Cayetano Yanes Durán, profesor Universidad de Sevilla
A dicha forma de comportarse, de los denominados viajeros
románticos, viviendo de las crónicas enviadas desde el país exótico que
visitaban, descubriendo en sus escritos una forma de vida consideradas por
ellos semisalvajes, con un comportamiento por parte de dichos autores como si
estuviesen descubriendo una tierra salvaje, desconocida hasta ahora y recién
descubierta, habitantes a los que casi consideraban primitivos, es por ello,
que los referidos escritores-antropólogos por la forma de tratar los temas y
las costumbres de los habitantes les denominaron a estos últimos, en los
círculos propios, primitivos cercanos, de ahí el calificativo o denominación.
Algunos autores
relacionan el nacimiento de dicho interés, con la ayuda de España a los
sublevados de las colonias británicas, que dio lugar al nacimiento de los
Estados Unidos. Se encuentran también repercusiones posteriores a todo lo largo del siglo
XIX y XX, en los apoyos en las guerras civiles carlistas; en relación a las
explotaciones mineras, o la implantación del ferrocarril. Posteriormente, en la
guerra civil del 36, el Reino Unido, principal promotor de la “política de no
intervención” se comportó con los republicanos como si fuesen representantes de
la España
(¡que ellos conocían!) reflejada en los escritos de los “descubridores” de
aquellos primitivos cercanos,
como se les consideraba oficialmente, por parte de las esferas del poder
británico. Por los referidos escritos se acuñó la leyenda de un comportamiento
semisalvaje (Inquisición, guerras civiles carlistas y de sucesión, que
motivaron posteriormente en la contienda civil la gran cantidad de fusilamientos)
por ambos bandos en la guerra civil. Con tal motivo, fueron ellos los
principales instigadores y promotores de la política
de no intervención. Ellos, que respecto a nosotros se la daban de
civilizados, no fueron capaces de ver las atrocidades que se cometían en otro
próximo país europeo (Alemania) de los considerados “civilizados”. Siempre se
ignora lo que interesa, por ello, a Andalucía dichos autores la consideraron en
sus escritos como “tierra de moros refinada”. Representó un comportamiento
semejante al calificado hoy como relaciones
norte-sur. Se ignoró, por parte de dichos autores, la historia, tanto la romana,
como la época islámica, y las posteriores, tanto de España, como más concretamente
de Andalucía.
El comportamiento
actual de ciertos propietarios foráneos del término de Guadalcanal es
semejante, pero sin escritos previos. En la actualidad, no tienen interés los
escritos de los cuales vivir mientras se visita la comarca, como ocurría con
los viajeros románticos ingleses, ya que hoy existen otras formas de vida, pero
es común el nulo interés por las costumbres de los aborígenes (mejor los
oriundos o naturales), ni sus problemas. Al igual que antaño, el objeto de
interés a los “nuevos colonizadores” es lo que los referidos primitivos han conservado en la actualidad
sólo en algunos aspectos, por ejemplo, la caza. A este respecto, según el poder
adquisitivo de los foráneos visitantes, respecto a los oriundos tendrán un
tratamiento u otro distinto, pero semejante: o cazan zorzales, o cazan
perdices, o tienen un coto compartido, o tienen un coto propio. En este último
caso, si se lo pueden permitir, está orientado para evitar problemas, tanto con
otros propietarios de terrenos o con personas de criterios distintos de los
tuyos, siguen las pautas siguientes: compras, acotas, prohíbes el paso y siguen
ampliando sus propiedades hasta extremos insospechados (hasta que la bolsa aguante).
En este momento “nace un nuevo primitivo cercano”, menos problemático, más
civilizado, manejable cercano y barato, que el “primitivo” que cohabita con los
leones de Kenia o Tanzania.
No deja de ser una
nueva forma de colonización, pero para el nuevo colonizador, como siempre, no
importa la historia de su nuevo territorio colonizado. Si hace falta se rompe
(olvida), prepotentes piensan ¡la historia la crean ellos, nace con ellos, se
hace a partir de ellos! ¿A quién le importa lo que ocurrió antes? Un día se
acabarán las perdices, los zorzales, los conejos (el actual filón), como en
otras épocas se acabaron las merinas, la lana, las minas, el transporte, las
vías de comunicación... ¡Es el carácter cíclico de la historia! y a partir de
ese día ya nada de los nativos les importará. Para entenderlo comparémoslo con
lo que acontece con una mina en la que desaparece el filón (o se rompe la balsa
como en Aznalcóllar); en ese caso se venden las máquinas a la chatarra, se
liquida la cuenta (¡si se llega a liquidar!) y ¡a otra cosa, mariposa!
Vale, ¿qué tiene
esto que ver con las merinas? Durante el desarrollo histórico de la Vega de Guaditoca, nos
encontramos que en diferentes períodos existieron conflictos entre ganaderos,
ganaderos-labradores e incluso entre pueblos, así Azuaga y Guadalcanal
mantuvieron pleitos sobre dicho terreno en los siglos XV y XVI y durante el
XIX, incluso después de separarse Malcocinado de Guadalcanal. ¿Por qué ocurría?
Pensemos por un momento que dicha vega en su día se extendía desde territorio
hoy de Malcocinado hasta terrenos de Reina, desde la finca el “Álamo” hasta el
“Pencón”, en su linde sur incluyendo el “coto de Valdefuente” hasta la linde de
la segunda población de Guadalcanal que constituía el conjunto minero de “pozo
Rico” (el tercero lo constituía la cortijada de Malcocinado) y por el norte el
río Sotillo. Eran tierras denominadas de “propios y comunes” arrendadas a
ganados estantes y trashumantes y labradores que proporcionaban el necesario
trigo para la alimentación. Era, sin duda, la tierra fértil, la tierra deseada
por todos: propios y foráneos. Pensemos que el término comprendía además de las
tierras de hoy las de Malcocinado y parte de Fuente del Arco, controladas
esencialmente por la orden de Santiago.
