lunes, 25 de abril de 2011

EMIGRACIÓN A INDIAS Y FUNDACIONES DE CAPELLANÍAS EN GUADALCANAL - 5


Por Javier Ortiz de la Tabla Ducasse – Revista Guadalcanal 2003

Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva 1981

Si territorial mente pertenecía a la región extremeña y contaba con vínculos y similitudes con otras localidades de la zona como Llerena y Azuaga, geográfica y económicamente se vinculaba estrechamente, como toda la comarca de la sierra norte sevillana, con el oeste andaluz y especialmente con su capital: Sevilla. De la sierra norte, de Guadalcanal, Cazalla, Alanís y Constantina, eran los caldos que se exportaban a América prioritariamente desde el mismo momento del Descubrimiento. Desde comienzos del XVI comerciantes y mercaderes de Sevilla y de Guadalcanal mantienen estrechas relaciones en base al comercio de Indias 12.

Por otra parte la villa es enclave estratégico en la tradicional Ruta de la Plata y más aún, junto con Llerena y Azuaga, en su zona, vía de tránsito en la ruta del azogue, que desde Almadén, en los campos de Calatrava, recorría el sudeste extremeño. Hay que recordar la importancia que esta vía tuvo para las explotaciones mineras americanas, para la Nueva España y el Perú, y especialmente para aquella tras el descubrimiento de las minas de Huancavelica. Estas características de la villa tal vez puedan explicar, en parte, su importante participación en la emigración a Indias. Pero además, como se señalará en epígrafes posteriores, el trasiego también de hombres, a uno y otro lado del Atlántico, llenará el pueblo durante el XVI y XVII de noticias procedentes de los lugares más diversos de América. Y es un hecho que demostramos que esta emigración, al menos en ciertos sectores y lugares, estuvo condicionada o facilitada por relaciones de parentesco entre los mismos emigrantes. Tras salidas de distintos individuos de diversos linajes en los primeros años de la colonización, vemos salir varios elementos de la misma familia, hacia iguales destinos que sus antecesores, sobre todo en el caso de los que consiguieron éxito y fortuna.

Etapas de la emigración

En líneas generales la emigración de Guadalcanal sigue la tónica de la extremeña en el XVI y XVII y en ella se observan las mismas etapas y características que las generales peninsulares -sobre todo andaluzas y extremeñas- señaladas por Boyd-Bowman 13.

Va ser durante el siglo XVI cuando se realice fundamentalmente, ya que a partir de 1622 resulta un fenómeno esporádico en la villa frente a los 315 individuos contabilizados en el XVI, en los períodos 1506-1540 y 1554-1577, sólo aparecen 74 para todo el siglo XVII.

Hasta 1577 pueden observarse las siguientes etapas:

1.º 1506-1526, Etapa antillana, caracterizada por salidas esporádicas, individuales y preferentemente de varones.

2.º 1527-1540. Etapa novohispana, con un elevado porcentaje de emigración a este destino (un 65% que puede elevarse hasta el 70% si se considera que muchos de los señalados «a Indias» parece que pasan a México). Las Antillas, en un lugar destacado pero muy distante del de Nueva España, ocupan un 1% y apenas un 6,5% y un 6% Perú y Tierra Firme respectivamente. Solamente se registran 2 pasajeros para el Plata, 1 para Florida y otro para Guatemala.

Tras el vacío de información concerniente a los años 1541-1553, que pueden ser importantes para la emigración de Guadalcanal, dados los porcentajes de la etapa anterior y la siguiente, podemos establecer una tercera etapa.

3.º 1554-1565. La variación de los destinos es notoria: el porcentaje de Nueva España baja hasta el 33%, siendo aún prioritario, y a su costa cobran importancia los de Perú, un 21% y Antillas, 20%.Sigue prácticamente igual el destino de Tierra Firme, con un 6,5% y aparecen varias expediciones familiares a Nicaragua (que alcanza, sin continuidad en este siglo ni el siguiente un 12%), Florida y Venezuela, con 4 y 3 personas respectivamente.

4.º 1566-1577. Etapa peruana. Esta última etapa del XVI presenta una inversión en la importancia de los destinos de los pasajeros: Perú alcanza la mayoría con un 47% de los destinos, seguido de Nueva España, que ha bajado a un 28% y Tierra Firme (19%), Para las Antillas sólo sale una persona y no existen otros lugares de destino para la emigración de estos años.

Para el XVII sólo es posible establecer una única etapa que comprende desde 1614 hasta 1628, ya que desde esta fecha y hasta final de siglo solamente se registran cuatro individuos (cada uno en los siguientes años: 1634, 1663, 1678 y 1689). El descenso del movimiento migratorio es patente respecto al siglo anterior ya que salvo en los años de 1619 y 1620 las partidas oscilan entre 1 y 5 individuos.

En esta etapa y en este siglo el destino fundamental es la Nueva España, que obtiene un porcentaje de casi el 80% , Perú el resto y sólo otro pasajero sale para Honduras, otro para Chile, otro para el Caribe y otro para Cumaná, pero estos no son propiamente emigrantes sino religiosos y frailes con destinos marcados por sus superiores. Son los únicos pasajeros, estos religiosos, que aparecen en la segunda mitad del XVII.

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