Por Antonio Gordón Bernabé. Revista de Guadalcanal
Y no habiendo presentado más caballos y efectos, se hubo por conclusa, sin perjuicio de continuarla con la mayor actividad en el de mañana, habiéndose mandado pase todo lo presentado a la ciudad de Llerena.
En 7 de diciembre de 1808 se continuó la diligencia, aportando un caballo cada uno: Juana Rica, Fernando Pinelo, Cayetano Ayala José Quintero, Ignacio Pérez y José David. La mayoría presentaron caballos y se quedaron con las monturas, excepto tres que presentaron monturas sin caballos.
En 20 de marzo de 1809 se hizo otra requisa de caballos a los vecinos que siguen:
Juan Ruiz 1 caballo | José García, Clerigo | Nicolás de Rozas |
Pedro Alaja | Martín Calero | Antonio Vázquez |
El Sr. Corregidor | Francisco Palacios | Francisco Núñez |
Cristóbal Riaño | Cristóbal Riaño (menor) | Cayetano Ayala |
Ignacio Pérez | Andrés Albarrán | Juan Ximénez Parra |
El Sr. Vicario | Antonio Ramos | Viuda de Cordero |
Francisco Morente | Antonio M.ª López 2 | Diego Mostales |
Joaquín Rodríguez | Mateo García | Antonio Cabezas |
Juan Moreno | Francisco López Rico | Juan Barrera |
Eusebio Rodríguez | Juan Cantero | Antonio Veloso 2 |
Diego Díaz | Xavier de Cote | Fernando Pinelo |
Pedro Torrico, Médico | Alonso Pérez | Sebastián Gordón |
Baltasar Romero | Manuel Grueso | Andrés Grueso |
Antonio Márquez | Juan Vázquez | Juan González |
Juan Gordón | José Ponce | Viuda Pedro Caballero |
José Cabezas | Juan Márquez | Joaquín Palacios |
Sebastián de Cote | Antonia Rico | Estanislao Núñez |
Francisco Carrasco | Francisco Cortés | Manuel Palacios 2 |
Diego Cordero | Manuel Romero | Sebastián Chavero |
Juan de Ortega | Ana Autón | José de Ayala |
Estos serían los que tenían dos años en 1808, quedando muy reducida la caballería en Guadalcanal, sólo con los potros, que podían ser potrancos y tusones según fueran menores de tres o dos años, respectivamente, además de los caballos padres.
He observado que, en esto de los caballos, había familias que los tenían desde antiguo, otras los poseían unas generaciones sí y otras no y aún una persona podía tener caballo en cualquier época de su vida. Es curioso que los médicos y muchos clérigos los tenían. Un caballo valía por entonces novecientos reales más o menos. En total fueron 155 caballos los que se llevaron a Llerena para el ejército de Extremadura que era el V Ejército. No sé cuándo les pagaron a sus dueños, pero sí me imagino el gran disgusto que se llevarían, como si me hubiese ocurrido a mí, que me gustan y los monto con frecuencia. Concretamente, mis familiares tuvieron que entregar cinco caballos que habían recibido de una herencia de su padre poco antes, y ese fue el primero de una serie de infortunios que cayeron sobre los vecinos de Guadalcanal en
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