Por Javier Ortiz de la Tabla Ducasse – Revista Guadalcanal 2003
Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva 1981
Hasta donde la confusión y similitud de apellidos permite discernir, se observa que tras emigrados con éxito, en las primera etapas, prosiguen algunos de sus parientes.
En la etapa «antillana», como muchos otros colonizadores, se preparan algunos de Guadalcanal como baquianos y veteranos para futuras conquistas.
Tal es el caso de Fernán González Remusgo de la Torre que pasa a Indias en 1515; se encuentra en la conquista del Perú, y se avecindó en Lima donde fue regidor, receptor y pagador de la guardia. En 1538 pasaba al Perú otro Fernán Remusgo de Guadalcanal, con cargos allí muy similares al del anterior, lo que hace sospechar sea la misma persona, aunque Boyd- Bowman no lo indica. Pero no es el único de la familia; un sobrino del anterior, Fernán González de la Torre, se encuentra en la conquista del Perú destacando luego como realista. Casó en Lima con doña Juana Cepeda y Villarroel, sobrina del comisario OFM Francisco Vitoria, siendo protectores del convento de San Agustín de la ciudad de los Reyes. Otro de esta misma familia, Francisco González, pasará también al Perú en 1538, y en 1561 lo hacía (esta vez a la Nueva España) Francisco Muñoz Remusgo. Ya en 1619 salía para Nueva España Ana de la Pava, hija de Hernán González Remusgo, con su marido y otros familiares; y en este mismo año, con el mismo destino, lo hacía Juan González Remusgo con su familia. Estos dos últimos emigrantes, por línea materna, llevaban respectivamente el apellido Pava y Ortega linajes que darán un buen número de colonizadores.
Al repasar las listas de pasajeros del XVI y XVII junto con los índices de todas las capellanías existentes en Guadalcanal en ambos siglos, comprobamos la frecuencia de aparición en determinados apellidos: Bonilla, Bastidas, Ortega, Castilla, Funes y Ramos entre otros. A priori pensamos en la extensión de estos mismos en la localidad, sin necesidad de que existieran relaciones familiares ente ellos. Centrando la atención de estos casos, que además son a los que mayor documentación concierne, se ha podido comprobar la pertenencia a un mismo linaje en cada caso y es más, los múltiples parentescos existentes entre sus distintos miembros, lo que en parte dificultaba en un principio su localización.
Gracias de nuevo a las informaciones genealógicas retrospectivas de los capellanes del siglo XVII y XVIII fundamentalmente -que se remontan hasta el fundador indiano- y al observar como muchas de estas capellanías recaen en miembros de determinadas familias, se llega a la conclusión de estas relaciones de parentescos, más o menos directas, entre los colonizadores.
Un caso concreto: Los Bonilla.
Tal vez no sea un caso típico pero tampoco lo es excepcional y como éste podíamos consignar algunos más, representativos de este grupo de fundadores de capellanías, sin duda miembros de otro grupo más o menos homogéneo del Guadalcanal de origen.
Como en otras localidades, este apellido frecuente en la villa en los siglos XVI y XVII, parece extinguido, en varonía y primogenitura, en el Guadalcanal actual. Viene a la memoria otro caso similar cacereño: el de los Ovando (extendidos por toda Extremadura, linaje amplísimo en Cáceres hasta el XVIII), hoy inexistente en varonía, (Muchos de los Ovando americanos proceden de este linaje común extremeño).
Repasando las listas de pasajeros obtenemos los siguientes individuos del apellido BONILLA (por parte paterna o materna).
1517, a Indias, Francisco de Guadalcanal, hijo de Teresa Bonilla.
1534, a Perú, Alonso de Bonilla, hijo de Alonso de Bonilla (nieto de Teresa de Bonilla). 1534, a Perú, Juan de Bonilla, hermano entero del anterior.
1537, en Perú, Francisco Nuñez de Bonilla, hijo de Blanca Nuñez de Bonilla. 1537, en Lima, Rodrigo Nuñez de Bonilla, hermano entero del anterior.
1554, a Perú, Gonzalo de Bonilla, hijo de Alonso de Bonilla, hermano entero de los anteriores Alonso y Juan de Bonilla, pasados a Perú en 1534.
1555, a Nueva España, Francisco Nuñez de Bonilla, hijo del licenciado Funes y de Francisca (Nuñez) de Figueroa (familia Bonilla).
1565, a Perú, Cristóbal Nuñez de Bonilla, hijo de Cristóbal Nuñez de Bonilla, con su hija y su mujer: María de Bonilla, hermana entera de Alonso, Juan y Gonzalo de Bonilla, que pasaron también al Perú en 1534 y 1554.
1567, a Perú, Francisco de Bonilla, hijo de Alonso de Bonilla, hermano entero de Alonso, Juan, Gonzalo y María de Bonilla, pasados todos a Perú en 1534, 1554 y 1565.
1617, a Nueva España, Ana de Ortega, hija de María de Bonilla, pasa con su marido, dos hijos y cuñado (hijo éste y aquél de Catalina de Ortega).
1626, a Nueva España, Cristóbal de Ortega Bonilla, hermano de la anterior, con su madre María de Bonilla y su tía Marta de Bonilla Funes.
Como fundadores de capellanías indianas encontramos a Alonso de Bonilla (que testó en Quito en 1551 y parece el mismo que pasa en 1534); Juan de Bonilla Mejías (que estaba en Lima en 1621 y no aparece en los catálogos de pasajeros existentes).
Entre los bienes de difuntos se encuentran los testamentos de Gonzalo de Bonilla Barba (que testó en Guanajuato y no se encuentra en la lista de pasajeros) y Luis de Funes de Bonilla (que murió en Lima hacia 1613 y tampoco aparece en dicha lista).