Cayetano Yanes Durán, profesor Universidad de Sevilla
Por todos estos motivos, la Audiencia de Extremadura
accede a lo solicitado por el corregidor, advirtiendo al Ayuntamiento sobre la
provisión de víveres a justos y moderados precios. En cuanto a los Registros de
ganados, tenemos que decir que corresponden a una serie documental cuya
continuidad en el Archivo Municipal abarca desde el siglo XVII al XIX. En ellos
se recoge el nombre de todos los forasteros que acuden a la feria con sus
ganados, la población de procedencia, el número y características de las
cabezas de ganado y el hierro que poseen. La simple lectura de los datos que
recogen nos hace adivinar la importancia que tuvo la Feria de Guaditoca y la gran
área de influencia que ejercía. Concretamente, en el Registro de 1782,
encontramos ganaderos de las siguientes poblaciones del entorno, y más del
entorno:
Ahillones, Aceuchal, Almendralejo, Alconera, Alange, Alba, La Algaba , Alcolea del Río,
Albuera, Almendral, Alconchel, Aroche, Alburquerque, Almadén de la Plata , Burguillos,
Constantina, Don Benito, Berlanga, Bienvenida, Palma del Río, Bélmez, La Parra , Campanario, Campillo
de Llerena, Carmona, Cañaveral de León, Calera de León, La Carlota , Calzadilla de los
Barros, Cala, Castuera, Cabeza la
Vaca , Cabeza del Buey, Casas, Calamonte, Jerez de los
Caballeros, Jerez de la
Frontera , Llera, Malpartida, Maguilla, Medina de las Torres,
Mérida, Medellín, Miajadas, Montemolín, Monesterio, Montijo, Morera,
Monterrubio, Monbuey, Nogales, Oliva, Pedroso, Palomas, Peñaflor, Pozoblanco,
Puebla del Maestre, Puebla de los Infantes, Quintana de la Serena , Retamal, Puebla de
Sancho Pérez, Puebla del Prior, Puebla de la Calzada , Reina, Rivera del Fresno, Santos de Maimona,
Salvaleón, Salvatierra, Santa Marta, San Pedro de Mérida, Segura de León, San
Nicolás, Solana, Talavera de la
Reina , Talavera la
Real , Torre Mocha, Torremegía, Trujillo, Usagre, Valencia del
Ventoso, Valencia de las Torres, Valverde de Llerena, Valverde de Burgos,
Valverde de Mérida, Valverde del Camino, Valverde del Rey, Villalba, Villagarcía
de la Torre ,
Villanueva del Fresno, Villanueva de la Serena.
Como puede observarse, la mayor parte de los asistentes
registrados eran extremeños, se podría, incluso, encontrar una correlación
entre sus pueblos y la existencia de vías de comunicación pecuarias, cordeles y
cañadas, confluentes en la zona. En general, y como puede verse, la procedencia
de los ganaderos correspondería a las actuales provincias de Badajoz, Cáceres,
Huelva, Córdoba, Sevilla y algunas poblaciones de Cádiz, encontrándose asimismo
relación de ganaderos de otras provincias como Toledo, Ciudad Real y Salamanca.
Guadalcanal por la fecha en que se celebrada dicha feria era
de Extremadura, Malcocinado era una pedanía dependiente de Guadalcanal, de la
que se segregó a mediados del siglo XIX, y sus asistentes, como los de Azuaga,
no tenían necesidad de inscribirse. El pueblo de Azuaga en reiteradas ocasiones
reclamó como suyas las tierras del entorno de Guaditoca, incluso los de la
ermita, esta incluida, declarándose nulos sus derechos después del
correspondiente juicio en el siglo XV ante el Gran Maestre de la Orden de Santiago, después
en el siglo XIX (lo veremos en otra parte), aunque dicho episodio no se olvidó
y fue su ayuntamiento el principal impulsor del pleito que llevó a la
segregación de Malcocinado del término de Guadalcanal, y como pago de ello al
carecer de estipendio el reciente ayuntamiento de Malcocinado, parece ser que
consiguió anexionarse alguna superficie del terreno en litigio (comunicación
directa del historiador y poeta Andrés Mirón).
Para hacernos una mayor idea, lindera con los terrenos de la
ermita de Guaditoca existe una finca denominada “Rabanales”, nombre muy
relacionado con el tema de la trashumancia, y extendido por la geografía española
(Rabanales de Aliste en Zamora, Campo de Rabanales en Córdoba,…) del pastoreo
del ovino y cuyo nombre de origen árabe como indica la Real Academia de la Lengua : del árabe hispánico
rább aḍḍán, y este del árabe clásico. rabbu ḍḍa'n, señor de
ovejas, y otra, “la Plata ”
situada a la linde (la actual Altarejos) da lugar al dicho “los pastores de la
plata toman leche para almorzar, pan y leche para comer y leche y pan para
cenar”.
