martes, 28 de junio de 2011

Caballos de Guadalcanal en la guerra de la Independencia - 2


Por Antonio Gordón Bernabé. Revista de Guadalcanal

Y no habiendo presentado más caballos y efectos, se hubo por conclusa, sin perjuicio de continuarla con la mayor actividad en el de mañana, habiéndose mandado pase todo lo presentado a la ciudad de Llerena.

En 7 de diciembre de 1808 se continuó la diligencia, aportando un caballo cada uno: Juana Rica, Fernando Pinelo, Cayetano Ayala José Quintero, Ignacio Pérez y José David. La mayoría presentaron caballos y se quedaron con las monturas, excepto tres que presentaron monturas sin caballos.

En 20 de marzo de 1809 se hizo otra requisa de caballos a los vecinos que siguen:

Juan Ruiz 1 caballo

José García, Clerigo

Nicolás de Rozas

Pedro Alaja

Martín Calero

Antonio Vázquez

El Sr. Corregidor

Francisco Palacios

Francisco Núñez

Cristóbal Riaño

Cristóbal Riaño (menor)

Cayetano Ayala

Ignacio Pérez

Andrés Albarrán

Juan Ximénez Parra

El Sr. Vicario

Antonio Ramos

Viuda de Cordero

Francisco Morente

Antonio M.ª López 2

Diego Mostales

Joaquín Rodríguez

Mateo García

Antonio Cabezas

Juan Moreno

Francisco López Rico

Juan Barrera

Eusebio Rodríguez

Juan Cantero

Antonio Veloso 2

Diego Díaz

Xavier de Cote

Fernando Pinelo

Pedro Torrico, Médico

Alonso Pérez

Sebastián Gordón

Baltasar Romero

Manuel Grueso

Andrés Grueso

Antonio Márquez

Juan Vázquez

Juan González

Juan Gordón

José Ponce

Viuda Pedro Caballero

José Cabezas

Juan Márquez

Joaquín Palacios

Sebastián de Cote

Antonia Rico

Estanislao Núñez

Francisco Carrasco

Francisco Cortés

Manuel Palacios 2

Diego Cordero

Manuel Romero

Sebastián Chavero

Juan de Ortega

Ana Autón

José de Ayala

Estos serían los que tenían dos años en 1808, quedando muy reducida la caballería en Guadalcanal, sólo con los potros, que podían ser potrancos y tusones según fueran menores de tres o dos años, respectivamente, además de los caballos padres.

He observado que, en esto de los caballos, había familias que los tenían desde antiguo, otras los poseían unas generaciones sí y otras no y aún una persona podía tener caballo en cualquier época de su vida. Es curioso que los médicos y muchos clérigos los tenían. Un caballo valía por entonces novecientos reales más o menos. En total fueron 155 caballos los que se llevaron a Llerena para el ejército de Extremadura que era el V Ejército. No sé cuándo les pagaron a sus dueños, pero sí me imagino el gran disgusto que se llevarían, como si me hubiese ocurrido a mí, que me gustan y los monto con frecuencia. Concretamente, mis familiares tuvieron que entregar cinco caballos que habían recibido de una herencia de su padre poco antes, y ese fue el primero de una serie de infortunios que cayeron sobre los vecinos de Guadalcanal en la Guerra de la Independencia contra los franceses.

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