miércoles, 30 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 214


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Otro dia despues de comer, nosotros los tres oficiales de V.M., abrimos la caja de las tres llaves, y el que ha de limpiar la dicha plata la saca de la dicha caja, y la limpia en un cajon que para ello está, y le quita la cendrada que trae pegada en el suelo, y limpias, las sella con un cuño de las armas reales en cada plancha, y el contador lleva el libro para hacer cargo de la dicha plata á mí el tesorero, y la razon de los ensayes de lo que cada afinador ha de sacar, y lo pesa, la persona que para ello está señalada ante nosotros y el escribano de la fábrica, y en cada plancha se escribe lo que cada una pesa, é yo el contador hago cargo de la dicha plata al tesorero, y de cada plancha por sí, el cual cargo firmamos todos tres en el libro de mí el contador, y el escribano de la fábrica que está presente tiene un libro que toma la razon y hace el dicho cargo con el tesorero, y se lo firmo yo el tesorero solo; y la dicha plata se ponen en otra caja con tres llaves que para ello está diputada, que nosotros tenemos.
Si hobo alguna falta, pesada la escobilla que sacó, el afinador á quien la faltó se le descuenta á razón de cómo acude el dicho plomo, porque lo primero que hace el afinador es echar fuera aquella escobilla, que es el herrumbre que la plancha tiene pegada al plomo, lo cual se dio por pesote plomo, y descuéntasele lo que pesa por rata, y si con aquello viene bien, no se hace mas diligencia: si le falta algo mas que pase de dos marcos, en tal caso se torna á ver el buitron adonde se afinó, y mírase si hay en él alguna coladura, y se busca todo el plomo que en la cendrada quedó, é la granalla, y júntase todo, y lávase lo que es para lavar, y al otro dia dáse al tal afinador plomo pobre sobre lo que cebe, y con esto siempre suele hallarse la falta al poco mas ó menos, y al tal afinador no se le paga de la diligencia postrera mas de la mitad del jornal; y si falta poco enriéndese que podria quedaren la cendrada, que alguna vez se ensaya,y se vé que tiene lo que puede faltar.
Hay para estos buitrones dos guardas que tomas la razon de la escobilla, y greta, y cendrada que queda despues de sacada la plata, y estan siempre juntos por guarda, porque no se menoscabe ni hurte.
Hay mas un guarda á la puerta de los dichos buitrones que cata á todos los que alli entran y salen de los criados de los afinadores cada vez que salen, y hay algunos maestros á quien se cata, y á otros no, por asiento asi hecho con ellos.
Lo que queda en los hornos de fundir, de que se ha de beneficiar y tornar á fundir, es:
El cobrizo, que es el herrumbre que sale del dicho metal, es una pasta que se hace en saliendo el plomo de la pileta de dentro á la que está fuera, del gordor de un dedo, que es lo primero que se hiela antes que el plomo-plata que queda debajo; y asi luego los fundidores, quitando esta dicha pasta, queda el plomo-plata hecho brasa, que no se hiela de allá buen rato esta dicho que de aquí sale, lo que llaman cobrizo.
El pozo de Santa Cruz cuesta de ahondar cada estado veinte y tres ducados: tiene diez y nueve estados de hondor. El pozo de la Contramina cuesta de ahondar cada estado treinta y seis ducados.
El pozo de la Gran Compaña cuesta cada estado veinte y tres ducados: tiene veinte y seis estados de hondor.
El pozo de la Reguera, que agora no se trabaja en él.
Para todos estos pozos se les da las herramientas con que han de trabajar, y los candiles que han menester; aceite todo lo que han menester, y gástase entre día y noche en el pozo Rico ocho jarros, y el de la Puerta once; el segundo del Rico uno, y el de la Traviesa seis, el de Adan seis, el de la Mineta uno, la Contramineta uno, la Gran Compaña dos; por manera que son treinta y seis jarros, y tienese medido que los catorce hacen una arroba, que serán dos arrobas y media poco mas.
El pozo Rico y de la Puerta, y el de la Devanadera, y el de la Red, están cubiertos cada uno con su casilla, y con puerta y llave en ellos, y dentro una campanilla para llamar de noche cuando hay para que salir, la cual dicha llave tiene un guarda, y de noche están cerradas; y los torneros no salen hasta otro día, sino es á llevar las herramientas á la herrería para aderezarlas: los plomeros no salen desde la mañana que entran hasta la noche; y desde la noche que entran en los pozos hasta otro día en la mañana.
Hay para estos pozos señaladamente cuatro guardas, y hacen la guardia por sus cuartos, asi de día como de noche, y acuden á la puerta de cada pozo cada vez que tañen la campanilla los torneros para llevar las herramientas que los plomeros de abajo les echan para aderezar, y cuando vuelve el que las trae le tornan á abrir para que entre y á cerrar.

lunes, 28 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 213


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo

(Se mantiene la ortografía de la época)

Caido en esta pileta, lo dejan estar hasta que se hiele, y á medio helar le hincan un picacho en medio hasta que sea helado, y con el picacho sacan la plancha del plomo plata.
En sacando esta plancha, una guarda que está siempre en el horno para guardar, toma la plancha, y con un cuño que está con las armas reales, la sella, y la pone en un cajon con su llave, que está en la pieza donde los hornos, y asi hace de cada una que sacan, poniendo por memoria las que sacan, y el nombre del afinador que lo funde.
Para la guarda destos hornos hay seis guardas, para cada dos hornos tres guardas, porque estan entrambos dos hornos en una pieza: estos guardas velande noche y de dia, el uno siempre, remudándose por cuartos mientras dura la fundicion.
Como se quiere poner el sol, van los dichos tres depositarios y uno de nosotros, y escribano de fundiciones á los hornos, y tomada la cuenta de la guarda de las planchas que han sacado, y de qué fundidor, las pesan cada una por sí, y con unos hierros que para ello tienen ponen lo que cada plancha pesó sobre la dicha plancha, y asi como lo van rescibiendo les hace cargo el escribano de fundiciones,y le meten en la casa dicha de tres llaves los tres depositarios, y lo que se saca de noche se hace lo mismo, y asi los resciben los dichos dichos depositarios dos veces al dia, una á la mañana y otra á la noche, y de ello se les hace cargo, y lo firma el oficial de V.M. en el libro de los depositarios, y de ello lleva el dicho escribano la razon á la contaduría con el descargo del plomo plata cuando se da á afinar.
El dia que vienen á afinar los afinadores y escribano de fábrica y fundidores, é yo el veedor, el visitador y los depositarios, abren la puerta de las tres llaves y sácase el plomo para dar á los dichos afinadores para que afinen en plata.
Dase á cada un afinador por sí hasta treinta arrobas de plomo-plata poco mas ó menos, y los dos escribanos, y los tres depositarios escriben lo que cada plancha pesa, y á quién se da á afinar, y cotejan el peso que se hace con el que está señalado en la dicha plancha; y acabado de dar á cada afinador lo que ha de afinar, toman sus criados de los afinadores, entre dos una parihuela, y con ella llevan las planchas lo de cada afinador por sí, yendo con ellos un guarda de los buitrones, de dos que hay, y lo llevan á los buitrones donde lo han de afinar, y está otro guarda, quedando en guarda todos los demas hasta que los han llevado.
Entrado todo el plomo en la pieza de los buitrones, yo el veedor, y visitador y escribano de fundiciones, se tornan á contar las planchas de todos para ver si está el número de las que todos registraron.
Antes que los afinadores resciban el dicho plomo-plata tienen caldeados los buitrones donde han de afinarlo, y asi la puerta por donde lo ponen para derretirlo, con la por donde lo benefician, todas estan embarradas, y para abrir la primera, que es para ponerlo á derretir, hállome yo el veedor presente para ver que no esté edentro otra cosa alguna; y asi lo abren y ponen el dicho plomo.
A cada cabo de plancha que se echa dentro lo que yo el veedor echar, ó visitador, ó escribano, ó guarda, teniendo en cuenta de las que cada afinado rescibe y echa.
Acabado de derretir, se cierra luego con barro en presencia de mi el dicho veedor la dicha puerta, y se abre la por donde los afinadores lo benefician, que se llama por donde gretan y sacan: antes que hagan nada, viene el ensayador que en la fábrica está para ello, y trae una cuchara, y revolviendo con ella todo el plomo derretido, sace en aquella cuchara, que es pequeña, un poco, y halado lo que sacó, lo hace dos parte, y la una da al afinador, y la otra llévase él, por donde saca el ensaye por cada quintal en plata.
La parte que en ensayador dejó al afinador, otro dia el dicho afinador le da al guarda, y en presencia de todos lo echa en el buitron, y éste, que se le deja al afinador, es porque, si hobiese falta notable, torne el dicho enayador á hacer el ensaye de lo que dejó al afinador y de lo que él llevó, para ver si hubo hierro en el dicho ensaye.
Cuando ya quiere acabarse de afinar, el dicho ensayador envía el ensaye á la contaduría, y otro al visitador, de lo que cada uno ha de sacar y acude.
Sacada la plancha, se pesa luego en presencia de mí el veedor, y visitador, y guardas, y afinador, con una romana que para ello está alli en la pieza de los buitrones, y cotéjase lo que pesa con lo que por el ensaye habia de acudir.
Si sale bien que acude con el ensaye, no se hace mas diligencia, y métese luego en un cajon que hay alli con dos llaves, que tienen los dos guardas de los buitrones, escribiendo encima de la plancha el dia en que se afina, y el nombre del afinador y llevan el dicho cajon con todas las planchas de aquel dia á la tesorería, á do está la caja de tres llaves, que tenemos los tres oficiales de V.M., dejando cerrada la casa de los buitrones con dos llaves que tienen los dos guardas y afinadores, hasta estar dentro de la pieza de la tesoreria toda la plata, y estamos, al mterla en la dicha caja, presentes los dichos tres oficiales de V.M.

domingo, 27 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 212


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

26 de octubre de 1558.

