Por José Mª Álvarez Blanco
Si bien recordaba de niño haber oído en
el pueblo el dicho: "anda que eres más
malo que Rabazo”, no fue hasta hace cinco años cuando me enteré quien fue
el tal Rabazo y tuve información bastante detallada del ominoso crimen que cometió
el 1 de julio de 1921. El ciudadano en cuestión tuvo como nombre civil Antonio
Martínez Hernández, y tras ser condenado a muerte, fue ejecutado por garrote vil
en Sevilla el 7 de febrero de 1924.
Como de esta página de la crónica negra
de Guadalcanal no había una narración reciente animé a mi buen amigo, el
guadalcanalense consorte Eleuterio Díaz López, a que hiciera una investigación
en las hemerotecas españolas y documentara tanto el crimen como los avatares,
que concluyeron con la ejecución del reo. Fue tanta y tan exhaustiva la documentción
recuperada que le sugerí que plasmara el resultado en un artículo para la Revista de Feria de aquel
año 2007. Mi
sugerencia fue atendida, rebasando tanto en longitud como en calidad todas las
expectativas, como puede comprobar el lector en las páginas 49 a 67 de dicha Revista donde
se encuentra el trabajo titulado: "Una
página negra de la historia de Guadalcanal. El triple asesinato de Antonio
Martínez Hernández, (a) El Rabazo". El crimen y la ejecución tuvo
mucha repercusión mediática, incluidas peticiones de indulto al Rey Alfonso
XIII y al Papa Pío XI como puede verse en el artículo ampliamente ilustrado con
fotografías.
Sin embargo, a juzgar por las noticias
que adjunto publicadas en un importante periódico de Madrid, que estuvo en
contacto con sus lectores entre 1859 y 1925, los guadalcanalenses debían de
estar ya curados de espanto, pues unos años antes - no podemos precisar la fecha
exacta - había ocurrido
el macabro suceso en el que un
gualdalcanalense, en compañia de varios amigos entre ellos el sepulturero de la
villa mató a su hermano, para robarle 40 duros; y que según la información
aportada no fue descubierto hasta finales de Octubre de 1911, con el macabro
hallazgo del dedo.
Como observará el atento lector entre
las dos noticias reproducidas en el mismo diario, separadas por nueve días, hay
ciertas diferencias que dejan poco claro algunos aspectos. De la primera parece
deducirse que los autores del crimen fueron tres: Manuel Romero, hermano del
asesinado de nombre Francisco, el quincallero conocido como Paco el de la Inglesa , y el
sepulturero que en la primera información es llamado Julián Pérez Camacho.
En la segunda información se menciona al
autor principal llamándole individuo, y ya no son tres los autores del crimen,
sino el detenido en Cañada de Rosal, el tal M. Romero, el enterrador y su mujer
(cómplice) y un número indeterminado - "varios amigos"
- y varía el nombre del sepulturero
que pasa a ser llamado simplemente
Julián Sáez en lugar de Julián Pérez Camacho.
El lector que haya quedado intrigado con
la mención del tío Martín, Zugasti y el huerto de Casariche, puede ilustrarse
en la siguiente página web:
Dejo a otros curiosos cronistas de la
villa, editores de otros blogs, la clarificadora tarea de resolver los aspectos
confusos de este desagradable episodio que debió tener muy ocupados y
espantados a nuestros paisanos hace ahora exactamente 101 años, cuando faltaban
solo diez para sumirse de nuevo en el asombro y la estupefacción con el caso
Rabazo.
Lo que parece quedar claro es que la primera
mitad del siglo XX fue bastante violenta en nuestro pueblo si se tiene en
cuenta los dos sucesos mencionados y lo cruenta que fueron la guerra y
posguerra fraticida.
1 comentario:
Primo buen relato espero que os encontreis bien toda la familia.Desde Cordoba un abrazo fuerte
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