lunes, 14 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 206


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Y porque esta es materia en que asi por razon del interese grande, como por no estar ni por leyes ni por ordenanzas particulares en este reino determinados muchos casos y cosas en que podria haber duda, habria pleitos y diferencias si no se ordenare, entiéndese que V.M. ha de mandar hacer particulares ordenanzas de minas, en las cuales se determine todo lo que paresciere conveniente, asi en lo del registro y descubrimiento, como el límite y término que la mina descubierta ha de tener, declarando á cuentos pasos y espacio no puede otro cavar ni hacer pozos, y la forma y modo en el beneficiar, y otras cosas tocantes á esta materia.
Y en las dichas ordenanzas se dará la orden que se debe tener para lo que toca á la parte de V.M., y el recado y razon y oficiales que ha de haber para excusar fraudes y tambien molestias: estas se harán acá remitiéndolo V.M., y habiendo tomado resolucion, y se ordenará la ley como convenga, y se enviará con el primero. Nuestro Señor la muy alta y muy poderosa persona de V.M. guarde con acrescentamiento de mas reinos y señoríos.- De Valladolid á cinco de abril de mil quinientos cincuenta y ocho.- Besa las manos de V.A.- La Princesa.

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NOTA. Considerada detenidamente la sustancia del despacho Real antecedente, parece que ni en el dia, en que tan adelantadas corren las ideas en todos los ramos de la economía politica, podrian presentarse otras mas luminosas y exactas en la materia.

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Carta de don Francisco de Mendoza á la señora Princesa gobernadora, dándole cuenta de la calidad del metal hallado en Galaroza, y de otros asuntos de las minas.

Secretaría de hacienda, núm. 34.

21 de abril de 1558

Sacra Católica Real Magestad.- La carta que V.M. me mandó escribir á tres deste mes de abril, recebí á los diez y ocho del mismo.
Yo fui á Galaroza como V.M. me mandó, y hallóse la vena del metal de que envié el ensaye, y della se sacó dos o tres pedazos de metal de que he hecho hacer ensaye, y acude á ciento diez y nueve marcos, y para que V.M. lo mande, si fuera servido, tornar á ensayar envío parte de un pedazo. A los que fueron conmigo, que eran bien pláticos, y á mí nos pareció bien la vena, y que habiendo mostrado metal tan rico en los alto, era justo ahondarla, y asi se hace con mucha diligencia: y en otra parte desviada se labra otra mina, y no se dejará de ahondar todo lo que convenga, porque cualquiera particular hiciera lo mismo y gastara su dinero en ello, y cierto no hiciera otro tanto. Ví otras minas en aquella comarca, y ninguna me pareció buena.
Visite las de Trecena, y dejé orden que se labrasen en cuatro ó cinco minas en cada una dellas un pozo, porque son de las que tienen mas muestra de metal.
Asimismo visité lo de Cazalla, y mandé que se tornasen á ahondar dos minas que se labraban la otra vez que aquí estuve, que me parecerieron buenas; y los que entienden deste oficio dicen que es razon hacer cualquiera gasto en ellas, y si en estas y la de Galaroza no responden bien, de mala gana haré labrar otras.
Esta mina de Guadalcanal vá de la manera que he escrito á V.M. otras veces; en este mes de abril se cumplirá á nueve mil marcos, aunque la semana santa y pascua ha estorbado muchos dias; ahora se llevan cuatro y setenta y cinco marcos. El mes que viene me parece que se sacarán diez mil: esta fábrica va bien enhilada, y hay personas que sirven con gran voluntad y lo entienden.
El pozo de la Traviesa es el que da metal de que se hace la hacienda; el pozo Rico lleva muy poco; otros se labran en la misma vena, y en todos con gran diligencia, y conviene que se labren los otros aunque no dén metal, porque lo haya cuando estotros aflojaren; y á esta causa y con las minas que se labran fuera deste término se gastan mas de los cinco mil ducados por una vez, que con lo que agora se ha proveido tengo por cierto que para adelante se excusará de mucha costa; y aunque si se dejasen de ahondar pozos para no gastar dineros, sobraban, no he lo osado hacer, porque me parece que sería mal hecho.

RESOLUCIÓN “Que se proveerá.”

Dice V.M. que yo escribí que el contador no puso en la relacion de los gastos que envió la greta que se gastaba, y otros gastos que yo hacia fuera desta fábrica y de otros pozos nuevos que se labraban, que yo asi se particularmente de lo que montará para que se provea; en esta escribo las minas que se labran fuera desta, y ofrécense cosas nuevas, de manera que no puede hombre tener cuenta cierta de lo que será; de greta se gastarán cada dia que se funde diez quintales, que en plomo ha costado en Cádiz á veinte y cuatro y veinte y cinco reales el quintal.
Dice V. M. que se cuentan las cinco libranzas qué se me han enviado, con una que se dió á veinte y cinco de agosto: como yo estaba en esa corte y la libranza no hablaba conmigo, entendí que no era á mi cuenta.
Sancho de Paz llegó ha dias, ha comenzado á tomar los libros para proseguir la cuenta como V. M. le ha mandado.
El tesorero Anuncibay llegó antes de la semana santa y sa su oficio.
El contador Gaspar de Avila ha dias que me escribió que vendria á diez de este mes: no ha llegado, y no se si ha recaido.
El veedor Melgosa me ha escrito que vendrá muy presto.

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