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Por cédula de S.M., fecha en Valladolid a veinte y seis de octubre de mil quinientos cincuenta y ocho, se mandó á don Francisco de Mendoza, administrador general de minas, librase en el tesorero de las de Guadalcanal la cantidad á que pudiese ascender el valor de la leña del monte del Encinal, propio de dicho pueblo, que se hubiese tomado para beneficiar aquellas minas desde seis de marzo del año anterior de mil quinientos cincuenta y siete, al precio de medio real cada carga.

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El estado de las minas y operarios que habia en ellas, la orden que se tenia en su administración, labor y beneficio, los edificios que se habian hecho hasta fin de este año de 1558, y las demas particularidades notables de ellas, constan en la siguiente relacion.

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Relacion de la orden que se tiene y hay en la labor de las fábricas destas minas de V.M., que estan en el término de Guadalcanal, en esta manera.

Papeles intitulados Diversos de Castilla, marzo núm. 46

31 de diciembre de 1558.

El domingo en la noche entran los plomeros y torneros en los pozos, los que han de trabajar en toda la semana hasta el sábado siguiente, y con ellos un capatas que anda de dia y otros de noche, para hacellos trabajar y ver como va girada la vena.
Trabajan tanto de dia como de noche, remudándolos desde que el sol se pone hasta otro que sale, no poniendo á trabajar de dia para de noche.
El sábado sacan todo el metal que en toda la semana han echado, que es limpiado, lo cual comienzan á derribar el viernes en la noche hasta el sábado a la mañana.
Cuando lo sacan los plomeros que estan dentro en el pozo, lo echan en una zaca de cuero, y se sube con el torno, y alli lo toman en la zaca dos torneros y lo llevan alli cerca del pozo se saca, á donde está una romana para pesarlo, y asi lo pesan todo, y se escribe cada peso por un guarda que está alli, y como se va pesando lo llevan en bestias con serones á la casa de los metales, donde tienen tres llaves tres depositarios que para ello hay; y á todo se halla presente el veedor con otro de los oficiales de V.M. y el alguacil y el guarda mayor.
De este metal ningun cargo se hace á los dichos depositarios, porque, como es piedra, pártese y apártase lo bueno lo que no es tal, por lo uno se beneficia en los hornos fundir, y lo otro en un horno para quemarlo que hay para ello, y no se podría dar descargo desto, y de alli lo llevan este metal á un ingenio de moler y lavar que hay para esto.
El lunes por la mañana entran en las casas de los metales hombres que saben partir y apartar el metal, y estos no hacen otra cosa en toda la semana y todo el dia hasta la noche, sino es á la hora que van á comer; estan cerrados en la dicha casa partiéndolo, a donde son visitados de dichos depositarios que tiene cargo de entrar á ver si trabaja, y yo el veedor con ellos; anda agora quince partidores.
Después que lo han partido, lo que es para beneficiar en los hornos de fundir lo echan en una cámara que hay para ello dentro de la dicha casa de metales.
Cuando se ha de llevar al horno de fundir, van los tres depositarios y el escribano de fundiciones, y visitador y veedor, y llevan cuatro cajoneros con dos cajones, y en ellos les echa por peso hasta treinta arrobas de metal, y lo llevan á los hornos de fundir á donde estan los fundidores estos cajoneros; y con un escoriero de dia y otro de noche, sirven todo el tiempo que duran las fundiciones.
Primero que resciban los fundidores estas treinta arrobas de metal, tienen hecho un lecho en el suelo de la escoria que ha salido de las fundiciones de antes, y sobre ello se echa el metal, y encima dello se echa catorce arrobas de greta y diez arrobas de cendrada, lo cual tienen los dichos depositarios en otra cámara con tres llaves, y alli está un hombre que sirve en el horno, que con un martillo quiebra la dicha greta y cendrada, que es la liga que se le da para que de dicho metal se saque la plata que tiene, y todas cincuenta y cuatro arrobas en una fundicion; acabada aquella, se les da otra, y alguna vez se les dan dos y tres juntas por razon que no paren de noche ni de dia, y dura esta fundicion desde el lunes al alba hasta el viernes media noche ó el sábado.
En el horno echa este metal con la liga dicha todo revuelto, y para echarlo tienen los fundidores una medida de madera, y cada vez echas dos medidas de aquellas, y para cada dos medidas de metal y liga se echa una espuerta de astilla y carbon junto, y tambien echa por sí escoria lo que les paresce ha menester el horno que de esta no hay cuenta: y esto echa de tiempo en tiempo hasta que ven que es menester sacar el plomo que está ya derretido, á donde viene envuelta la plata que el metal tiene.
Este plomo se derrite en una pileta que está dentro de él, y para sacarlo está un caño que se hace en una forma de madera, y por ello entra un espetón de hierro y destapan el caño hasta dar en la pileta donde ha caido el dicho plomo plata, y sale por alli, y va á caer en otro pileta que está junto al horno.

viernes, 25 de junio de 2010

VACACIONES DEL COLEGIO


Oigo pasar a los niños en su último día de colegio. Risas y carreras, preludian los juegos que dentro de poco realizarán en el Palacio. El Palacio es un paseo que ahora ocupa lo que antes eran los corrales de la casa del Comendador de la Orden de Santiago, y que con frondosos árboles sembrados a principios del siglo XX, nos permiten pasar el caluroso verano.

Los niños van cargados con pesados macutos, donde llevan todos los libros que ahora son necesarios para estudiar –además del ordenador personal. Esto me hace recordar, que aún tengo el libro que me valió para realizar los estudios elementales: ENCICLOPEDIA GRADO ELEMENTAL, de José Dalmau Carles. Era un libro de 440 páginas y en él se explicaban nociones de la Lengua castellana, Aritmética, Geometría, Geografía, Historia de España, Historia Sagrada…

Es curioso, que con este libro, un cuaderno para los dictados y una pizarra para realizar las cuentas, teníamos suficiente. En este cuaderno, igual escribíamos del Jueves Santo, como resolvíamos un problema o anotábamos una frase lapidaria.

Yo, como la mayoría de los niños, empecé en la escuela de Dª Paca (Francisca Palacios Martínez). Allí en una sola clase, niños y niñas dábamos nuestros primeros pasos, con la a,e,i,o,u, y con el “mi mamá me ama”.

La mayor parte de mi formación, la pasé con don Alfonso González Macias, en las escuelas situadas en la calle Minas, en un antiguo cuartel de caballería, donde compartía edificio con don Andrés Mirón.

Entre otras cosas, recuerdo la forma en que aprendimos a dividir. Después de la explicación del maestro, nos poníamos varios niños en una pizarra grande donde previamente don Alfonso había puesto una larga cuenta de dividir. Allí cada niño íbamos resolviendo cada una de las operaciones. Al finalizar llamábamos al maestro que a un golpe de vista repasaba las operaciones y preguntaba quién había hecho uno de los cálculos, identificado el autor, recibía un coscorrón o un ligero toque con la palmeta, se borraba la pizarra y empezábamos de nuevo. Todo esto sucedió hasta que aprendimos a realizar la prueba del siete y nos permitió rectificar los errores, antes de avisar a don Alfonso.

De los recreos de esta época recuerdo la colección de tebeos que tenía uno de los alumnos más mayor: El Jabato, el Capitán Trueno, TBO…y por supuesto, la leche y el queso que nos mandaban los americanos.

