Por José Mª Álvarez Blanco
Para la fundación de este Convento los primeros padres
agustinos llegaron a Lima en junio de 1551. Fueron doce sacerdotes procedentes
del convento de Salamanca que fueron a realizar una labor de evangelización con
los indígenas del virreinato del Perú. En ese momento no contaron con un lugar
propio, por lo que se hospedaron en los edificios cedidos por los esposos
González de la Torre ,
que se encuentran entre la actual avenida Emancipación y el Jirón[1] Rufino Torrico. Poco
después compraron un solar adyacente y construyeron su casa conventual (1554),
en lo que hoy es la Parroquia
limeña de San Marcelo.
En 1561 encargaron al alarife Esteban de Amaya la construcción
de la iglesia y convento en los terrenos que poseen en la actualidad. Se dice
que las obras se efectuaron secretamente, debido a la oposición de los padres
mercedarios y dominicos, quienes argumentaban que la cercanía de otros
conventos era poco conveniente para su labor pastoral. Primero levantaron los
techos de alfarjes y artesonados, luego el coro y después la imagen en bulto de
Nuestra Señora de la Gracias ,
convertida en titular del convento. La mudanza, realizada el 8 de julio de
1573, se hizo también de manera silenciosa, en medio de la noche.
Al año siguiente, colocaron la primera piedra de la
iglesia, que en sus inicios fue pequeña y rústica. Poco a poco fue creciendo,
enfrentando los primeros terremotos, como el de 1609, que afectó lo edificado y
obligó a construir una nueva iglesia y convento, que hacia 1687 ya contaba con
importantes obras, como una hermosa virgen de tamaño natural rodeada de ángeles
hecha para el refectorio de lienzo de la Concepción por el pintor Angelino Medoro, el
retablo de santo Tomás de Villanueva, la sillería del coro alto hecha por el
escultor Juan García Salguero, la bóveda de Santa Lucía, pintada y dorada por
el pintor Antonio Dovela, la torre esquinera realizada por el arquitecto Joseph
de La Sida Solís ,
la nueva sacristía y ante-sacristía, con sus cajonerías labradas y decoradas,
así como la colección de cuadros del pintor cusqueño Basilio Pacheco. Fueron
muchas las veces en que el conjunto religioso debió reconstruirse. Otro
terremoto funesto ocurrió en 1687 lo que ocasionó su transformación, de modo que
de una planta gótica-isabelina de una sola nave, con capillas laterales
cerradas, pasó a convertirse en una planta renacentista de tres naves
comunicadas entre sí y con un amplio crucero.
Sin embargo, aún le aguardaba un daño mucho mayor: el
fuego cruzado de dos bandos en pos del gobierno del país, que arrasó con buena
parte de la iglesia y convento.
Fuente:http://www.wikilima.com/mediawiki/index.php?title=CONVENTO_E_IGLESIA_DE_SAN_AGUSTIN
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