la insurrección
separatista iniciada en Jara, de la pluma de Ayala se desprendieron multitud de
documentos importantísimos que engrandecieron la gloria de su autor y motivaron la gratitud de la patria. Si aun flota hiniesta
nuestra bandera, decía Moreno Nieto, en el elogio fúnebre de Ayala, en aquellas
hermosas lejanas provincias (Las Antillas) que conquistó el valor de nuestros
mayores, débese en no pequeña parte al insigne Ayala"
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