a través de la Historiografía artística: Aproximación bibliográfica
Salvador
Hernández González
Revista de Guadalcanal año 2004
En la misma línea de aportación
documental y desde publicaciones de la vecina Extremadura nos llegan
referencias sobre algunas piezas artísticas ejecutadas para Guadalcanal por los
artífices activos en aquella región y todas ya inexistentes, como el retablo
pintado para la capilla mayor de la iglesia de San Sebastián entre 1514 y 1515
por Antonio de Madrid; la imagen titular del mismo templo, esculpida por Juan
de Valencia entre 1565 y 1566; o el retablo mayor de la parroquia de Santa Ana
contratado en 1571 con el escultor Antonio Florentín .
Volviendo
a los años de comienzos del siglo XX, éstos contemplan un primer ensayo de guía
artística provincial, por parte de Manuel Serrano Ortega, quien en su Guía
de los monumentos históricos y artísticos de los pueblos de la provincia de
Sevilla nos dejó una visión panorámica pero excesivamente superficial e
incompleta de nuestros monumentos:
“Posee
tres templos parroquiales, Santa María de la Asunción , Santa Ana y San
Sebastián, siendo el primero muy notable por su época. Venérase en el primero
la antiquísima imagen de la
Virgen con el título de Guaditoca, del lugar donde tuvo
erigida ermita, que debió ser morabito arábigo. La imagen a causa de los toques
y repintes que ha sufrido en distintas restauraciones ha perdido todo su
carácter de época“.
Ya
en la década de los treinta, las repercusiones que la tragedia de la Guerra Civil tuvo en
el patrimonio artístico de Guadalcanal fueron analizadas por Hernández Díaz y
Sancho Corbacho, quienes al evaluar las pérdidas y daños de obras de arte
sufridas por los templos, nos dejan en su texto la que podemos considerar como
primera descripción científica de dichos edificios, donde se analiza su planta,
alzados, soportes, cubiertas y elementos decorativos, al tiempo que se apunta
su cronología y filiación estilística y se incluyen reproducciones fotográficas
(procedentes del riquísimo fondo de la Fototeca del Laboratorio de Arte de la Universidad Hispalense ,
recientemente digitalizado para salvarlo de su segura pérdida y ya consultable
a través de Internet) de algunas de las obras destruidas o destrozadas, como es
el caso, en la iglesia de Santa María, del retablo mayor y el de San José, las
imágenes de San Francisco y del Cristo atado a la Columna , y algunas piezas
de orfebrería; el San José que se veneraba en la iglesia de San Vicente; el
Crucifijo de marfil y una pintura en tabla de la iglesia de Santa Ana; y los
retablos mayores de las iglesias de San Sebastián y del Espíritu Santo.
Ya
en la postguerra y por parte de los mismos autores – junto con Francisco Collantes
de Terán – se acomete un gran proyecto historiográfico sobre el patrimonio
provincial, que por desgracia quedó inconcluso sin haber llegado siquiera a su
mitad. Nos referimos al monumental Catálogo arqueológico y artístico de la
provincia de Sevilla, modélico por su aporte de obras, noticias
documentales, juicios estilísticos y material gráfico. Al seguir una ordenación
alfabética por localidades, el texto de Guadalcanal fue de los últimos en
aparecer, concretamente en 1953, dejándonos en sus páginas, junto con una breve
síntesis histórica de la localidad, el estudio de sus monumentos. Así, se
reseñan la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (de la que
destacan su interés arquitectónico en virtud de la combinación de elementos de
diferente época y estilo), iglesias de Santa Ana (subrayando el interés de su torre
y la decoración de azulejería del interior del templo), San Sebastián
(interesante modelo del tipo de iglesias mudéjares propias de la Sierra ), Espíritu Santo
(con retablo mayor de interés), Concepción, San Vicente, y los restos de los
antiguos hospitales de la
Caridad y del Milagro, los vestigios del convento de Santa
Clara, prosiguiendo con la descripción de las ermitas de San Benito, Cristo de la Salud y Nuestra Señora de
Guaditoca, para llegar a la reseña de los restos de diversas fortificaciones, como
el arco de herradura – hoy puerta de la sacristía de la parroquia de Santa
María – que formó parte del alcázar musulmán de Guadalcanal y otros castillos
que hubo dispersos por el término municipal, como los del Castillejo, Valjondo,
La Ventosilla ,
Portichuelo y La Atalaya.
Tan exhaustivo balance del patrimonio finaliza con el
análisis de una muestra de arquitectura civil medieval tan excepcional como es la Almona y con la cita de las
obras de arte que entonces poseían los herederos de Adelardo López de Ayala,
integradas fundamentalmente por esculturas en marfil y pinturas de los siglos
XVI y XVII .
Tan
básica fue la aportación de este Catálogo que sus descripciones y
análisis han sido recogidos y seguidos prácticamente al pie de la letra durante
décadas, ante la falta de una obra que lo pusiese al día incorporando los
avances de la investigación histórico – artística. En este sentido, en diversas
publicaciones, como por ejemplo la
Guía artística ilustrada de Sevilla y su provincia
de Antonio Casado Sellas de 1950 o la obra de Jerónimo Pou Díaz, Sevilla a
través de sus pueblos, publicada en 1971, se extracta lo dicho por
Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán.
Habrá
que esperar a comienzos de la década de los ochenta para que la Guía artística de
Sevilla y su provincia auspiciada por la Diputación Provincial
actualice y complete el inconcluso Catálogo arqueológico y artístico a
la luz de las últimas aportaciones de la historiografía. Las descripciones de la Guía , algo más
concisas que las de su antecesor, ganan en agilidad de lectura y en precisión a
la hora de inventariar las piezas lo que pierden en aparato crítico de notas,
mapas, planos y reproducciones fotográficas, que le daban al Catálogo un
tono algo retórico y solemne muy en consonancia con los planteamientos de los
historiadores de la postguerra. En el texto dedicado a Guadalcanal se aborda el
estudio de la parroquia de Santa María, iglesia de Santa Ana, iglesia del convento
del Espíritu Santo, ermita de Nuestra Señora de Guaditoca, antigua iglesia de
San Sebastián, iglesia de la
Concepción , portada del antiguo Hospital del Milagro y
antigua iglesia de San Vicente. El mismo texto de la Guía se reprodujo, con
escasas variantes en el Inventario artístico de Sevilla y su provincia,
publicado por el Ministerio de Cultura entre 1982 y 1985 y que gozó de mucha
menor difusión que la obra de la Diputación Provincial.
Al
igual que le ocurrió al Catálogo arqueológico y artístico, el texto de la Guía será
ampliamente seguido por la amplia y variopinta gama de guías tanto locales como
turísticas y de viajes nacidas al calor del turismo rural de las últimas
décadas y de los fastos de la
Expo 92, que al proponer al visitante recorridos por la
provincia de Sevilla incluyen obviamente el de nuestra Sierra Norte,
recomendándose, para el caso de Guadalcanal, la visita a sus distintos templos.
En
la misma línea de difusión y puesta en valor del patrimonio local se incluyen
nuestros propios trabajos recogidos en diversos números de la Revista de
fiestas de Guadalcanal, en los que a la luz de la bibliografía que estamos
comentando revisamos el estado de la cuestión y trazamos una visión panorámica
del devenir de algunos de los templos desde sus orígenes hasta la actualidad,
aportaciones a las que en su lugar nos referiremos.
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