jueves, 23 de abril de 2015

UN CURA DE ALANÍS CON INQUIETUDES DIETÉTICAS


José Mª Álvarez Blanco

            La noticia de la presentación de la novela del profesor Antonio García Benítez, realizada en la vecina villa de Alanís el pasado día 11 de Abril, me ha recordado el curioso texto que reproduzco unas líneas más abajo y con el que tropecé sin buscarlo expresamente guiado por el santo buscador Google. Se trata de un párroco de Alanís de finales del S.XVIII de nombre  Juan Antonio Delgado y del que sabemos de sus inquietudes dietético-gastrónomicas, protagonizada en Alanís en 1797, gracias a la digitalización de periódicos antiguos posibilitada por la revolución digital en la que estamos inmersos. En efecto, el Nº 72 del periódico titulado Semanario de agricultura y arte dirigido a los párrocos”, del 17 de mayo de 1798, pp. 319-320, decía textualmente, respetando la ortografía de la época:

Carta del párroco de Alanís sobre patatas

SEÑORES EDITORES: habiendo conocido lo utilísimo que sería el que se extendiese por todas partes el cultivo y uso de las patatas, conocidas en este Arzobispado con el nombre de papas, de las que hay dos especies, unas que llaman finas ó encarnadas, y otras bastas, inglesas ó blancas; y viendo el poco aprecio que todavia se hace de ellas para el uso del pan, no obstante las repetidas experiencias anunciadas en el Semanario; he tomado el medio de persuadir á mis feligreses mas bien con el exemplo que con las palabras, usando en mi propia casa del pan hecho de harina de trigo molido en piedra blanca, mezclándole igual cantidad de papas bastas, pasando éstas por un arnero1 nuevo de esparto ó de arambre, después de haberlas desmoronado con los dedos estando cocidas y mondadas: por cuyo medio habiéndome visto mis feligreses el pan, que ha resultado tan blanco, tan sabroso y esponjado, han empezado á usarlo en muchas casas, conociendo por otra parte la grande utilidad y ahorro de trigo que consiguen, pues está averiguado que de cada arroba de papas, que vale quatro reales vellón, se sacan de doce á diez y seis libras de pan mas de las que ordinariamente habian de salir del trigo solo, viniendo á tener de costo cada libra de este pan aumentado, tres quartos poco mas ó menos, siendo así que se vende cada libra á ocho quartos, resultando de ahorro casi cinco quartos en libra.

Ya he conseguido que en los pueblos circunvecinos, que son Cazalla, Constantina y Guadalcanal, hayan abierto los ojos en esta materia, admirándose del pan que he mandado á algunas casas de las que ha pasado á otras como una cosa singular. También he logrado se ponga en uso dicho pan en la villa de Campofrio mi patria, y poco á poco se irá extendiendo en las villas y aldeas de aquel principado, cuya cabeza de partido es Arazena, en donde se cultiva mucho esta preciosa raiz, al paso que se hallan muy florecientes los ramos de plantíos de árboles frutales y olivos, de dehesas pobladas de encinas y alcornoques, de castañales y de huertas, de viñas y algunos sembrados de trigo, cebada y centeno, con muchos linares.

Alanis 17 de Diciembre de 1797. 
= Juan Antonio Delgado, cura propio.
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[1] Actualmente se escribe con h, harnero.- harnero. (Del lat. [cribrum] farinarĭum).1. m. Especie de criba. (DRAE)


Llama la atención de este sacerdote, nacido en Campofrío -entonces una aldea cercana a Aracena-, cómo tenía perfectamente delimitados sus campos de acción espiritual y alimenticio, estando tan convencido de la bondad del alimento que encomia, que no dudó en extender a Cazalla, Constantina y Guadalcanal su afán propagandístico de las virtudes dietéticas de su producto. En cambio, no parece arriesgado aventurar que se abstendría de ejercer en dichos pueblos su ministerio encaminado a la salvación de las almas, supongo que por los roces que ello implicaría con los otros párrocos.

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Madrid 15 abril 2015


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