—¿Sigue al corriente de las publicaciones de los últimos años? —preguntó Francisco Muñoz, cambiando ahora el rumbo del relato de D. Miguel.
—Bueno me supongo que algo se me escapará —respondió Cervantes. En los últimos años se ha publicado bastante. En 1583 Fray Luis de León publicó “La perfecta casada”, ese mismo año Fray Luis de Granada, editó “Introducción al símbolo de la fe”, en 1585, se publicó póstumamente “Camino de perfección” de Teresa de Jesús. Fray Luis de León hizo lo propio con “De los nombres de Cristo”… voy a tener que meterme en un convento, si quiero publicar algo. Por cierto, amigo Francisco, ¿no me preguntas por mi vida matrimoñesca?
Francisco Muñoz, posiblemente debido al reflejo del sol al atardecer, se puso rojo. Sin embargo, le respondió a Cervantes:
—No sabía que se había casado.
—Pues sí, el doce de diciembre hará ocho años que perdí mi soltería. Me casé con Catalina de Salazar y Palacios, le llevo algunos años, ahora tiene veintiséis. En ese año, no sólo me casé, el uno de febrero pasó la censura mi libro “La Galatea”, que consta de cinco mil versos. Vendí los derechos de autor al editor Blas de Robles por 1336 reales.
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