Esta mañana, cuando iba a comprar el periódico, al mirar el panel luminoso que el Ayuntamiento ha puesto en pleno casco urbano, declarado de interés cultural, me encuentro con lo que ustedes pueden ver en la fotografía adjunta. Están tirando el puesto de los jeringos de Trini.
No sabemos cuantos años llevaba en este lugar, pero apostamos que más de cincuenta. Este puesto, junto con los otros dos que pueden ver en esta otra fotografía de mediados de los años cincuenta del pasado siglo, era lo que quedaba del antiguo mercado de abastos, que fue derruido cuando se habilitó la antigua iglesia de San Sebastián como nuevo mercado, en el año 1952.
De los tres puestos, el único que ha mantenido el mismo uso, ha sido este de Trini y el Calé, aunque ahora lo lleva su hija Trini y su marido José María. El del centro, fue pescadería, carbonería, zapatería… y el tercero, como podemos ver en la fotografía, fue entre otras cosas, kiosco de revistas, regentado por la familia de Rafael Caballero (Rajamanta).
De todas formas, quiero tranquilizar a nuestros lectores, porque podrán seguir degustando y disfrutando los jeringos de Trini, ya que sólo se van a realizar unas obras de mejoras en el mismo.
1 comentario:
Aparte las visitas al Archivo Municipal y a los amigos, unos de los alientes en mis frecuentes visitas a Guadalcanal consistía en degustar los churros de Trini y el café de la Puntilla. Menos mal que quedan los amigos, el Archivo, la Puntilla y el magnífico verano guadalcanalense
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