Le dice después que piensa regresar deteniéndose en Cabeza de Buey, a ver a su hermana Pepa: luego en Azuaga, a ver a su hermana Concha, después, llegar a Madrid, si es que las circunstancias lo permiten.
«Dices que te mortifica mucho el cambio que desde hace algún tiempo notas en mí, y esto no puedo negar que es cierto; cuando me conociste tenía 22 años, y ya cuento 38 cumplidos. Verdadero y sensible es este cambio; pero ¿qué le hemos de hacer? Me parece que mejor que ahora no he aplicado nunca esta, muletilla, que también es una de las cosas que más te cargan... »
..«Esta carta ocupa menos papel, pero tiene más lectura que la tuya. Yo he perdido aquella letra fanfarrona y obesa que también te: argaba en su tiempo, porque con dos palabras llenaba una plana.»
Y aquí se interrumpe el Epistolario de él. Cambia, verdaderamente, el tono dulzón por el seco, utilitario y descarnado, a partir de
A continuación siguen las cartas de Teodora:
1. …«Debe haber en el fondo de tu alma una imagen tan verdadera de lo que es la mía para ti, que te desmienta y te acuse con más severidad por tus injusticias.».
2, Madrid, 30 de octubre de 1857.
« ¡Cómo he de quejarme de ti! Cuando eres tan bueno conmigo esta separación, que no sé cómo manifestarte toda mi gratitud por haberte hecho superior a tu pereza, y hasta a tus costumbres, por mi tranquilidad.
. ..si hubieras estado aquí, muchos se hubieran portado de una manera muy distinta, porque me ha parecido que, además de ser su entusiasmo una adulación miserable a los ministros, que eran los principales protectores de
3. Lleva la fecha 1 de noviembre de 1857. Le consuela de su sentimiento por el maestro que ha perdido. Alude después a Barcelona, y le habla de unos envíos a su madre.
«has de saber que yo tenía hace tiempo deseos de enviar a tu madre unos cocos y coquitos... de aquellos que comíamos en Gracia ¿te acuerdas? Lo que es de Gracia estoy por creer que te acuerdas, pero de los cocos casi apostaría que no; pero mira, no te reñiré por ese olvido; dentro de unos días recibirás una caja con ellos, y también te mando una cosa para tu madre, para su uso, como tú deseabas cuando estábamos en Gracia; también encontrarás dentro del cajón las medias que faltaban para la docena, y unas fruslerías para tus hermanas. Si a ti te parece que a ellas han de extrañar esto o que tendrán más gusto en creerlo un recuerdo tuyo, no les dices que yo se lo mando, sino por encargo tuyo, y de este modo tal vez les guste más. Yo hubiera querido enviarte estas cosillas en cuanto llegué a Madrid; pero hasta ayer no me ha enviado Llansó los cocos.»
4...«mañana se estrena El hijo pródigo. Dios nos saque con felicidad de este nuevo apuro.»
5...«Ayer me dijo Rosell y Pinedo que te iban a ofrecer un buen destino. »
10. 30 de noviembre de 1857, le anuncia que
,..«Recordarás que en otra ocasión te hablé del deseo que yo tenía de comprar alguna casita en tu pueblo para poder vivir algún día cerca de tu familia, y por la tanto cerca de ti; tú lo habrás olvidado, pero yo no; me dijiste entonces que sólo podía comprar tierras para pastos, que yo no sé qué nombre le diste; pues bien, ¿no podrá preguntarle a Ignacio Martínez, o a tu madre, en qué se podría emplear cuatro mil duros, que es el dinero que tengo, de modo que produzca algo y pueda servirme más adelante, cuado junte si quiera otros cuatro o seis, para poderme ir a vivir donde vive tu familia, aunque sea muy modestamente?... ¿No crees que yo seré más feliz de este modo que en la vida teatral que tanto aborrezco?»
11. Madrid, 3 de diciembre de 1857. Al final: «da siempre mis cariñosos recuerdos a tu madre y hermanos, pues ya puedes imaginarte que si yo no lo hago siempre, es porque tengo prisa, casi siempre al concluir mis cartas.»
13. Dice que Rosell le ha dicho que estaba muy bien que Ayala estuviera ausente, tal como se ponían las cosas políticas.
16. Madrid, 21 de abril de 1858, le comunica su decisión de retirarse del teatro. Se queja de que pase mucho sin escribirle y se dirige a su hermana.
17. Explica las causas que le obligan a retirarse:
...«La antipatía, la aversión que yo tengo al teatro por carácter, bien la conoces; esta aversión es cada día mayor, viéndome por mi posición particular y aislada en él, siendo juguete de unos y otros y el blanco en que chocan la envidia y los rencores que otros inspiran. Des, de las cuestiones de
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