En la XCV: «Dile a Delgado que entregue a Cañete, a quien escribo hoy, los dos actos para que los lea.
La Adela ¿se ha marchado? Parece ella destinada al papel de Petra.» Petra: personaje de El tanto por ciento.
En la XCVI: «Mi hermano y Emilio preparan conmigo la Pascua. Ellos te llevarán los dos primeros actos de la comedia para que inmediatamente se copien, se repartan y se empiecen a ensayar, mientras yo escribo el tercero que es el último. Así, y precisamente en la misma época, se hizo con El tejado de vidrio. Harto siento no haber podido andar más deprisa; ayer hizo dos semanas que llegué, y ya era tiempo de que la obra estuviera terminada; pero el hombre pone y el diablo quita. Ha dado también la casualidad que la índole de la obra que se me ha ocurrido, no es de aquellas en que, una vez excitada la imaginación, no hay más que dejarla correr, sino de las que necesitan mucho reposo, mucho pulso y un detenidísimo estudio de los detalles. Ya ves que, siendo la primera obra que publico después de tan largo silencio, y estrenándose para tu beneficio, he debido procurar que al menos en la intención tenga alguna importancia. Allá veremos. De todos modos en abril se estrena, como ya te he dicho. Si te urge resolver en los asuntos de que me habla Salas, indícame algo. En cuanto a la oferta que me haces, ya puedes figurarte que en el mero hecho de haberte yo manifestado tan francamente mi situación, porque es una prueba de cariño que me has exigido varias veces, estoy imposibilitado de admitirla. En fin, no hablemos de eso. No son billetes de banco lo que yo quiero, sino billetes amorosos, muy tiernecitos y muy a menudo.»...«No te inquietes por mis gastos. Eso no vale nada, ni altera en nada mi estado financiero. ¿No sabes que soy un principino?».
En la XCVII, alude a su zarzuela El Cautivo: «Al concluir el quijote, es decir, el 23, podrán estar sacados por papeles los dos actos.»
En la XCVIII, dice que trabaja mucho: desde las seis de la mañana a las nueve de la noche.
Las XCIX, C, CI, CII, CIII y CIV, son muy cortas y formularias; como si el idilio se fuera enfriando.
La CVII , le da cuenta de estar concluyendo el arreglo del Nuevo Don Juan. Y le habla de que le diga a Salas que desea se representen: El tejado de Vidrio y El tanto por ciento.
. ..«Si Joaquín pone algún inconveniente en hacer El tejado de vidrio, yo no tengo ninguno en que ponga en los carteles que el autor se ha repartido.» Joaquín Arjona.
La CVIII ..«Espero trabajar mucho, no sólo por conveniencia, sino como medio de distraer y sosegar mi espíritu todavía agitado con el recuerdo del inmerecido y feroz ultraje de que mis amigos han sido objeto. Muchos emprendieron su viaje la misma noche que yo salí de Madrid. Conmigo vinieron a Lisboa: Camacho, Salazar y Zabalburu; de otros sé que no se dirigieron a otros puntos. Aún no puedo darte noticias de esta población: el clima es excelente; su aspecto, de corte; las fondas, buenas, pero tan caras como en Madrid, cuando menos. Yo paro ahora en el Gran Hotel Central; pero pienso mudarme porque sobre ser exorbitante el precio, hay aquí un ruido poco conveniente para mis trabajos literarios. Hoy no hemos tenido ninguna noticia de España, y propagadas por el deseo y confirmadas por la sandia incredulidad de los emigrados, corren por aquí noticias tremebundas. Yo creo que en algún tiempo no habrá nada-, aunque ya es algo y muy grave el estar todos los días temiendo una catástrofe. Supongo que el teatro se habrá resentida mucho del estado de las cosas. Dime lo que ocurra y cómo te tratan los empresarios.»
En la CIX dice: «(Mis señas, aparte de las que tú sabes, son: Hotel Duas Irmáas. Rija do Arsenal, número 146, Lisboa.) Querida Teodora: bien pudieras haberme escrito, dándome noticia de lo que ahí ocurra en cumplimiento de la palabra que me diste de hablarme de la ejecución de El tanto por ciento. No te lo habrán impedido, por cierto, tus muchas ocupaciones teatrales, pues según he visto en los periódicos, no has hecho nada nuevo, ni aun del repertorio, exceptuando mi comedia. La que estoy haciendo estará concluida antes de que termine la temporada, si se dilata hasta el fin de mayo.» Le dice que concluya su contrato con Catalina y le pregunta si Larra le ha escrito una comedia para su beneficio. Y luego se extiende en un asunto puramente comercial entre Tamayo, Eguílaz, Larra, Picón, Gaztambide, Salas y Catalina, sobre empresas y contratos de teatros. La XC, escrita en 1867, probablemente desde Lisboa, le habla de una carta de Ernesto que le ha causado mucha aflicción. «Es verdaderamente lastimero oír a un muchacho, que sólo ha visto a su alrededor personas que por él se interesan, exclamar que ha aprendido a no fiarse de nadie. De sí mismo es de quien no debiera fiarse, porque hasta ahora es el único enemigo con quien ha tropezado. Pero seamos justos: ya va para un año que está campando por su respeto, y éste es el primer disgusto que te ha dado; cosa muy digna de tomarse en consideración. Supongo que su tío Gerónimo le habrá hecho entender todos los graves inconvenientes que una discusión puede ocasionarle si, como parece, está resuelto o conforme en seguir la carrera consular (conformidad que es un síntoma de enmienda), y sobre todo, que es una resolución insensata castigar, en sí propio, las faltas que, según su opinión, ha cometido su jefe.»
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