El resto de maestros y maestras estaban repartidos por diferentes lugares: doña Hermo estaba en la calle López de Ayala en un edificio que compartía con don Francisco Oliva. En la misma calle –en el edificio del Hospital de los Milagros- estaba doña Victorina León, que era hermana de doña Hermo. Doña Paz estaba en la calle Milagros y su esposo, don Francisco O. Mantrana, en los bajos del Ayuntamiento. A don Juan Campos ya lo conocí jubilado y sólo me dio clases particulares un verano. Después cuando hicieron las primeras escuelas en el Paseo de la Cruz, ya se incorporaron maestros nuevos como: don Juan Bonilla, don Enrique Corona, don José Titos, don José Fernández, don Pedro, doña Isabel García…

Nuestras vacaciones las dedicábamos a jugar al fútbol en el Coso y a otros juegos que hoy no nos dejarían nuestros padres: las lurias, el salto el moro, piola, a la billarda, los bolis, los trompos, guardias y ladrones y sobre todo, a bañarnos en cualquier alberca o en el Arroyo San Pedro, todos juegos donde había que gastar poco dinero y poner mucha imaginación.

Ahora estos niños que pasan cargados con sus pesadas carteras, dedicarán la mitad de sus vacaciones con el ordenador conectado a Internet, sus carreras con las bicicletas en El Palacio y nadando en la piscina municipal, o en la casa de campo de sus padres.

jueves, 24 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 211


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

En 5 de octubre de este mismo año fue nombrado David Lucas ensayador de las minas, con salario de cinco reales al dia, que gozó hasta fin de enero de 1577 en que cesó la labor de ellas por cuenta de su Magestad.
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Carta de don Francisco de Mendoza al señor Rey Don Felipe Segundo, manifestándole la importancia de reformar la resolucion que se habia tomado sobre los partidos que se habian de hacer á los halladores y labradores de minas.

Secretaría de Estado.- Correspondencia de Castilla, núm. 129.

31 de octubre de 1558

Sacra Católica Real Magestad.- Yo vine á Valladolid á negocios de minas, como tengo escrito á V.M. en otras, y tratando dello, se me dió copia de la consulta que á V.M. se envió sobre la parte que se ha de dar á los halladores y beneficiadores de las minas; y pareciéndome que no era lo que convenia al servicio de V.M. y bien del negocio, lo dije en concejo, y dí las razones que me movian, y puesto caso que á algunos del consejo pareció bien, se me respondió que no se habia de tratar del negocio, por estas consultado, hasta que V.M. respondiese: V.M. mandó responder aprobando ola consulta, y mandando que conforme á ella se asentase el negocio luego que lo supe, hablé á los mas del consejo de la hacienda, é informé de lo mal que á V.M. estaba si se hacia este negocio como esta acordado, y que se debian de juntar y tratarlo, y que yo en consejo diria lo que entendia, y se determinase lo que fuese servicio de V.M., y respondióseme que juntarian y tratarian del negocio, y sería llamado: la junta se hizo sin llamarse, y della salió resuleto que se ordenase el despacho conforme á lo consultado con V.M.
Yo he replicado en particular á los mas, diciendo que fuera justo que me llamaran á consulta como lo pedí, y fuera oido primero que se resolvieran, y que el negocio es de muy gran importancia, y que no solamente requería que yo fuera oido por ser persona á quien V.M. tiene dada la administración de sus minas, y estoy obligado á mirar en este negocio mas particularmente que otros, y por tener alguna noticia de minas, asi de Nueva-España como del Perú, mas que habian de ser llamadas personas que tuviesen plática dellas, y que, aunque los del consejo eran muy sabios, y entre ellos habia grandes letrados, deste negocio no tenian experiencia ni pláticas, ni noticia. Algunos me han respondido que no me llamaron al consejo porque no se trató si se haria ó no lo consultado, porque habiendo orden de V.M. para que se hiciese no se habia de innovar sino para tratar de la orden que se tendria en la ejecución del negocio, y las ordenanzas que se habian de hacer; y que se habia cometido á dos, y que yo me juntase con ellos para el hacer de las ordenanzas. He replicado con toda la insistencia que he podido que me oiga, porque entiendo que de los mismos que agora se juntaron son de contrario parecer de los consultado, y no la menor parte, y no embargante que yo contradigo el parecer que se toma, me juntaré con los que ordenaron para dar noticia de lo que entiendo y he visto en Indias, y se haga el negocio con los menos inconvenientes que pueda ser, hasta que V.M. responda lo que es servido que se haga; y con esto cumplo con lo que debo cuanto á lo de acá, y con V.M. con darle noticia de lo que ha pasado, y decir que la consulta que á V.M. se envió ma parece que no conviene que se cumpla, pues nunca se ha usado ni platicado en Indias ni en España, ni se tiene noticia que en Alemania se haya platicado; y si en España se sufriera, de creer es que los que han tenido merced de mineros, hubieran hecho el mismo partido, pues entran en el derecho de V.M., y ha habido minas de gran provecho donde se pudiera probar.
El horro de costas, y el dar un partido después de haber habido de provecho el dueño cien mil ducados y otro á doscientos mil, trae grandes dificultades, asi de gastos forzosos en comprar minas para el beneficio de las ricas, en labrar otras, ahondar á las que faltare el metal, engrosar la hacienda de esclavos, acémilas, ingenios, edificios, oficiales, que cada uno gasta conforme á su opinio, y como en hacienda propia y costa agena en la mitad, donde podria redundar haber V.M. de poner dineros de sus rentas en gastos demasiados y hurtos. Será gran vejacion á los particulares sobre el dar las cuentas, y averiguar los gastos, y si se ha llegado á ganar los cien mil ducados, que en las minas que fueren pobres será muy difícil, y todo ha de redundar en dejarse de labrar las minas por molestias: si V.M. fuese servido, podria tomar el derecho y parte que pareciere en general de todas las minas, y esto limpio, sin entrar en cuenta de costa, con tanto que las minas que fuesen ricas de ocho ó diez marcos por quintal de tierra, ó dende arriba, se dé á V.M. la mitad: y no será muy dificultoso el entender esta cuenta para el que trata minas, y las entiende; y esto por lo que se entiende y presume que hay ó se descubrirán minas ricas de donde V.M. perderia mucho en el partido igual de las minas pobres y ricas; y pues se debe escribir á V.M. sobre esto, como que nogocio que se ha tratado y conferido, y es de tanta importancia, suplico á V.M. lo mande comunicar y tratar con personas que sean pláticas de minas, y tengo por cierto que resultará emendarse lo acordado en servicio y utilidad de V.M., y que podria llegar á tiempo que no traiga inconveniente lo que acá estuviere hecho, porque lo que mas conviene al servicio de V.M. es que lo que ahora se asentare y promulgare por ley, se guarde.- Nuestro Señor la Sacra Católica Real Persona de V.M. guarde con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos, como sus criados deseamos.- En Valladolid, postrero de octubre de mil quinientos cincuenta y ocho. Sumid criado de V.M. que sus Reales pies y manos besa.- don Francisco de Mendoza.

martes, 22 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 210


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Puédese asimismo consultar sobre la parte que ha de haber en las minas del oro; y parece asimismo que será bien que S. M. tomase los demás veneros, porque entiendo que no se comprenden en las mercedes que están hechas, y á estarlo; les sería de poco provecho, y teniendo S. M. el derecho, serian mas favorecidos para las labores, y ayudados de oficiales, que es forzoso los ha de tener S. M. mejores en sus fábricas.
Cuando se me mandó que diese el parecer que se leyó en consejo, yo junté en Guadalcanal personas pláticas de minas, así de Indias, como de España, y traté con ellos el negocio muy particularmente, y con su acuerdo me resumí en aquel parecer, el cual si parece que tiene inconvenientes, aunque queriéndolo saber de mí ó de mineros tendria respuesta, digo que si lo dicho en mi parecer acerca del derecho que S. M. ha de haber no satisface, que es razon que se busquen otros medios; y como hombre que desea el servicio de S. M., y que no pretende sostener opinion, pongo los que se me ofrecen, de los cuales S. M. podrá mandar tomar el que más, fuere servido.
De todas las minas que fueren de á dos marcos por quintal, den á S. M. de derecho el cuarto, y las que fueren de á dos marcos, el tercio, y las que fuesen de seis á diez é dende arriba, den la mitad horro de costas, que las ha de hacer el dueño de la mina.
Ó su Magestad señale el derecho del cuarto en general, y la mina que fuere de á diez marcos, y dende arriba, dé la mitad, y siempre horro de costas.
Ó S. M. haga asiento en particular con cada minero, que es la orden que las personas á quien tiene hechas mercedes han tenido y tienen al presente.
Y si en todos los pareceres hay grandes inconvenientes, y S. M. quiere quitar toda molestia, mande señalar un derecho general á todos, como se hace en Indias y en Alemania, y éste puede ser cuarto ó tercio, y acortar la medida de las minas á los particulares, y que se tomen dos minas para S. M., que será para recompensar algo el partido.
Destos pareceres creo que estará á S. M. mejor el que digo del cuarto y tercio y mitad, y que no será dificultoso conocer la diferencia que hace el metal en esto que señalo, sino muy claro.

