Técnico redactor: Alfredo Linares Agüera - Arquitecto
Área 18.
En su litología se incluyen rocas volcánicas ácidas y básicas ligadas a ciclos tectónicos paleozoicos, en general son muy compactas, salvo algunos pasajes de rocas piroclásticas y tobas. Dan lugar a una morfología muy variable de formas suaves y abruptas. Las pendientes oscilan entre el 0 y más del 30%.
El drenaje superficial es favorable, empeorando en las zonas con baja pendiente. El agua subterránea está ligada a la textura de la roca en tobas y piroclastos y a las zonas alteradas y fracturadas.
La capacidad de carga es alta y los asientos nulos, en las zonas recubiertas por tobas y materiales de alteración, la capacidad disminuye y los asientos aumentan.
Área 110.
Su litología incluye una serie alterante de conglomerados, vulcanitas y pizarras bastante arcillosas. Las pendientes son inferiores al 15%, siendo la estabilidad normalmente buena.
El drenaje superficial es favorable.
B) EROSIÓN.
La erosión es la pérdida selectiva de materiales del suelo. Por la acción del agua o del viento los materiales de las capas superficiales van siendo arrastrados. Si el agente es el agua se habla de erosión hídrica y para el caso del viento se denomina erosión eólica. El concepto de erosión del suelo se refiere a lo erosión antrópica, que es de desarrollo rápido. Frente a ella está la erosión natural o geológica, de evolución muy lenta. La erosión geológica se ha desarrollado desde siempre en la Tierra , es la responsable del modelado de los continentes y sus efectos se compensan en el suelo, ya que actúan con la suficiente lentitud como para que sus consecuencias sean contrarrestadas por la velocidad de formación del suelo. Así en los suelos de las superficies estables se reproduce el suelo, como mínimo, a la misma velocidad con que se erosiona. Es más, es muy importante destacar que la erosión natural es un fenómeno muy beneficioso para la fertilidad de los suelos. Los efectos perniciosos que una erosión desmedida pueden provocar son:
· Pérdida directa de suelo.
· Variación del ciclo hidrológico natural con disminución de la infiltración y aumento de la escorrentía, lo que, a su vez, retroalimenta la capacidad de erosión.
· Riesgo de desastres en las zonas urbanas e infraestructuras rurales.
Para valorar los posibles riesgos erosivos se ha confrontado la información referente a pendientes, edafología, vegetación y usos del suelo.
Un amplio territorio del municipio de Guadalcanal presenta un relieve abrupto, lo que aumenta en gran medida los riesgos erosivos.
Las zonas del término municipal con valores de erosión por debajo o igual a las 12 Tn/Ha, inferior al nivel de tolerancia de la FAE (12,5 Tn/ha/año), se localizan en lo parte septentrional y meridional.
No obstante la mayor parte del territorio supera ampliamente dichos valores, Así, una buena parte del territorio al sur y norte del eje montañoso central (Sierra del Viento-Sierra de San Miguel Sierra del Agua-Loma de Hamapega) presenta valores de erosión en el rango de 12-25 Tn/ha.
La zona central montañosa y el noroeste del término concentran los terrenos con mayor valor de erosión (50-100 Tn/Ha y 100-200 Tn/Ha). En la zona central la elevada erosión se puede explicar, en gran medida, por la existencia de olivares sobre terrenos de fuertes pendientes.
El núcleo urbano de Guadalcanal se sitúa en una franja con erosión anual por encima de las 50 Tn/Ha, que se continua por la zona occidental y oriental del mismo. Esta franja es una de las extensiones con mayor erosión de todo el municipio, lo que habrá que tener en cuenta en cualquier tipo de construcción que se lleve a cabo.
Los materiales dominantes son muy erosionables y junto a las pendientes, que son de moderadas a altas, influyen de manera determinante. Estos factores por si solos no implicarían un aumento significativo del riesgo erosivo, pero si añadimos la acción antrópica que hace disminuir la cubierta vegetal de esas zonas, generalmente para usos agroganaderos, las consecuencias son muy negativas.
En definitiva, la parte central del término tiene un grave problema de erosión debido, sobre todo, a la práctica de una agricultura marginal en zonas de elevadas pendientes, que hace disminuir ostensiblemente la cobertura vegetal, facilitando la erosión.
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