Manuel Maldonado Fernández
No
disponemos del documento correspondiente al sorteo de las parcelas referidas en
Guadalcanal, aunque sí tenemos la oportuna constatación documental en los casos
de Reina y Casas de Reina. Sin embargo, por el Interrogatorio de 1802[1]
comprobamos que las medidas tomadas por los ilustrados, incluida la denominada
desamortización de Godoy, cambió sensiblemente la propiedad, distribución y uso
de la tierra del término de Guadalcanal, alcanzando ahora la propiedad privada
unas 8.000 fanegas de las 27.500 que declaraban para todo el término, asunto
importante de destacar, pues, 50 años antes y
según los datos del Catastro, la propiedad privada estaba representada por
escasamente 1.500 fgas., una buena parte de ellas en manos de los conventos
femeninos locales[2].
Por este último interrogatorio, sabemos que en
Guadalcanal se repartieron, entre otras, unas 1.100 fanegas para el cultivo de
la vid y el olivo en el baldío de
Malcocinado y en las sierras del
Viento, del Agua y de la Jayona ,
reparto por sorteo que debió ser equitativo entre los vecinos censados como
agricultores, ganaderos o empleados en las tareas agropecuarias[3].
Pues bien, enlazando ya con el asunto que más nos ocupa,
entendemos que el asentamiento o aldea de Malcocinado tomó cuerpo definitivo a
raíz de estas disposiciones ilustradas, pues desde entonces su vecindario
creció vertiginosamente, precisamente acogiendo a familias procedentes de
Guadalcanal, tomando desde entonces el baldío cuerpo de aldea; es decir, un
asentamiento sin término ni jurisdicción, que quedó administrado desde la villa
matriz. Así, según datos recogidos del archivo municipal de Guadalcanal, la
evolución del número de vecinos en la villa y su baldío-aldea responde a las
cifras que siguen:
- En 1724 existían 656 unidades familiares registradas
en Guadalcanal, de las cuales 651 moraban en la villa y 5 en el baldío y caserío
de Malcocinado[4].
- En 1752, siguiendo una de las respuestas al Catastro
de Ensenada, de los 1.050 vecinos o unidades familiares registradas, 1.042
moraban en la villa y 8 en Malcocinado.
- En 1791, según otra de las respuestas al
Interrogatorio de la
Real Audiencia de Extremadura, 988 vecinos moraban en la
villa y 48 en el ya importante caserío instalado en Malcocinado[5].
Por lo tanto, observamos un asentamiento espectacular de
vecinos de Guadalcanal en el baldío de Malcocinado, pasando en algo menos de 40
años de acoger 8 unidades familiares a 48, todas procedentes de Guadalcanal
tras el reparto y sorteo de tierras citado, circunstancia que propicio la
separación de familias en primer grado, quedando una parte en la villa y otra
en el baldío-aldea.
Llegado a este punto, y antes de abordar las
circunstancias que debieron mediar para la definitiva segregación de
Malcocinado, hemos de afrontar dos cuestiones importantes que, a nuestro
entender, explican el motivo de dicha separación. Me refiero, por una parte, a
las tempranas desavenencias que surgieron entre los moradores de la villa y los
de su ya aldea; por la otra, a las consecuencias derivadas de la división
provincial propuesta por Javier de Burgos (1833), que definitivamente concluyó
con la separación de Guadalcanal de Extremadura y su incorporación a Andalucía,
siguiéndole Malcocinado en esta nueva situación administrativa.
Sobre las desavenencias citadas, éstas ya surgieron a
finales del XVIII, precisamente a cuenta de los cerramientos de fincas llevadas
a cabo en Malcocinado, circunstancia mal vista por algunos importantes ganaderos
de la villa. Según hemos podido constatar en documentos de la época custodiados
en el Archivo Municipal de Guadalcanal, los enfrentamientos entre los vecinos
de uno y otro asentamiento del mismo pueblo fueron frecuentes, quejándose los
de la aldea de tratos vejatorios, como, por ejemplo, cuando reclamaban más
atención espiritual por parte de los párrocos de la villa, que ni querían
desplazarse a la aldea ni tampoco que en la misma se instituyese una parroquia.
Se quejaban igualmente de la insuficiente atención sanitaria y educativa.
[1] AMG, leg. 125.
[2] Conviene aclarar que la superficie del término se
estimó a la baja. En efecto, siguiendo datos más precisos su superficie actual
es de unas 42.100 fanegas, es
decir, 27.801
hectáreas , a las que habría que sumar las que hoy
pertenecen a Malcocinado.
[3] En estas decisiones radica el origen del olivar en
Guadalcanal y Malcocinado. En 1752 sólo se dedicaban a este cultivo unas 200
fanegas, pese a que ya el maestre Alonso de Cárdenas defendiera su cultivo y
que igualmente el emperador Carlos V se mostrase partidario del mismo. Según se
desprende del interrogatorio de 1802, los guadalcanalenses encontraron un gran
beneficio con el cultivo del olivar en los parajes referidos, por lo que
seguían pidiendo tierras con esta finalidad.
[4] Especialistas en
esta cuestión, estiman que por cada unidad familiar hemos de considerar 3.7 almas o habitantes.
[5] Más adelante, una vez independizada la aldea
de Malcocinado de la villa de Guadalcanal y tras su incorporación a partir del
12 de abril de 1842 a
la provincia de Badajoz, en una relación de vecindario de los pueblos del
partido de Llerena aparece Malcocinado con 468 habitantes, equivalentes a 134
vecinos o unidades familiares
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