martes, 22 de abril de 2014

ROMANCE DE LA MAR AUSTRIAL (1 de 10)

 
Un Episodio Guadalcanalense
  
El primer relato de la aventura de Pedro Ortega Valencia en su descubrimiento de las Islas Salomón lo escribí en verso. Se trata del Romance de la Mar Austrial, un modesto texto que trata de emular, en vano, a las grandes epopeyas en verso de nuestra literatura, como La araucana, de Alonso de Ercilla. Fue escrito en 1995 y se publicó en una edición no venial, regalo de Sebastián Enseñat (qepd) y el Rotary Club de Madrid. Fue un regalo de boda. Un hermoso regalo. Vaya desde aquí mi gratitud eterna a Sebastián y sus amigos rotarios. En el libro se incluían otros poemas y fue prologado por nuestro paisano Andrés Mirón (qepd). Mi eterno agradecimiento también a nuestro gran poeta. Dada la escasa tirada de aquella edición, he decidido recuperar el Romance de la Mar Austrial como uno más de los Episodios Guadalcanalenses, en cuya escritura estoy inmerso. Creo que con su inclusión en dicho ciclo narrativo, se completa el fresco de las aventuras, desventuras y tribulaciones de los naturales de Guadalcanal en el descubrimiento, conquista y colonización del Nuevo Mundo durante ese convulso y fascinante Siglo XVI. Como todo el mundo sabe, el viaje de Ortega a las Salomón se ha tratado de manera extensa en La lluvia infinita, de la que estoy preparando una nueva edición corregida, completada y actualizada. Pero me parece más oportuna la inclusión de este Romance de la Mar Austrial en los Episodios Guadalcanalenses que en la segunda edición de La lluvia infinita.
Debo hacer tres advertencias previas. La primera es que pese a que el poema está narrado en primera persona por el propio Ortega Valencia, se trata de una obra de ficción absoluta. Ha salido, para bien o para mal, de mi pluma. La escasa destreza, poética y narrativa, sólo a mí se debe. A nadie más.
La otra advertencia es sobre el lenguaje utilizado. El texto se elaboró tratando de imitar un legajo de la época, con lo que la ortografía empleada es muy parecida a la de cualquier documento del siglo XVI. En su momento se escribió así. Y así he querido que permaneciera, ya que a mi juicio le concede frescura al texto y no entorpece para nada su lectura y comprensión. También he mantenido el texto libre de la acentuación ortográfica pues sé que el lector sabrá darle el ritmo adecuado a los versos. Sí me ha parecido oportuno incluir algunas notas a pie de página para dar mayor claridad a la narración.
Sí se han modificado, y ésta es la última advertencia, algunos datos o nombres con respecto al original publicado en 1996. Se ha hecho a la luz de nuevos datos y descubrimientos, para darle a la historia todo el rigor histórico posible. Algún verso se ha corregido al descubrirse algún error métrico, pero han sido apenas un par de ellos. No cambian para nada el sentido del relato. Pero quiero advertirlo para que aquellos que hayan leído el texto de la primera edición lo puedan tener presente. 

JESÚS RUBIO
Olías del Rey, Toledo  abril de 2014


ROMANCE DE LA MAR AUSTRIAL

A Luis y María Jesús, marineros de interior

LAS ESTRELLAS QUEN LA NOCHE
iluminan el gran cielo
de ser voluble cualquiera
no han de ser obra de anelo
sino guias que Dios hiço
por mostrar con haz certero
la luz al rei don Felipe
y a los suios marineros;
ansi fray Francisco Galbes [1]
de san Francisco su sierbo [2]
mostrava a los nuestros oídos
qual era el mandato nuevo:
marchar juntos a tierras
al sur de aqueste emisferio
a poco mas de mil leguas
navegando a mar abierto;
ansi dijo fray Francisco
al pie de reçios veleros
el uno los Rreies [3] nombrado
y el los Sanctos [4] mas ligero;
ansi nos dezia en Lima
en Callao el mismo puerto
del virreyno del Piru
joya del imperio nuestro;
mas la jente reclutada
 mui poco pensara en esto,
nadie en el armada aviada
nadie solo el poco cuerdo,
en oro menos pensara
quen  ganarse el mismo cielo
quello solo se recuerda
con el bolso bien repleto,
pues Sarmiento [5] de voz breve
havlo del descubrimiento
que avria de hacernos todos
mas ricos quel mesmo Creso [6]
pues en Ofyr [7] y otras tierras

avia riquezas sin cuento
plata, seda, oro y perlas
con que tornásemos llenos.





[1] Uno de los religiosos de la expedición.
[2] Quiere decir que es fraile franciscano.
[3] La nao capitana. La mandaba Álvaro de Mendaña, jefe de la expedición
[4] Nao almiranta.
[5] Pedro Sarmiento de Gamboa, cosmógrafo de la expedición y alma mater de la misma.
[6] Rey lidio famoso por sus riquezas, según Heródoto.
[7] Legendaria tierra de donde se supone que le llegaban las riquezas al rey Salomón.

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