Documentación medieval sobre
Guadalcanal en el
archivo general de Simancas: El registro general del sello - 1
Salvador Hernández González
Revista Guadalcanal año 2011
El
Registro General del Sello integra una de las secciones más antiguas del
célebre Archivo General de Simancas, que como se sabe concentra en la localidad
vallisoletana de su nombre el grueso de los fondos documentales de la Casa de Austria, completados
con documentación tanto anterior, especialmente correspondiente a los Reyes
Católicos, como posterior que cubre el siglo XVIII[1],
si bien en menor volumen que la correspondiente al XVI y XVII.
Esta
sección, también conocida como del Sello de Corte, recoge la documentación
correspondiente a la cancillería de los Reyes Católicos, aunque algunos
documentos registrados corresponden a su antecesor Enrique IV. Aunque ya
Alfonso X el Sabio había instituido el Registro en la legislación recogida en
Las Partidas, serían los Reyes Católicos quienes en las cortes de Madrigal
(1476) y Alcalá de Henares (1498) promulgasen las primeras disposiciones sobre
cómo y qué se ha registrar y su conservación. Como instrumento de esta
incipiente administración estatal que marca el tránsito de la Edad Media a la Moderna , en el Registro
del Sello de Corte sólo figuran los documentos que eran validados con el sello
mayor o de placa generados por el Rey (en su Cámara), el Consejo Real de
Castilla, los Contadores Mayores, los Alcaldes de Casa y Corte y el Consejo de
Inquisición, en un primer momento, hasta que a los otros consejos se les fue
dotando de sus correspondientes sellos.
Esta
documentación emanada de la monarquía castellana, directamente o a través de
los citados organismos e instituciones en los que delegaba la voluntad real,
podría definirse a grandes rasgos como de marcado carácter dispositivo o
normativo, por lo que abundan, dentro de la amplia gama de contenidos, los
actos jurídicos sobre aprobaciones, confirmaciones, denegaciones, perdones,
concesión de mercedes, etc., como expresión del ejercicio de la soberanía
reservada a los monarcas. Teniendo en cuenta las competencias del Consejo Real
y de la Cámara
de Castilla – principales productores de documentación – puede afirmarse que
del primero procedía todo lo relacionado con la administración de justicia en
primera instancia (iniciativas, receptorías, ordenanzas, pragmáticas,
moratorias de deudas, etc.), y de la segunda emanaban las convocatorias de cortes,
provisiones de oficios públicos civiles y eclesiásticos, legitimaciones,
concesión de perdones, mayorazgos, mercedes, títulos de nobleza y licencias de
todo tipo, etc.
[1] Un
recorrido panorámico muy revelador de la riqueza y valor de la documentación de
este archivo estatal se plantea en la obra de PLAZA BORES, Ángel de la: Guía del investigador: Archivo General de
Simancas. Dirección General de Bellas Artes y Archivos, Madrid, 1992.
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