viernes, 30 de marzo de 2012

MEMORIA DE GUADALCANAL - 15

Técnico redactor: Alfredo Linares Agüera - Arquitecto



La sequía es otro problema que afecta tanto a los agricultores como al resto de la población, pues el agua es un recurso fundamental para la vida. La sequía se puede definir como un déficit de precipitaciones lo suficientemente intenso y prolongado como para generar impactos negativos sobre la sociedad que la padece. La sequía se define, pues, en relación con las condiciones habituales de aporte de agua y, más concretamente, como una anomalía pluviométrica negativa respecto a esas condiciones.
Se trata de un riesgo que resulta impactante, no tanto por su carácter intrínsecamente dañino, cuanto por su carácter anómalo y su ruptura de los ritmos pluviométricos habituales, de ahí que cada lugar concreto tenga su peculiar umbral de sequía. El umbral de sequía se sitúa en el momento en que las disponibilidades de agua con que cuenta la sociedad comienzan a ser insuficientes para satisfacer los consumos que esta misma sociedad realiza. Así, el umbral de sequía es más de responsabilidad social que de responsabilidad puramente climática.
En cualquier caso, la sequía no es un desastre con carácter catastrófico ni susceptible de generar pérdidas humanas en nuestro medio, así como tampoco genera grandes daños en infraestructuras. Lo que sí puede generar la sequía es:
•          Considerables pérdidas económicas en algunos sectores de actividad, esencialmente la agricultura y en menor medida la industria, el comercio y el turismo.
•          Serios perjuicios ambientales: deterioro del paisaje natural, aumento de la contaminación en los cursos de agua, mortandad extraordinaria de los peces que habitan los cursos de agua y embalses, etc.
•   Graves perturbaciones en el desarrollo de la vida colectiva de los núcleos de población cuando hay que establecer restricciones en el consumo de agua o mermas en la calidad de la misma.
Las zonas de mayor peligrosidad por sequía en Andalucía se sitúan en el centro de la región y no en las zonas más áridas de la misma. La razón estriba en que la peligrosidad por sequía se deriva de la intensidad, frecuencia y persistencia de las situaciones con precipitaciones inferiores a las habituales, y éstas muestran una mayor gravedad en estos enclaves interiores. El término municipal de Puebla de Cazalla se sitúa en la zona de riesgo máximo.

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