Nómina de los operarios de las minas de Guadalcanal en la postrera semana del mes de setiembre del año 1558.

Contaduría de las minas, libro núm. 22.

setiembre de 1558.

Maravedis al mes
Luis Pineda, clérigo (El capellán titular de las minas era Hernan Ponce, nombrado el 22 de marzo de este año de 1558 con 48000 mrs. de salario al año, falleció en 1º de abril de 1563) 3060
Pedro Aguilar, visitador 12240
Juan de Olivares, depositario 8160
Francisco Navarrete, depositario 7140
Fernando Diaz, depositario 7140
Pedro Paez, escribano de la fábrica 7140
Juan Vazquez de la Peña, escribano del juzgado 6120
Andres Sanchez, escribano del juzgado 6120
Juan de Portilla, alguacil 9180
Diego de S. Martin, encargado del ingenio de moler y lavar 6120
Pedro de Baeza, con cargo de pesar la plata 2040
Pedro de Arriola, encargado de pesar y recibir el carbón, leña, cernada, barro, teja y ladrillo 4590
Diego Díaz Rico, guarda de los buitrones 5100
Pedro de Mimerza, guarda de los buitrones 5100
Rodrigo Lucas, ensayador 6120
Juan Lopez Ordoñez, guarda de los pozos 5100
Gerónimo Diaz, guarda de los pozos 5100
Diego de la Torre, guarda de los hornos 4080
Miguel de Tudela, guarda de los hornos 4080
Melchor Gomez de Lara, guarda de los hornos 4080
Pedro de Tamayo, guarda de los hornos 5100
Santos de Figueroa, guarda de los hornos 4080
Diego de Basabé, guarda 5100
Diego Alonso, almocaden, encargado de coger la gente que trabajaba en las minas. 5100
Juan de Guevara, encargado de los esclavos 5100
Francisco Martinez, portero 3060
Juan Guerra, portero 4080
TOTAL… 149430

domingo, 20 de junio de 2010

MUERE JOSÉ SARAMAGO


El problema está ahí: nos morimos, y entonces nos preguntamos ¿y qué? Me muero y ¿qué pasa después? Algunos de nosotros sabemos que no pasa nada y punto. Aquí acabó. Digo que la esencia humana es un intermedio entre la nada y la nada. La nada, porque antes de nacer, lo que había antes es la nada, después también es la nada. Pero otros no piensan así, piensan que tiene que haber algo, algo que llaman Dios. Fuera de la cabeza humana no hay ni bien ni mal, ni ideal, ni Dios. No hay nada. Todo lo que llevamos está dentro de nuestra cabeza.


(declaraciones de José Saramago el 7 de febrero de 2002 a Eduardo Marzo)

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 209


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

En comun, todas las contrataciones y negocios en que se viene á tratar de gastos de que se ha de sacar costas, siempre se ofrecen grandes diferencias y trampas: en este negocio de las minas hay mayor ocasion.
Y así en lo que toca á minas se han de contar los aparejos que hay en que pongan costas demasiadas, como es en los buscadores y descubridores de minas, y en los que labran las viejas que otros han dejado, de que no se les puede poner límite en las costas, ni se les ha de ir á la mano para que no labren, entendiendo que han de sacar provecho, los cuales tendrán su cuenta con los gastos que han hecho, y podíanse alargar, pues han de ser creidos por la cuenta que dieren del dinero y tiempo que han gastado.
El que labra mina tiene gastos ordinarios de carbon y madera, de greta, cendrada, acémilas, edificios de casas, ingenios, de oficiales, herramientas, traer aguas, comprar minas que son al propósito de las que labran aun para otros pozos que no llevan metal con esperanza dél, y dar salarios excesivos á sus criados y las otras personas.
En todas estas cosas puede haber fraude y engaño, y cosas mal gastadas, que como son labor, son en parte forzosas y otras de opinion: cada uno gasta á su voluntad, y tambien se han visto de disparates muy buenos sucesos, con los cuales se atreven los hombrea á gastar sus haciendas con esperanzas. Con los gastos que he dicho demasiados, y hurtos, creo que S. M. vendrá á poner dineros de su casa, si se ha de pagar al que alcanzare.
El que labra una mina de que va sacando provecho, y pagando al Rey lo que le pertenece, sucede que por acabársele el metal, ó hundirse la mina, ó hacer agua, ó estar mal ademada, ó otros inconvenientes, la costa es mas que el provecho: esta costa, demasiada de lo que se saca, será S. M. obligado á pagarla, y podria venir en tanto crecimiento que volviese á dar por las costas todo lo que hubiese llevado de derecho, por muy rica que hubiese sido la mina.
Para el remedio destas costas se pondrán personas que tengan razon de los gastos y otros que tomen las cuentas.
Este remedio trae consigo muchos inconvenientes y dificultades, que con ser menester muchas personas que tengan cuenta con todos los gastos, sería de mucha costa y vejacion á los que labrasen las minas, porque, sobre decir que hacian muchas costas, les irían a la mano á los gastos que hiciesen, y á sus fantasías y motivos, y sobre ello habían de venir cada dia á la corte, y no gastando á su contento, paraban las haciendas.
El que tiene una mina con el cual se ha de tener cuenta de lo que se saca della para hasta llegar á los cien mil ducados, este tal, no teniendo caudal, vende partes de la misma mina á diferentes personas, y cada uno dellos hace sus pozos y beneficia su metal aparte: con cada uno destos se ha de tener cuenta al respeto de los cien mil ducados, que sería cuenta infinita.
La mina que no es rica, vendrá á tener la cuenta muy larga, porque en muchos años no llegará á los cien mil ducados de provecho, y habrase vendido muchas veces á diferentes dueños.
Las cuentas que se han de tomar, han de ser muy particulares y largas, y en ellas han de recebir las partes gran molestia, y por fuerza se les ha de ofrecer venir á la corte á negociar sobre ellas; y en este caso de dar cuentas, las pesadumbres, que se reciben, y el daño y el tiempo que se pierde, y cuando se acaban, es muy sabido.
Lo que he dicho es con presupuesto que se han de pagar todos los gastos en general que el dueño de las minas hubiere hecho de la mina que da plata; porque con esto tienen ánimo para descubrir otras minas, y labrar muchos pozos, y hacer todos los gastos sobredichos, que los mas dellos son forzosos, especial el labrar muchos pozos, y comprar otras minas, porque si se le acabase la mina rica, y no hubiese hallado metal en otra, quedaria perdido con los gastos hechos.
Si se presupone el horro de costas solamente de la mina que da plata, y que todas las costas en general que el señor de la mina y hacienda hace, las ha de pagar de su tercia parte, es muy mal partido para los dueños de las minas, y forzósamente cesará la labor de las minas, porque las que tuvieren plata, se, acabarán, y no se labrarán otras de nuevo.
El decir que si el partido de horro de costas es en favor de S. M., se puede alargar en favor de los mineros, está bien, mas si es en daño del Rey, no se podrá alargar, sino es deshaciéndolo el asiento que se hobiere tomado con ellos, que será de grande inconveniente.
Por lo que he dicho, me parece que el partido que S. M. da conforme á la consulta de horro de costas, no le está bien, y que tomando cuenta será alcanzado, y los particulares no recibirán provecho, puesto caso que hayan hurtado y puesto costas demasiadas, porque ninguno habrá tan justo, que no exceda por donde ó le prendan, ó quede debiendo, y en tal caso la hacienda y la labor pararán, y quedará la costa ordinaria de la gente y fábrica.
Pareciendo á S. M. que no le está bien el horro de costas, convendrá que se suspenda la consulta hasta que S. M. sea informado, y será de poco daño la dilacion de dos meses, pues en ellos, por ser invierno, no se puede trabajar en las minas nuevas, y en las que están hondas con trabajo.

viernes, 18 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 208


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Carta de don Francisco de Mendoza al señor don Felipe Segundo, y dictamen particular sobre las avenencias ó partidos que podrian tomarse con los halladores de minas.

Secretaría de Estado.- Correspondencia de Castilla, núm. 131.

17 de setiembre de 1558.

