Por José Mª Álvarez Blanco
Tras la reseña, en la entrega anterior, de los escasos
datos biográficos de los dos clérigos homónimos que vivieron en la América hispana, y
siguiendo cierto orden cronológico cabe señalar, aunque sea someramente, la
importancia de los guadalcanalenses que emigraron a América en el siglo XVI,
tanto por su número como por la relevancia que algunos llegaron a tener. El
motivo de la brevedad es que el tema ha sido tratado exhaustivamente por
historiadores profesionales, a cuyos trabajos me remito. De este gran acervo
documental me limitaré a citar, y recomendar su lectura al lector interesado,
tres trabajos fundamentales.
El elevado número de gente de Guadalcanal que, bien
entrado el siglo XVI, emigró a las entonces llamada Indias, en relación con
otros pueblos no solo de similar población, sino incluso más numerosa, es uno
de los aspectos que más ha llamado la atención. A este respecto, ya en 1963, el
investigador americano Peter Boyd-Bowman escribía:
"Se ve que el pequeño puerto de Palos (Huelva) ha
perdido su importancia primitiva [se refiere al número de naturales que
emigraron en el periodo 1520-1539] y que
en cambio han cobrado importancia Guadalcanal, Trujillo y Medellín. La elevada
contribución de Medellín y Trujillo, patria respectivamente de Pedro de
Alvarado y los Pizarro, no requiere explicación, pero el caso de Guadalcanal es
más curioso. Este pequeño pueblo de Sierra Morena era en siglos pasados famoso
por sus minas de plata, pero puede ser que ya en el siglo XVI comenzaban éstas
a declinar, porque Madoz en 1846 las describe como abandonadas desde tiempo
atrás (Diccionario geográfico de España, s, n, Guadalcanal). El incipiente
decaimiento de la industrial principal del pueblo explicaría muy bien el
notable éxodo ocurrido en 1535 y 1536, cuando una buena parte de las familias
de Guadalcanal emigraron a México, donde acababan de descubrirse las ricas
minas de Taxco (1534). ¿Quién inspiró dicha emigración? Creemos aunque no hay
certeza, que fue Francisco Muñoz Rico, el cual acompañado de García Núñez y
ocho más del mismo pueblo, pasó a México en 1527 y figura en 1535 como minero
en Taxco, mientras su compañero García Núñez lo era en las minas de Zumpango.
De regreso a España, Francisco Muñoz vuelve a México en 1536, habiendo tal vez
con su ejemplo estimulado la emigración de muchos paisanos".
Peter Boyd-Bowman. “La emigración
peninsular a América 1520-1539” .
“Historia mexicana” Vol. XIII,
Oct-Dic. 1963, pagina 169.
Pero no fue hasta 18 y 20 años más tarde, cuando el
investigador americanista sevillano Javier Ortiz de la Tabla Ducasse ,
publicó sus dos trabajos fundamentales sobre los emigrantes a Indias/indianos
de Guadalcanal, titulados: "Emigración a Indias y fundación de capellanías en
Guadalcanal. Siglos XVI-XVII” y “Rasgos
socioeconómicos de los emigrantes a Indias. Indianos de Guadalcanal y sus
legados a la Metrópoli ,
siglo XVII" (I y III
Jornadas de Andalucía y América, 1981 y 1983), respectivamente. Estos valiosos
documentos para la historia de Guadalcanal los puede encontrar el lector no
sólo en las bibliotecas, sino en este blog Benalixa, donde han sido recogidos
hace unos meses.
Como tercer trabajo importante es digno de resaltar el
publicado en 1988 en el contexto del V Centenario - Exposición Universal de
Sevilla de cuatro años más tarde, la por algunos tan denostada Expo, en el que apareció la obra "Cartas privadas
de emigrantes a Indias” de Enrique Otte (1923-2006), con la colaboración
de Guadalupe Albi y prólogo del gran palentino hispalinizado Ramón Carande y
Thovar (V Centenario. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía. Escuela de
Estudios Hispanoamericanos). Recomiendo al lector interesado el magnífico
Estudio Preliminar del propio Otte, porque en base a las 650 cartas publicadas
se traza una esclarecedora visión global del fenómeno de esta emigración,
desglosándolo en sus diversos aspectos, que complementa el magnífico trabajo de
Ortiz de la Tabla. Entre
las 650 cartas, cuyos originales se encuentran en el Archivo General de Indias,
recogidas en el grueso volumen de 611 páginas, hay dos dirigidas por emigrantes
de nuestro pueblo a dos parientes en Guadalcanal.
Sirva la "erudita información" -como diría,
con su retranca serrana, mi llorado amigo Andrés Mirón- precedente, como
introducción a las reseñas de algunos de los numerosos emigrantes que produjo
nuestra villa.
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