A través de la Historiografía artística: Aproximación bibliográfica.
Salvador Hernández González
Revista Guadalcanal año 2004.
Esta abundancia de potenciales
fuentes de información no debe hacernos perder de vista que la obra de arte es
el documento primario e insustituible para su estudio por el historiador. De
ahí que la historia del arte deba construirse no sólo con el trabajo de
gabinete en el archivo y la biblioteca, sino obviamente con el análisis de la
propia obra, de la que hay que estudiar todo un mundo de aspectos: tema,
materiales, estilo, autoría, cronología, génesis, antecedentes, consecuentes, relaciones,
influencias, etc., cuestiones que en el caso de Guadalcanal cobran especial
interés dada su ya aludida condición geográfica y cultural de cruce de caminos
entre Andalucía y Extremadura. Aspectos como la tipología de nuestros templos,
soluciones arquitectónicas, repertorios ornamentales, patrimonio mobiliar como
retablos, canceles, etc., artes figurativas como la escultura y la pintura, las
artes suntuarias en sus diversas manifestaciones como la orfebrería, la rejería
o el bordado, han sido desigualmente abordados hasta ahora por la
historiografía artística en relación con nuestra localidad.
Por ello, antes de plantearnos
nuevos retos y objetivos debemos presentar en esta ocasión, y éste es el
objetivo de este artículo, un estado de la cuestión sobre la historia del arte
en Guadalcanal, que nos dé idea de los monumentos y obras objeto de estudio,
fuentes utilizadas, metodología y aspectos analizados, como un obligado punto
de partida para estudios futuros de un rico patrimonio que poco a poco va saliendo
de un largo abandono para su uso y disfrute por los ciudadanos.
Si tenemos en cuenta que la Historia del Arte, como
disciplina científica independiente de la literatura, la historia propiamente
dicha y la arqueología, se consolida a lo largo de los siglos XIX y XX, nos
encontramos con que las primeras semblanzas que conocemos sobre el patrimonio
artístico de Guadalcanal proceden – dejando aparte las fuentes propiamente
archivísticas – de algunas producciones bibliográficas de dichas centurias, que
sin ser obras específicamente dedicadas a las Bellas Artes, sí aportan
referencias sobre nuestros monumentos, con valor puramente estadístico más que
descriptivo. Este es el caso de algunos diccionarios geográficos y guías
provinciales que, sin entrar en el análisis de los edificios y su contenido
artístico, aportan al menos la nómina de los monumentos existentes en la localidad.
Ya
a fines del siglo XVIII el interés despertado por la Ilustración en torno
al estudio de la geografía, la historia y la arqueología había provocado
algunos intentos de realización de diccionarios geográficos de España que
diesen una visión panorámica de nuestros pueblos, abarcando aspectos tan
variados como el medio físico, población, recursos económicos, urbanismo y
edificios notables, como iglesias, conventos, ermitas, castillos o restos
arqueológicos. Este es el caso del proyecto emprendido por Tomás López, geógrafo
real de Carlos III, quien envió una encuesta a los párrocos de los pueblos
pidiendo datos para la redacción de su nunca publicado diccionario, del que
sólo han visto la luz y en fechas recientes los textos correspondientes a unas
pocas provincias, entre ellas la de Sevilla. Pero como sucede en tantas
ocasiones, la histórica adscripción de Guadalcanal a Extremadura escamotea su
presencia en el volumen dedicado a la
provincia sevillana , aunque como compensación, en las respuestas
correspondientes a la vecina Llerena se contiene algunas alusiones a
Guadalcanal, referidas a aspectos geográficos y paisajísticos evidentemente
ajenos a nuestro tema . Otro proyecto, marcado igualmente por este afán
descriptivo de la realidad local en vísperas de la crisis del Antiguo Régimen y
felizmente llevado a término fue el Interrogatorio promovido por la Audiencia de Cáceres en
1790, en el que se recoge, atendiendo a cuestiones similares a las planteadas
por el geógrafo Tomás López, la situación de las localidades extremeñas a
finales del siglo de la
Ilustración , y cuyos textos, conservados en el Archivo
Histórico Provincial de Cáceres, han visto la luz hace algunos años, como los
correspondientes al partido de Llerena . De las poblaciones antaño extremeñas y
hoy adscritas a otras regiones sabemos que también se han publicado sus
correspondientes informes , entre los
que desde luego figura Guadalcanal, aunque no hemos tenido la oportunidad de
poder manejar esta obra. Como tampoco hemos conseguido ver la descripción que
de nuestra localidad hace en el siglo XVIII el franciscano Ortiz de Tovar,
natural de Hornachos, en sus Partidos triunfantes de la Beturia túrdula, cuyo
manuscrito, conservado en el Monasterio de Guadalupe, e inicialmente publicado
por entregas en varios números de la revista Guadalupe, fue finalmente
editado en un solo volumen, en el que al igual que en el Informe de la Audiencia de Cáceres, deben
contenerse con seguridad datos de gran interés para las cuestiones que nos
ocupan y de los que esperamos poder disponer para otra ocasión.
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