Sacra Católica Real Magestad.- Recibí la carta que V. M. fue servido de mandarme escribir en Amberes á cinco de junio, y dice V. M. haber recibido todas las mias hasta la última de diez y nueve de mayo; despues he escrito otras que V. M. habrá recibido; en ellas he suplicado á V. M, mande enviar la resolucion en lo que se ha de hacer con los descubridores de las minas, porque se pierde mucho tiempo que es en daño de V.M.; yo ví la consulta del consejo que sobre esto se envió, y he dicho á los del consejo de la hacienda que convendría mudar algo de aquellos pareceres; V. M. será servido de mandar que aquí se mire y enmiende cómo mas convenga.
Asimismo tendrá V. M. relacion en ellas del estado de las minas de Guadalcanal, y como yo vine aquí á negocios de minas: despues he tenido cartas del administrador que allí reside, como dos pozos que yo habia mandado ahondar habian dado en metal, el uno se llama de la Devanadera, y el otro de la Puerta, es el mismo metal que se suele sacar y tan rico: el de la Devanadera es en la misma vena, y el de la Puerta en otra, obra de cincuenta pasos desviado; dase toda priesa á ahondarlos y labrarlos de manera que pueda sacarse mucho metal, y ha sido en buen tiempo, porque el pozo Rico habia dias que no daba metal, y despues que llegué aquí lo dejó de dar el pozo de la Traviesa: todavía tengo esperanza que volverá á darlo, porque el Rico ha comenzado á hacerlo, aunque en poca cantidad: conviene mucho labrarse otras minas de particulares, porque en ellas tendrá V. M. su parte, si es servido que se haga lo que yo he dicho, y convendrá para cuando sucediere faltar el metal en los pozos que ahora se labran.
La mina de Galaroza se labra, y no ha sucedido conforme á lo que mostró.
En Aracena se labraba una mina de que se sacó algun provecho; aquella no lo da ya, y descubrióse otra de que se tiene buena esperanza, y se ha dado ya en el metal; acude á veinte y cinco marcos por quintal de plomo, haráse en ella y en las demas toda la diligencia qué convenga, y siempre daré cuenta á V. M. de lo que sucede destas minas, y de otras si se descubrieren con metal.
Lo del azogue probé, y tengo muy particular relacion de como se hace en la Nueva España: para el metal de Guadalcanal no es bueno, para otros lo será, y asi usaré del azogue cuando convenga.
Muchas veces he escrito á V. M. explicándole sea servido de mandarme dar sobrecédula para que el consejo da la Hacienda me desembarace el dinero que me tiene tomado que me han traido de Indias, y para que no se me tome lo quo viniere; suplico á V. M. sea servido de mandar que se me dé, pues me hizo la merced en parte de salario: yo gasto mucho, y paso necesidad, y con ella no puedo servir tan cumplidamente como deseo. Nuestro Señor la sacra católica Real Persona de V. M. guarde con acrescentamiento de mayores reinos y señoríos como sus criados deseamos. En Valladolid, á diez y siete de setiembre de mil quinientos cincuenta y ocho años.- Humil criado deV. M. que sus reales pies y manos besa - Don Francisco de Mendoza.
Mandóseme que dijese por escrito las razones que me movian á decir que era dañoso á S. M. el partido que quiere tomar de horro de costas.
Presupuesto que la consulta va conforme á derecho, y á las leyes del Ordenamiento, con gran justificacion, para que los vasallos no se pierdan y reciban provechó, é justamente con su Rey sean ayudados á las costas para que no reciban, daño, es muy cristiana y sabiamente ordenado.
Mas visto que no se tiene noticia de que esta ley se haya platicado ni usado en ninguna parte de las que se sabe, asi en Potosí como en las minas de la Nueva España; y que en España, puesto caso que S. M. hizo merced de su derecho á personas particulares, con tanto que le diesen del provecho que ellos hubiesen el diezmo horro costas, en este caso no puede entenderse lo que la ley del Ordenamiento dice cuanto á lo de horro de costas, sino es con los que labran las minas en particular, y el tal concierto de horro de costas y recibir dos tercios, nunca lo hicieron los señores de las minas con los beneficiadores, puesto caso que ha habido minas de mucho interese, como ha sido la mina de Hornachos, y la de Alvar García, y Villagutierre y Betela, y la de Gerónimo de la Torre, y la del Viejo; y asi los de las mercedes, como personas que trataban en particular su hacienda, hubieran tomado los conciertos horro de costas si lo tuvieran por bueno; antes han hecho sus partidos muy al reves, que ha sido dándoles la mina, y que ellos hiciesen las costas, y acudiesen con su derecho como ha acudido en algunas destas minas al cuarto y al quinto, y otros partidos mas largos en favor de los que benefician las minas; y en el Perú siempre se ha llevado el quinto, y en la Nueva España el quinto, ochavo, y diezmo; y las de Alemania nunca se han labrado horro de costas, sino con otros partidos; y es de creer que á ser provechoso lo habrian usado.

jueves, 17 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 207


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Con el humo que ha hecho estos dias he estado un poco mal dispuesto, y porque temo la calor del verano que me haga mal, y se ofrecen algunas cosas de que dar cuenta á V. M., me parto á hacerlo: he visto los montes del robledo de Constatina, y veré los de Fuente-Obejuna: donde me dicen que habrá dispusicion y sitio para asentar otra fábrica: si se descubren minas en esta comarca, conviene tenerlo entendido.
Yo he hecho las ordenanzas para estas minas, y me parece que se ha excedido en poco del memorial que V. M. me mandó enviar para que se hiciesen; llévolas para si V. M. fuere servido de mandarlas emendar: puse que ninguno de los que sirven en esta fábrica pueda tener mina por. sí ni por interpósita persona en esta fábrica y diez leguas á la redonda, parece que basta, si V. M. no es servido de otra cosa.
Manda V. M. que dé mi parecer de lo que será bien que se dé á Pedro de Andujar, depositario de las minas de Guadalcanal; he entendido que Pedro de Andujar ha usado el cargo de depositario dos años y tres meses, y que en lo que he visto ha servido bien y con diligencia y sin pesadumbre, que es lo que conviene para estas minas; y que creo que sus cuentas saldrán buenas, y que se le quita el oficio sin que lo merezca; aunque no tenia título de V. M., recibe agravio y que ha estado muchas veces enfermo, y que el salario ha sido ocho reales cada dia, y no se le ha dado ayuda de costa: siendo V. M. servido, se le pueden dar cuatrocientos ducados. Nuestro Señor la Sacra Católica Real persona de V. M. guarde con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos, como sus criados deseamos. En Guadalcanal, á veinte y uno de abril de mil quinientos cincuenta y ocho.- Humil criado de V, M. que sus reales pies y manos besa - Don Francisco de Mendoza.

Carta de don Francisco de Mendoza al señor don Felipe Segundo, dándole cuenta del estado de las minas.

Secretaría de Estado.- Correspondencia de la corona de Castilla, nº. 129.

21 de abril de 1558.

S. C. R. M.- A V. M. tengo escrito muchas veces, y á don Diego de Mendoza envié un poco de metal rico que se habia hallado en un lugar que se llama Galaroza, y que enviaba personas á buscar la mina de donde aquello podia salir, y yo iría asimismo á hacer la diligencia; yo fuí y descubrí la vena de donde aquel metal era, y para que V. M. pueda ser cierto dello, envío muestra de lo que se halló en él mismo pozo que se abrió de la vena; la regla de los mineros es tener por cierto que ahondándose un pozo donde se halla metal en el alto ha de responder en lo bajo; y es muy incierta esta ciencia, y las mas veces falta, y ansí yo no hago cuenta dello para que se piense que se ha de sacar provecho; mas es bastante para que se haga diligencia y con toda cuidado en ahondar y buscar por otras partes á la redonda hasta que se descubra metal, que si se topa en cantidad, yo digo á V. M. que será mucho mas rico que lo de Guadalcanal, y excusarse ha el fundir.
Otras minas se labran de que tengo buena esperanza: esta de Guadalcanal va buena, y ahora se ha sacado á razon de dos mil ducados por dia, como escribí á V. M.: tiene todo buen recaudo y orden: y porque los del consejo se informan muchas veces, y habran hecho relacion á V. M. de la plata que se lleva á Sevilla, yo no la doy en esta. Nuestro Señor la S. C. R. P. de V. M. guarde con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos como sus criados deseamos. En Guadalcanal á veinte y uno de abril de mil quinientos cincuenta y ocho.- Humil criado de V. M. que sus reales pies y manos besa –Don Francisco de Mendoza.

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Despues de escritas las dos cartas antecedentes, don Francisco de Mendoza partió de las minas á la corte, que aun permanecia en Valladolid, á dar razon personalmente del estado de la fábrica y negocios de ellas.
Con fecha 30 de mayo escribió al señor don Felipe Segundo desde Valladolid, dándole gracias por la merced que le habia hecho de la encomienda de Socuéllamos, que vacó por fallecimiento de su hermano don Iñigo, y le dice que todas las noticias que recibia de Guadalcanal contestaban la prosperidad de aquella fábrica.
Permaneció larga temporada en la corte, y en 17 de setiembre de este mismo año escribió al Rey la carta siguiente, en que le hace particular relacion del estado de los pozos de Guadalcanal: que lo de Galaroza no habia correspondido segun las muestras: que trataria de ensayar el beneficiar el metal con azogue como se hacia en Nueva España, &c. Dice asi.
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miércoles, 16 de junio de 2010

GUADALCANAL, PUEBLO VIVO - 2

Les hacemos llegar la segunda parte del vídeo "GUADALCANAL, PUEBLO VIVO", que con la colaboración de Guadalkanal Media, les venimos ofreciendo.