El interés de dicha Feria estaba relacionado, no cabe duda,
con la presencia en los contornos de terrenos públicos, tanto propiedad de la
ermita, todo el valle de Guaditoca poblado de alcornoques, los cuales ya no existen,
como terrenos de propios y comunes, así como baldíos y terrenos públicos que
eran arrendados para pastar los ganados. Esto, a mi juicio, hacía atractiva la
asistencia a la feria, ya que posibilitada largas estancias del ganado después
de prolongadas jornadas de marchas, debido a la garantía de encontrar, a su
llegada a la zona, los necesarios pastos para la estancia de los rebaños.
Recordemos que el término guadalcanalense, en su mayoría
terrenos que podríamos denominar públicos, aunque controlados por la Mesa Maestral , se
podría considerar compartido por los pueblos del entorno, sobretodo hasta el
siglo XVI, por las encomiendas de Reina y Llerena. Una gran crisis económica y
productiva ocurrió en el siglo XVII y con la aparición del período de la Ilustración el cambio
fue radical, en nuestro caso, mal para la zona. Pero fue en el siglo XIX donde
debido a los repartos territoriales y las consecuencias de la guerra de la Independencia donde
el declive fue a mayores. A mi juicio, es a partir de la aparición de las
explotaciones mineras, sobre todo de la
SMMP en la zona del plomo-carbón, que la situación mejora.
Según indica I. Moreno, la teoría es la siguiente:
Principalmente durante el siglo XIX los antropólogos (“viajeros románticos”)
ingleses, país que mayor número de viajeros tenía buscando lugares donde
instalarse y estudiando para ello las costumbres de los países a ocupar, una
vez que las tierras más lejanas de África, Asia y Oceanía fueron estudiadas por
los correspondientes antropólogos, recabaron en el siglo XIX y posterior, por
tierras españolas, principalmente andaluzas, relacionándose con elromanticismo,
cabe citar a: Henry David Inglis; Richard Ford; Whashington Irving; George
Borrow (“georgito el inglés”, teóricamente vendedor de biblias); Robert Dundas
Murray; William George Clark; Augustus J. C. Hare; posteriormente Gerald
Brenan; Ian Gibson[1], etc., -existen 124
obras fichadas que se podrían denominar “libros de viajes” escritos en la
primera mitad del siglo XIX, la mayor parte escritos por militares o paisanos
que estuvieron en España con el ejercito de Wellington durante la guerra de la Independencia y en
su totalidad editadas en el Reino Unido- eran “estudiosos” de las costumbres de
las regiones citadas, esencialmente entraban vía Gibraltar, inglesa desde la
cercana Guerra de Sucesión (tratado de Utrech). Cabe preguntarse ¿por qué
ocurrió? Isidoro Moreno expuso la fecha del nacimiento de esta
tendencia-comportamiento (el primitivo cercano) a raíz de la Guerra de la Independencia , contribuyendo a ello la presencia de las tropas inglesas
que colaboraron con las españolas en la lucha contra los franceses, que
divulgaron en la metrópolis la idea de un país semisalvaje con costumbres
ancestrales, lo que fomentó en dicho país el interés por el estudio de sus
costumbres, en lo que tenían tradición de estudio, sobre todo en otros continentes
y relacionado con la colonización inglesa por todo el mundo.
El descubrimiento del interés de esta tierra, cercana a
África, supondría un paso sencillo después de las exploraciones asiáticas y
africanas, estando más cercanas que las citadas de Asia y África, asimismo
suponían un aliciente colonial de otro estilo (supuso el nacimiento del interés
por la costa del Sol desde la cercana Gibraltar), con costumbres, formas de
vida, alimentación, relaciones de producción, de propiedad, de clima, interesantes
para instalarse como colonizadores de la producción minera, del comercio de
tejidos, hierros, sobre todo una vez que disminuyó el expolio de las naves
cargadas de riqueza y procedentes de América. Tales viajes y estudios de los
“románticos viajeros ingleses” se asemejan a lo que conocemos hoy como un estudio de mercado. Supuso el nacimiento de nuevos negocios con menos
dificultades y más próximos a la metrópoli, representando una nueva forma de
colonización, más cercana que las citadas anteriormente. Los escritos sobre las
tierras de “los primitivos…” no siempre serían sobre el habitad y costumbres,
en muchas ocasiones iban acompañados de estudios de prospecciones mineras y estudios
económicos que fueron aprovechados poco después. Pensemos en lo rápido que se
montaron grandes longitudes de ferrocarril y explotaciones mineras que, sin un
estudio previo, parece hoy impensable.
[1] DEL
TÁMESIS AL GUADALQUIVIR. Antología de viajeros ingleses en la Sevilla del siglo IX. José
Alberich. Edición Universidad de Sevilla. 2000.
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