Por Javier Ortiz de
Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva 1981
Hasta donde la confusión y similitud de apellidos permite discernir, se observa que tras emigrados con éxito, en las primera etapas, prosiguen algunos de sus parientes.
En la etapa «antillana», como muchos otros colonizadores, se preparan algunos de Guadalcanal como baquianos y veteranos para futuras conquistas.
Tal es el caso de Fernán González Remusgo de
Al repasar las listas de pasajeros del XVI y XVII junto con los índices de todas las capellanías existentes en Guadalcanal en ambos siglos, comprobamos la frecuencia de aparición en determinados apellidos: Bonilla, Bastidas, Ortega, Castilla, Funes y Ramos entre otros. A priori pensamos en la extensión de estos mismos en la localidad, sin necesidad de que existieran relaciones familiares ente ellos. Centrando la atención de estos casos, que además son a los que mayor documentación concierne, se ha podido comprobar la pertenencia a un mismo linaje en cada caso y es más, los múltiples parentescos existentes entre sus distintos miembros, lo que en parte dificultaba en un principio su localización.
Gracias de nuevo a las informaciones genealógicas retrospectivas de los capellanes del siglo XVII y XVIII fundamentalmente -que se remontan hasta el fundador indiano- y al observar como muchas de estas capellanías recaen en miembros de determinadas familias, se llega a la conclusión de estas relaciones de parentescos, más o menos directas, entre los colonizadores.
Un caso concreto: Los Bonilla.
Tal vez no sea un caso típico pero tampoco lo es excepcional y como éste podíamos consignar algunos más, representativos de este grupo de fundadores de capellanías, sin duda miembros de otro grupo más o menos homogéneo del Guadalcanal de origen.
Como en otras localidades, este apellido frecuente en la villa en los siglos XVI y XVII, parece extinguido, en varonía y primogenitura, en el Guadalcanal actual. Viene a la memoria otro caso similar cacereño: el de los Ovando (extendidos por toda Extremadura, linaje amplísimo en Cáceres hasta el XVIII), hoy inexistente en varonía, (Muchos de los Ovando americanos proceden de este linaje común extremeño).
Repasando las listas de pasajeros obtenemos los siguientes individuos del apellido BONILLA (por parte paterna o materna).
1537, en Perú, Francisco Nuñez de Bonilla, hijo de Blanca Nuñez de Bonilla. 1537, en Lima, Rodrigo Nuñez de Bonilla, hermano entero del anterior.
Como fundadores de capellanías indianas encontramos a Alonso de Bonilla (que testó en Quito en 1551 y parece el mismo que pasa en 1534); Juan de Bonilla Mejías (que estaba en Lima en 1621 y no aparece en los catálogos de pasajeros existentes).
Entre los bienes de difuntos se encuentran los testamentos de Gonzalo de Bonilla Barba (que testó en Guanajuato y no se encuentra en la lista de pasajeros) y Luis de Funes de Bonilla (que murió en Lima hacia 1613 y tampoco aparece en dicha lista).
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