En este caso visitaremos el antiguo convento de San José de la Penitencia (Santa Clara) y asistiremos a la procesión del Cristo de la Humildad y la Virgen de la Paz.


VISITA INVESTIGADORAS DE NUESTRA HISTORIA


Muchas veces cuando vemos esos “tochos” de libros de historia, donde sus concienzudos autores han invertido media vida, pensamos que todo el trabajo ha sido realizado en polvorientos archivos, entre papeles de otras épocas.

Sin embargo, nuestras amigas Mª del Valle(1)y María de Gracia(2), nos han demostrado que para escribir esos libros, también hace falta realizar un trabajo de campo, que por lo que pudimos ver, también es agotador.

Están inmersas las dos hermanas, en un trabajo de la relación de la Orden de Santiago con Andalucía, en un proyecto sobre los edificios de esta Orden, y posiblemente con la publicación de un libro sobre el tema.


Habían contactado con el concejal de nuestro Ayuntamiento, Eduardo Cordobés, que en todo momento de la visita les acompañó y éste a la vez me invitó a acompañarles, ya que en la anterior visita de Mª de Gracia, en diciembre de 2008, fui yo el anfitrión.

Máquina fotográfica en una mano y la cinta métrica en la otra, se inició el recorrido de los diferentes lugares que querían visitar; la Almona, el templete de la Caridad, ermita de Guaditoca, iglesia de Santa Ana y la de San Sebastián, entre otros, fueron los lugares visitados.

Nos felicitaron al acabar la visita, por lo bien conservado que está el pueblo y los bonitos edificios que lo componen, haciendo hincapié a la conservación arquitectónica del casco urbano, que salvo alguna excepción, les pareció correcta.


Esperamos que puedan llevar a buen fin el proyecto sobre el que están trabajando y podamos leer el libro que prometen editar.

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(1) Mª del Valle Gómez de Terreros, es catedrática en la universidad de Huelva, en el Grupo de Investigación de Historia del Arte y Patrimonio. Es responsable de varios proyectos, entre ellos, el de Conservación y Restauración de la Arquitectura de las Órdenes Militares en Andalucía. Ha publicado varios libros: Arquitectura y Segunda República en Sevilla. Sevilla, España. Patronato del Real Alcázar de Sevilla. 2006. 461. ISBN: 84-96672-14-X; La Plaza de Toros de Sevilla. Historia de su Ininterrumpida Construcción, Antonio Gómez Millán (1883-1956), una Revisión de la Arquitectura Sevillana de su Tiempo. Igualmente ha colaborado en numerosos capítulos de libros que se han editado, así como publicaciones en Revistas, Conferencias, etc.

(2) María Gracia Gómez de Terreros, es profesora titular en la Universidad de Sevilla, dentro del departamento de Construcciones Arquitectónicas. Trabaja en varios proyectos de investigación. Ha publicado varios libros: Intervenciones en Dólmenes,1953-1964.proyectos y Obras de Félix Hernández Giménez: Dólmenes de Matarrubilla y Cueva de la Pastora (Valencia de la Concepción, Sevilla), Dolmen de Zancarrón de Soto (Trigueros, Huelva). Sevilla, España. Universidad de Sevilla. Secretariado de Publicaciones. 2005. 192. ISBN: 84-472-1030-8; Metodología de Estudio de la Alteración y Conservación de la Piedra Monumental. Sevilla. Universidad de Sevilla. 2000. 193. ISBN: 84-472-0593-2; así como colaboración en capítulos de libros, conferencias y congresos.

martes, 15 de junio de 2010

AGUA, AZUCARILLOS Y AGUARDIENTE A CÁDIZ


El próximo viernes día 18 de Junio a las 21:00 el Gran Teatro Falla de Cádiz abrirá sus puertas para la representación de la Zarzuela: "Agua Azucarillos y Aguardiente".

Será representada por más de 150 artistas locales de las Asociaciones Culturales de Guadalcanal, y dirigida por Francisco Javier Carrasco Jiménez director de la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca de Guadalcanal.

Desde este blog deseamos el mayor éxito en la representación de esta zarzula, como premio al trabajo realizado durante varios meses por todas estas personas, que sin ánimo de lucro, han sacrificado un tiempo de estar con la familia o los amigos, para que esto fuera posible.


lunes, 14 de junio de 2010

VICENTE AMIGO EN EL TEATRO DE LA MAESTRANZA


El Corre de Andalucía
13-06-2010

El guitarrista cordobés vuelve a la capital hispalense después de un paréntesis demasiado largo. Llega al Teatro de la Maestranza (miércoles 16 de junio, 20.30 h.) después de pasear por medio mundo su última creación, ‘Paseo de Gracia’.
El guitarrista Vicente Amigo presentará el próximo miércoles, en el Teatro de la Maestranza, su último disco, Paseo de Gracia, obra con la que anda girando estos días por el mundo después de superar una tendinitis y algún que otro problema como consecuencia de una caída, como la rotura de una uña, que para un guitarrista es como para un futbolista partirse el peroné. Lleva años sin tocar en Sevilla y le hace especial ilusión hacerlo en el Maestranza.
-¿Desde cuándo no toca en Sevilla Vicente Amigo?
-Hace ya años, pero me parece que hace un siglo. No se puede estar tanto tiempo sin tocar la guitarra en esta ciudad.
-Defina Sevilla.
-Es el centro, la historia, el movimiento de todo... Tierra Santa, je, je. Bueno, creo que no es fácil definirla.
-A Paco de Lucía le pone nervioso tocar en Sevilla...
-No me extraña. ¡Y a mí también! Sin desmerecer a otras ciudades, Sevilla es una tierra de genios, una ciudad donde se sabe mucho de flamenco, donde vas por la calle y en el escalón de una casa cualquiera puedes oír tocar a un artista anónimo y quedarte helado.
-Paco dijo que se te puede sentar en la primera fila el presidente de una peña flamenca y poner cara de que toca mejor que tú...
-Je, je, je. Son las cosas del maestro. Es verdad que le pone en tensión tocar en Sevilla. Nos pasa a todos.
-¿Tiene algo que decir sobre que se lo estén dando todo a Paco de Lucía y casi nada a Manolo Sanlúcar?
-Esta pregunta no se le hace a un amigo. ¡Qué quieres que te diga! En esto estoy como Pepe Pinto, con el corazón repartido entre dos amores. Si me encuentro a uno llorando, es que el otro lo ha ofendido. Manolo ha sido mi maestro, estuve viviendo con él y me enseñó lo indecible. Con él recorrí el mundo y aprendí no sólo de guitarra, sino de miles de cosas más. Y Paco, aunque no me haya enseñado personalmente, es mi otra gran referencia.
-Tiene que pringarse.
-Paco se lo merece todo, y me alegro por todos esos reconocimientos que le están dando. Y Manolo se merece los que le han dado ya, que son muchos, y los que quedan por venir. Hasta ahí puedo llegar.
-¿Qué le parece la campaña que está llevando a cabo la Junta para que la UNESCO declare el flamenco como Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Humanidad?
-Me parece estupendo, siempre y cuando sea algo bueno para el flamenco y los artistas. Y creo que lo es.
-Hay quienes dicen que no tiene sentido pedir ese reconocimiento, porque el flamenco goza de buena salud y ha conquistado el mundo...
-También llevan razón. De todas las maneras, siempre voy a estar a favor de todo lo que haga crecer al flamenco. No creo que este reconocimiento, si al final se le concede, sea malo para nosotros.
-Vicente Amigo forma parte de una generación de guitarristas que ya ha hecho historia. ¿Cómo ve la siguiente, la que se está formando ahora?
-No lo digo por quedar bien. Estoy convencido de que la generación de ahora, la que sigue a la mía, la de Riqueni, Gerardo, el Tomate..., es estupenda y nos va a dar grandes satisfacciones.
-¿Se atreve a dar nombres?
-Es complicado, por los olvidos -acabo de llegar de Eslovenia-, pero ahí están Antonio Rey, Daniel Méndez, Diego del Morao, Niño Josele... Mientras estén ahí las mujeres andaluzas, que paren lo que paren, esto no se acaba. Siempre hay quienes piensan que ya no hay nada, pero ahí están los jóvenes para dejarlos sin argumentos.
-¿En qué anda ahora metido?
-Estoy en plena gira con Paseo de Gracia, y eso me ocupa todo el tiempo. Pero en la cabeza de los músicos siempre está la luz encendida, aunque sea de día. No paro de pensar en nuevas ideas, y van saliendo algunas.
-¿Algún adelanto?
-De momento, nada. No hay nada concretado.
-¿Está reñido con la Bienal o la Bienal con usted?
-Ni mucho menos. El concierto del Maestranza está firmado desde hace tiempo y eso me hubiera impedido estar. La Bienal siempre está ahí.
-Suponemos que al concierto del miércoles no vendrá nadie de los que colaboran en Paseo de Gracia: Enrique y Estrella Morente, Alejandro Sanz, Niña Pastori...
-Naturalmente. Es imposible. Estaré acompañado por mis músicos, los que giran conmigo. O sea, Rafael de Utrera, Miguel Ortega, Patricio Cámara, Pakito González, José Manuel Hierro, Alexis Lefevre...
-¿Espera buena respuesta del público?
-Por supuesto. Por lo general, los que van a mis conciertos son seguidores, y entonces no hay problemas. Supongo que el teatro tendrá un buen ambiente y que todo saldrá bien. Eso espero.

