Un Episodio Guadalcanalense
El primer relato de la
aventura de Pedro Ortega Valencia en su descubrimiento de las Islas Salomón
lo escribí en verso. Se trata del Romance
de la Mar Austrial ,
un modesto texto que trata de emular, en vano, a las grandes epopeyas en verso
de nuestra literatura, como La araucana,
de Alonso
de Ercilla. Fue escrito en 1995 y se publicó en una edición no
venial, regalo de Sebastián Enseñat (qepd) y el Rotary Club de
Madrid. Fue un regalo de boda. Un hermoso regalo. Vaya desde aquí mi gratitud
eterna a Sebastián y sus amigos rotarios. En el libro se incluían otros poemas y fue
prologado por nuestro paisano Andrés Mirón (qepd). Mi eterno
agradecimiento también a nuestro gran poeta. Dada la escasa tirada de aquella
edición, he decidido recuperar el Romance
de la Mar Austrial
como uno más de los Episodios
Guadalcanalenses, en cuya escritura estoy inmerso. Creo que con su
inclusión en dicho ciclo narrativo, se completa el fresco de las aventuras,
desventuras y tribulaciones de los naturales de Guadalcanal en el
descubrimiento, conquista y colonización del Nuevo Mundo durante ese convulso y
fascinante Siglo XVI. Como todo el mundo sabe, el viaje de Ortega a las Salomón
se ha tratado de manera extensa en La lluvia
infinita, de la que estoy preparando una nueva edición corregida,
completada y actualizada. Pero me parece más oportuna la inclusión de este Romance de la Mar Austrial en
los Episodios Guadalcanalenses que en
la segunda edición de La lluvia infinita.
Debo hacer tres
advertencias previas. La primera es que pese a que el poema está narrado en
primera persona por el propio Ortega Valencia, se trata de una obra de ficción
absoluta. Ha salido, para bien o para mal, de mi pluma. La escasa destreza,
poética y narrativa, sólo a mí se debe. A nadie más.
La otra advertencia es
sobre el lenguaje utilizado. El texto se elaboró tratando de imitar un legajo
de la época, con lo que la ortografía empleada es muy parecida a la de
cualquier documento del siglo XVI. En su momento se escribió así. Y así he
querido que permaneciera, ya que a mi juicio le concede frescura al texto y no
entorpece para nada su lectura y comprensión. También he mantenido el texto
libre de la acentuación ortográfica pues sé que el lector sabrá darle el ritmo
adecuado a los versos. Sí me ha parecido oportuno incluir algunas notas a pie
de página para dar mayor claridad a la narración.
Sí se han modificado, y
ésta es la última advertencia, algunos datos o nombres con respecto al original
publicado en 1996. Se ha hecho a la luz de nuevos datos y descubrimientos, para
darle a la historia todo el rigor histórico posible. Algún verso se ha
corregido al descubrirse algún error métrico, pero han sido apenas un par de
ellos. No cambian para nada el sentido del relato. Pero quiero advertirlo para
que aquellos que hayan leído el texto de la primera edición lo puedan tener
presente.
JESÚS
RUBIO
Olías
del Rey, Toledo abril de 2014
ROMANCE DE LA MAR AUSTRIAL
A
Luis y María Jesús, marineros de interior
I
LAS ESTRELLAS QUEN LA NOCHE
iluminan el gran cielo
de ser voluble cualquiera
no han de ser obra de anelo
sino guias que Dios hiço
por mostrar con haz certero
la luz al rei don Felipe
y a los suios marineros;
ansi fray Francisco Galbes [1]
de san Francisco su sierbo [2]
mostrava a los nuestros oídos
qual era el mandato nuevo:
marchar juntos a tierras
al sur de aqueste emisferio
a poco mas de mil leguas
navegando a mar abierto;
ansi dijo fray Francisco
al pie de reçios veleros
el uno los Rreies [3] nombrado
y el los Sanctos [4] mas ligero;
ansi nos dezia en Lima
en Callao el mismo puerto
del virreyno del Piru
joya del imperio nuestro;
mas la jente reclutada
mui poco pensara
en esto,
nadie en el armada aviada
nadie solo el poco cuerdo,
en oro menos pensara
quen ganarse el
mismo cielo
quello solo se recuerda
con el bolso bien repleto,
pues Sarmiento [5] de voz breve
havlo del descubrimiento
que avria de hacernos todos
mas ricos quel mesmo Creso [6]
pues en Ofyr [7] y otras tierras
avia riquezas sin cuento
plata, seda, oro y perlas
con que tornásemos llenos.
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