Otro aspecto a
tener en cuenta era que la zona era atravesada por un fuerte trasiego de
mercancías, desde Almadén (mercurio) a Nueva España –el total producido en los
siglos XVI y XVII se estima en 17250 Tm de mercurio, entregados en la Casa de Contratación de
Sevilla por San Juan, la mayor parte transportados por carretas de bueyes, los
envíos estaban controlados por un comisario que vigilaba el transporte para
evitar pérdidas por el camino; el total de viajes es difícil de estimar al
efectuarse también por recuas de mulos utilizados en los peores tiempos y
caminos: el mercurio envasado en baldeses de pellejos de cabra, una carreta
cargaría unos 8 quintales castellanos de 46 kg y los mulos 2, por lo que se puede
calcular el número de carretas y mulos utilizados-; lanas extremeñas al puerto
de Sevilla, otras mercancías necesarias para su consumo en América (por
ejemplo, vinos de Guadalcanal como citó Cervantes) y procedentes de allí hacia
el norte y hasta Europa, esencialmente un producto de gran importancia y traído
de América, el tabaco elaborado en las fábricas de Sevilla. En fin, era
atravesada por uno de los caminos de la corte al sur (pensemos en la época
actual, pero potenciado), el otro era el camino Real de Toledo (hasta Córdoba).
Por allí pasarían Pizarro, Hernán Cortés y tantos otros que buscaron fortuna en
Nueva España y al que denominaron descubridores. Esta circunstancia hizo que de
Guadalcanal salieran gran número de “emigrantes” hacia aquellas tierras (de la Pava , Ortega Valencia, y un
largo etc.) influenciados por la presencia de gran número de emigrantes que por
allá pasaban desde Castilla y otras tierras a la ciudad de Sevilla de gran auge
en la época (de Cervantes por ejemplo). Por ello se explica que Guadalcanal
tuviese población militar asentada en la población.
España era, qué
duda cabe, una población agrícola, que durante el siglo XVII y XVIII aumentó su
población, no sin embargo su forma de producción por lo que se presentaban
períodos de necesidad motivadas por controversias climatológicas. De este modo
se acrecentaban las necesidades de trigo, lo que dio lugar, ya en períodos de la Ilustración a las
iniciativas de Campomanes, Floridablanca, Ensenada (catastro) y la aparición
del “nuevo camino”, repoblado además de centroeuropeos, que era Despeñaperros.
Comenzó el declive de los antiguos caminos a la corte de Talavera (Guadalcanal)
y el de Córdoba. Posteriormente, siglo XIX, llegó el ferrocarril, que también
pasó por la zona, luego la línea de Fuente del Arco a Puertollano, que en 1927
ya tenía un tramo de 55 km
entre Conquista y Puertollano electrificado. Esta última línea férrea conectada
con el cluster industrial mayor de España en el último tercio del siglo XIX y
primer tercio del XX (ver otro escrito del autor). Era la “gran empresa de los
Rothschild” como hemos citado y dirigida por el ingeniero francés Charles
Ledoux. Durante este período Guadalcanal disfrutó de un buen y extenso comercio
(recuérdese a los “Fernández” y su escuela de internos, fábricas de
aguardientes, aceites, vinos hasta la presencia de la filoxera,…) y desarrollo
al socaire de dichas explotaciones. Sus huertas eran numerosas y producían
legumbres, patatas, verduras y frutas para el vecino “el dorado”, siendo en
cierta manera “arrieros” de Valverde los “últimos de Filipinas” que conocimos
ya en el siglo XX dedicados a tal menester. En el vecino Alanís todavía se
conocen por su nombre caminos tales como el de “los carros”, el del
“aguardiente” por donde circulaba esta mercancía desde Constantina hasta dichas
minas y las necesarias maderas para los entibados de las minas. El camino que
desde Azuaga llegaba a la Cruz
del Aceite se le conocía como el de Constantina (lo cita Isidro Escote Gallego
en sus Memorias de un Cazador) a donde se dirigía a través de las pasadas, las
cuatrocientas, mina de Pozo Rico y el arroyo de Tres Bodegas hasta la Urbana y San Miguel, hoy
olvidados y donde quedan restos están cerrados ilegalmente- en este ultimo
lugar, hacía labor de venta y descanso, se conserva empedrada la calzada que
por la cabecera de la Capilla
pasaba junto a la hermosa fuente y entre paredes sube hasta Alanís,
denominándose Camino de los Carros, que sigue hasta Constantina pasando por la
ermita del Robledo-. Guadalcanal, sin embargo, es un pueblo que ha perdido la
mayor parte de sus caminos. Ello tiene un explicación, a mi juicio, el tan
cacareado pensamiento que la caza es “el Dorado”, una gran fuente de ingreso
que ha motivado el cierre a cal y canto de los referidos caminos, por los que
entraría “el mal”.
Y, ¿qué fue de todo
aquello? Ahí vamos, a demostrar cómo sometido a una política dejada en manos de
foráneos cuyo interés se basa en la explotación de los recursos naturales
(minas) agrícolas, cinegéticos, vías de comunicación, etc. Caídos en el olvido,
sin una política propia sentada en una conciencia colectiva de levantar entre
todos la economía, sabiendo de donde venimos, hacia donde queremos ir y con un
conocimiento de nuestra historia, y posibilidades. Sin ello el futuro estará
muy negro, de forma que si el presente está como está, el futuro podemos
extrapolarlo desde el conocido pasado, pasando por el presente, hasta…
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