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 206


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Y porque esta es materia en que asi por razon del interese grande, como por no estar ni por leyes ni por ordenanzas particulares en este reino determinados muchos casos y cosas en que podria haber duda, habria pleitos y diferencias si no se ordenare, entiéndese que V.M. ha de mandar hacer particulares ordenanzas de minas, en las cuales se determine todo lo que paresciere conveniente, asi en lo del registro y descubrimiento, como el límite y término que la mina descubierta ha de tener, declarando á cuentos pasos y espacio no puede otro cavar ni hacer pozos, y la forma y modo en el beneficiar, y otras cosas tocantes á esta materia.
Y en las dichas ordenanzas se dará la orden que se debe tener para lo que toca á la parte de V.M., y el recado y razon y oficiales que ha de haber para excusar fraudes y tambien molestias: estas se harán acá remitiéndolo V.M., y habiendo tomado resolucion, y se ordenará la ley como convenga, y se enviará con el primero. Nuestro Señor la muy alta y muy poderosa persona de V.M. guarde con acrescentamiento de mas reinos y señoríos.- De Valladolid á cinco de abril de mil quinientos cincuenta y ocho.- Besa las manos de V.A.- La Princesa.

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NOTA. Considerada detenidamente la sustancia del despacho Real antecedente, parece que ni en el dia, en que tan adelantadas corren las ideas en todos los ramos de la economía politica, podrian presentarse otras mas luminosas y exactas en la materia.

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Carta de don Francisco de Mendoza á la señora Princesa gobernadora, dándole cuenta de la calidad del metal hallado en Galaroza, y de otros asuntos de las minas.

Secretaría de hacienda, núm. 34.

21 de abril de 1558

Sacra Católica Real Magestad.- La carta que V.M. me mandó escribir á tres deste mes de abril, recebí á los diez y ocho del mismo.
Yo fui á Galaroza como V.M. me mandó, y hallóse la vena del metal de que envié el ensaye, y della se sacó dos o tres pedazos de metal de que he hecho hacer ensaye, y acude á ciento diez y nueve marcos, y para que V.M. lo mande, si fuera servido, tornar á ensayar envío parte de un pedazo. A los que fueron conmigo, que eran bien pláticos, y á mí nos pareció bien la vena, y que habiendo mostrado metal tan rico en los alto, era justo ahondarla, y asi se hace con mucha diligencia: y en otra parte desviada se labra otra mina, y no se dejará de ahondar todo lo que convenga, porque cualquiera particular hiciera lo mismo y gastara su dinero en ello, y cierto no hiciera otro tanto. Ví otras minas en aquella comarca, y ninguna me pareció buena.
Visite las de Trecena, y dejé orden que se labrasen en cuatro ó cinco minas en cada una dellas un pozo, porque son de las que tienen mas muestra de metal.
Asimismo visité lo de Cazalla, y mandé que se tornasen á ahondar dos minas que se labraban la otra vez que aquí estuve, que me parecerieron buenas; y los que entienden deste oficio dicen que es razon hacer cualquiera gasto en ellas, y si en estas y la de Galaroza no responden bien, de mala gana haré labrar otras.
Esta mina de Guadalcanal vá de la manera que he escrito á V.M. otras veces; en este mes de abril se cumplirá á nueve mil marcos, aunque la semana santa y pascua ha estorbado muchos dias; ahora se llevan cuatro y setenta y cinco marcos. El mes que viene me parece que se sacarán diez mil: esta fábrica va bien enhilada, y hay personas que sirven con gran voluntad y lo entienden.
El pozo de la Traviesa es el que da metal de que se hace la hacienda; el pozo Rico lleva muy poco; otros se labran en la misma vena, y en todos con gran diligencia, y conviene que se labren los otros aunque no dén metal, porque lo haya cuando estotros aflojaren; y á esta causa y con las minas que se labran fuera deste término se gastan mas de los cinco mil ducados por una vez, que con lo que agora se ha proveido tengo por cierto que para adelante se excusará de mucha costa; y aunque si se dejasen de ahondar pozos para no gastar dineros, sobraban, no he lo osado hacer, porque me parece que sería mal hecho.

RESOLUCIÓN “Que se proveerá.”

Dice V.M. que yo escribí que el contador no puso en la relacion de los gastos que envió la greta que se gastaba, y otros gastos que yo hacia fuera desta fábrica y de otros pozos nuevos que se labraban, que yo asi se particularmente de lo que montará para que se provea; en esta escribo las minas que se labran fuera desta, y ofrécense cosas nuevas, de manera que no puede hombre tener cuenta cierta de lo que será; de greta se gastarán cada dia que se funde diez quintales, que en plomo ha costado en Cádiz á veinte y cuatro y veinte y cinco reales el quintal.
Dice V. M. que se cuentan las cinco libranzas qué se me han enviado, con una que se dió á veinte y cinco de agosto: como yo estaba en esa corte y la libranza no hablaba conmigo, entendí que no era á mi cuenta.
Sancho de Paz llegó ha dias, ha comenzado á tomar los libros para proseguir la cuenta como V. M. le ha mandado.
El tesorero Anuncibay llegó antes de la semana santa y sa su oficio.
El contador Gaspar de Avila ha dias que me escribió que vendria á diez de este mes: no ha llegado, y no se si ha recaido.
El veedor Melgosa me ha escrito que vendrá muy presto.

domingo, 13 de junio de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 205


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Capitulo de carta de la señora Princesa gobernadora, á su hermano el señor Rey don Felipe Segundo, acerca de los partidos que podrian tomarse con los halladores de minas.
DESCIFRADO

Secretaría de Estado.- Correspondencia de la Corona de Castilla, núm. 129

5 de abril de 1558

En el negocio de las minas se ha escrito á V.M. la resolucion que se habia tomado por las personas que para esto fueron nombrados, cerca del tomar V.M. y resumir en su patrimonio todas las minas de oro y plata, y azoque, sin embargo de las mercedes; y la orden y medio que para hacer esto convenia tenerse; y que en cuanto á la parte que se señalaba á los halladores y beneficiadores y á lo demas que se debia ordenar, se habia comunicado con don Francisco de Mendoza, cuyo parecer venido, se acabaría todo de resolver y se consultaria á V.M. Don Francisco envió su parecer cuya copia vá con ésta, y habiéndose por los del consejo de hacienda y las personas que con ellas se juntaron platicado largamente, ha parescido lo siguiente.
Que para que se beneficien y descubran muchas minas, que es lo que al servicio de V.M. y beneficio público del reino importa, y para que se encarguen desto y entren en este negocio personas ricas y de caudal, conviene que en lo de la parte que se ha de señalar á los tales halladores y beneficiadores haya larguesa y seguriad, según que antes ha á V.M. advertido: que siendo el interese grande, y estando asegurados, se debe esperar que habrá muchos, y de caudal que entiendan en el descubrimiento y beneficio de las minas: y esto se tiene por todos por fundamento y presupuesto muy conveniente en esta materia.
Que en esta parte que se hubiere de señalar á los tales descubridores y beneficiadores no se debe hacer diferencia para que sea mas ó menos por la riqueza ó pobreza de los metales y minas, ni haber distinción si es de tantos marcos que dé tanto, y si es de mas que se dé mas, como se contiene en el parescer de don Francisco, porque esto paresce sería confusion y ocasión de fraudes y molestias, y se entraría con recelo en negocio donde hubiese estas ocasiones, y que será mas llano y mas seguro que la parte sea una, y uniforme en todos, y asi en las leyes antiguas deste reino y de los emperadores y en las Indias, y en otras partes, nunca se ha hecho ni hace la tal distinción, y es de creer que les ocurrió esto mismo, y tuvieron por mas conveniente no hacer tal diferencia.
Que, presupuesto que la parte haya de ser una y uniforme en todos, conforme á lo dicho en el precedente capítulo, pero paresce que conviene que haya límite, de manera que el interese y ganancia no viniese á ser excesiva en esta manera; son algunos de parescer que se les debia dar á los descubridores y beneficiadores la mitad, sacadas costas del monton, con que cuando hubiere habído de provecho de la tal mina hasta cien mil ducados, procediendo adelante la mina, no haya mas del tercio, y que habiendo habido el tal descubridor ó descubridores hasta doscientos mil ducados de provecho, de allí adelante no haya sino el quinto, en el cual término quede, aunque dure y pase adelante á cualquiera ganancia: otros son de parecer que esta parte que han de haber los beneficiadores y descubridores sea el tercio, y que habiendo el provecho de los cien mil ducados de allí hasta doscientos mil sea el quinto, y pasando de doscientos sea el quinto para adelante en la manera dicha: otros ponen mas corto este límite del tercio, que cuando llegue hasta sesenta mil el interes sea el cuarto y asi se disminuya el quinto cuando llegue hasta otro tanto; a á otros les paresce que en llegando el interese que uno llevase á cien mil ducados, dende en adelante no lleva cosa ninguna: á otros les paresce que sea uniforme á todos tiempos y á todas minas el quinto, sin hacer disticion ni poner límite. Entre estas opiniones en la que mas conforma y concuerda el consejo, es con la del tercio con el dicho límite de hasta cien mil, y dende hastas doscientos mil el cuarto, y después el quinto. En la parte que xxxxxxxxxx de dar ó en alguna de las dichas formas ó en xxxxxxxxxxxxxxx parezca a V.M. se debe (final pág. 548 del original) señalar por ley ó provision general, y no hacerse asientos particulares con los descubridores, porque allende que se podria mal entender en los principios lo que convenia, y que sería dar lugar á negociaciones, conviene en esta materia exculpar el trabajo, y costa, y otros embarazos de haber de venir á la Corte á concertarse, y que haya facultad libra y cierta para que mas generalmente las gentes traten de descubrir y beneficiar.
Y, prespuesto que V.M. no se puede ni conviene encargarse de beneficiar todas las minas, el principal fruto y efecto deste negocio consiste en que se labren y beneficien, y no que solo se descubran; y asi la parte que está dicho se ha de dar, se entiende á los que descubrieren y beneficiaren, dándoles facultad para que asi lo puedan hacer, y no se entiende que por solo descubrir han de haber la dicha parte, y para este efecto de labrarse y beneficiarse, se ha de dar de parte de V.M. todo favor y ayuda á los particulares con privilegios y facultades, y con otras cosas por otros medios que justamente puedan ser favorecidos.
Y como quiera que algunas minas podrian ser tales, que conviniera que V.M. las mandase beneficiar y labrar en su nombre; pero esto no se debe proponer, porque sería hacer recelo y sospecha; cuando el caso ocurriere, se podrá ver con justificación que convenga hacer.

jueves, 10 de junio de 2010

CALICANTOS DE ANDRÉS MIRÓN

Nuestro amigo José Miguel García, nos envía esta fotografía, donde un orondo fotógrafo –en este caso yo- saca una instantánea, de algo que está en la casa frente al antiguo Hospital de los Milagros. No sólo el fotógrafo, el resto de personas que acompañan a la Custodia, fijan su mirada en la fachada de la Casa Rectoral.


En la segunda fotografía, podemos ver el objeto de las miradas, que no es otro, que uno de los Calicantos de Andrés Mirón, que el Ayuntamiento ha puesto, por diferentes lugares de Guadalcanal.

Terminada la procesión, cuando seleccionaba las fotografías para el reportaje que apareció en este blog el domingo pasado, me fijé detenidamente en el Calicanto que había fotografiado, y quedé sorprendido, cuando veo que corresponde al Hospital de la Caridad.

Trasladado al lugar donde estuvo este antiguo hospital (actual ambulatorio médico) veo que aquí existe otro Calicanto, en este caso, dedicado a una antigua sepultura de la iglesia de Santa María.

Nos hemos dado una vuelta por Guadalcanal para ver todos los Calicantos, y esto es lo que nos hemos encontrado:
El titulado Inicial, aparece puesto en una casa de Coso Bajo.


El titulado El Coso, en la pared de un pozo en la calle Coso Alto. Por nuestra parte, pensamos que el lugar más adecuado hubiera sido a la entrada del paseo de El Coso

El correspondiente a Tres Picos en la calle del mismo nombre. En este caso, Andrés Mirón lo nombra Tres Picos por el nuevo barrio, ya que ahí vivió en la primera casa piloto que se hizo y en aquél erial en donde ponían el poleo a secar en aquella época.


El de la Morería, está puesto en la calle del mismo nombre, pero si hubieran leído el Calicanto, seguro que lo hubieran puesto en la misma calle, pero junto a la calle Moro.

















En la iglesia de Santa Ana, han puesto dos juntos, en los soportales. El titulado Santa Ana, estamos de acuerdo con el lugar escogido, sin embargo el de la Sepultura de Santa Ana, tendría que haber estado en la puerta contraria, ya que la sepultura de referencia, estaba a la entrada en el suelo.

Sin duda, los que mejor han quedado, han sido los del Convento del Espíritu Santo y el Callejón del Convento. Además de que están puestos donde tenían que estar, le han hecho un bonito marco que resalta el Calicanto.
































. . ............... Subiendo por el camino del Cristo, hemos encontrado dos Calicantos puestos en el mismo depósito del agua. Uno corresponde al del Cristo, que sólo subiendo cien metros se podría haber puesto junto a la Ermita. El otro, corresponde al Monforte. Ignoramos que relación tiene este camino con el famoso cerro.



En el callejón de la Cava, nos encontramos el dedicado a la Cava, que leyéndolo, parece que fue escrito ayer, cuando habla de las cocheras, que prácticamente ocupan toda la calle.


Bajando, nos encontramos el ya indicado al principio del Hospital de la Caridad, adosado a la Casa Rectoral, antiguo palacio del Marqués de San Antonio. Si el objetivo era realizar un recorrido cultural para turistas, mal lo va a tener el guía, cuando tenga que explicar que aunque pone Hospital de la Caridad, realmente es el antiguo palacio del marqués de San Antonio.

En el ambulatorio, como dijimos, se encuentra el Calicanto de la Sepultura de Santa María, cuando en realidad el edificio actual está construido sobre lo que fue el Hospital de la Caridad.

Adosado a la fachada del Ayuntamiento nos encontramos el correspondiente a la Torre de Santa María, que naturalmente tendría que haber estado puesto en cualquier parte de la fachada de la iglesia, que está junto a la torre.



También en la fachada del Ayuntamiento podemos ver el dedicado a Plaza Mayor. Nos parece el sitio correcto para este Calicanto.
Correcto también nos parece el lugar escogido para poner el de la Almona



Igualmente, el correspondiente a la iglesia de San Sebastián.


De acuerdo también con el instalado en el antiguo Convento de la Concepción.

En la fachada de la Casa de la Cultura, han instalado el de Final, que nos parece un buen lugar.


No así el correspondiente a Casa de los Ortega, que el albañil ha colocado en una fachada ruinosa de la calle Ortega Valencia, cuando de ninguna forma se refería Andrés Mirón a este Ortega, en su Calicanto.





La casa de los Ortega es la que aparece en esta otra fotografía, donde aun se conserva el escudo nobiliario, que también podemos ver en la ermita de Guaditoca y en la capilla de los Ortega de la iglesia de Santa María, ahora ocupada por la Hermandad de la Veracruz y Soledad y Santo Entierro.




















Por último nos queda el de el paseo de El Palacio. Si desde el principio que vimos el lugar elegido no nos gustó, ahora parece de juzgado de guardia. Resulta que fue instalado en el kiosco de bebidas que existe en la parte baja del paseo, en un lugar que presumíamos de difícil acceso, ya que durante el verano era el lugar de almacenar las mesas, sillas y cajas vacías. Resulta que la realidad ha superado con mucho a lo que imaginábamos, ahora para poder verlos, habrá que subirse sobre las sillas y mirad por los dos huecos que han dejado en la parte superior, como podemos ver en la fotografía.









Es una pena, que aquella idea lanzada en su día por Pedro Porras, de poner los Calicantos por las calles de Guadalcanal, recordada en varias ocasiones por Pepe Álvarez y plasmadas en estos azulejos por Fernando Díaz Mirón, quede deslucida por estos errores de ubicación.